El sector inmobiliario también sufre las consecuencias de la paralización de la actividad por la crisis del coronavirus, efectos que se verán reflejados en las estadísticas del año en curso, que presumiblemente pondrá fin a la evolución favorable en los últimos ejercicios.

En concreto, Jerez cerró 2019 con un total de 2.368 transacciones inmobiliarias, el 5,5 por ciento más que las registradas en 2018. El municipio encadena seis años consecutivos de subida, en los que acumula un incremento del 67,5%, toda vez que la recuperación se inició a partir de 2013, cuando se tocó suelo en la serie histórica con apenas 885 operaciones en el conjunto del año.

El dato de 2019 es el máximo en los últimos once años, desde 2008, ejercicio en el que se rebasaron ligeramente las 2.750 transacciones, pero aún está lejos de alcanzar las cifras que había antes del estallido por aquellas fechas de la burbuja inmobiliaria, cuando Jerez se movía por encima de las 4.000 compraventas de viviendas e incluso llegó a rozar las 5.000 en 2005.

El último trimestre de 2019 fue el mejor del año, con un total de 673 transacciones, medio centenar más que las registradas en el arranque del ejercicio, el periodo comprendido entre enero y marzo que se saldó con 622. La actividad descendió ostensiblemente en los meses de primavera y verano, en los que se cerraron 566 y 507 compraventas, respectivamente.

En términos relativos, la venta de viviendas se disparó por encima del 32% en la recta final del año respecto al tercer trimestre, incremento que se reduce al 8% en la comparativa interanual correspondiente al último trimestre del año.

La vivienda libre y de segunda mano tiran del carro frente a la caída de la protegida y la nueva

La vivienda libre mantiene su hegemonía en el mercado inmobiliario jerezano con 592 compraventas en los tres últimos meses de 2019, que suponen un 35% más que las transacciones del tercer trimestre (437) y un 13% que las registradas por las mismas fechas en 2018 (524). En el conjunto del año se vendieron 2.007 de estas viviendas frente a las 1.867 del ejercicio anterior (+7,5%).

Las viviendas protegidas, que apenas representan una de cada diez en el total del cuarto trimestre, superan a duras penas las 80 tras un desplome interanual del 17,3% –en 2018 rozaron el centenar– y pese al aumento del 15% intertrimestral –en el tercer trimestre apenas hubo 70 transacciones de este tipo de viviendas–. De un año para otro, las viviendas protegidas ceden un 4,2%, desde las 377 vendidas en 2018 a las 361 del último año.

El estallido de la burbuja inmobiliaria arrasó con el sector del ladrillo en el municipio jerezano, en el que apenas hay disponibilidad de pisos de nueva planta, situación que se refleja en la veintena de transacciones mal contada que recogen las estadísticas en este apartado. La compraventa de viviendas nuevas se hunde el último año un 73%, desde las 79 computadas entre octubre y diciembre de 2018 a las 21 del mismo periodo de 2019, pero se dispara un 200% en el último trimestre, ya que en el tercero únicamente se vendieron siete pisos de nueva construcción. La vivienda nueva se derrumba un 34% de un año para otro, ya que en 2018 se hicieron 146 transacciones frente a las 92 de 2019.

Las inmobiliarias viven de la segunda mano, que reporta 652 transacciones en los tres últimos meses del año –el 97% del total– tras un incremento del 20% en relación a las viviendas de este tipo vendidas en el mismo periodo de 2018 y del 30% respecto a las compraventas del tercer trimestre. En el conjunto del último año, las transacciones de este tipo de viviendas ascendieron a 2.276, el 9% más que las registradas en 2018, que cerró con 2.088 compraventas.