Motín en la sala de máquinas

Sánchez se enfrenta a una contestación inédita en el Ayuntamiento: los técnicos municipales se agrupan en una asociación

Sánchez sonríe a la cámara mientras Pacheco se cruza a su espalda.
Sánchez sonríe a la cámara mientras Pacheco se cruza a su espalda.
Pedro Ingelmo

08 de marzo 2009 - 01:00

Lo que empezó con una charla de tres cualificados técnicos municipales en torno a un café puede convertirse en el mayor dolor de cabeza para Pilar Sánchez desde que sostiene el bastón de mando del Ayuntamiento. Pocos alcaldes pueden presumir de haber conseguido congregar a dos gerentes de empresas municipales, varios jefes de departamento y una decena larga de jefes de área más unos cuantos técnicos tiulados más... en contra de ella. Un buen número de técnicos está hasta el gorro del pilarismo. Eso no es nuevo. Se lleva comentando en los corrillos desde hace meses. Pero es que ahora es un descontento organizado, es un descontento con estatutos que no quiere saber nada de los sindicatos de clase, que está dispuesto a batallar con sus propios medios. Contando con que en manos de ellos está la conexión entre la orden y la ejecución de todo lo que se haga esos medios no son pocos.

Un asistente a la reunión en la que el pasado jueves 70 trabajadores formalizaron la Agrupación de Técnicos Municipales de Jerez describía a los asistentes: "Había desde ese pijerío municipal que echa para atrás a gente muy veterana que ha tenido mucho mando y que cuenta con muchísima información del Ayuntamiento. Era lo más lejano a cualquier partidismo; había sociatas, fachas y posthippies. No puede haber politiqueo entre gente que se une para defenderse de los políticos".

"Se ha perdido el miedo, ahora van a tener que cazar muchas brujas", afirman quienes consideran que desde hace tiempo en determinadas dependencias municipales se quiere saber si el técnico está conmigo o contra mí antes de informarse de qué es lo que hace el técnico en su jornada laboral. Los que quizá se puedan considerar privilegiados del Ayuntamiento, gente que cobra 30.000 euros anuales como mínimo, se han cansado de "una estructura de mando de chiste, una continua falta de criterios, una ignorancia supina..." Son los comentarios que saltan en una pequeña encuesta entre los descontentos.

Si se habla con técnicos que están fuera de este movimiento, personas que cuentan con la confianza de la alcaldesa, la respuesta puede ser más suave, pero entienden lo que pasa: "Están fallando muchas cosas. Desde luego, la primera es la comunicación. Lo segundo, las formas. No, en ese aspecto no se está haciendo bien".

Aunque por razones obvias no es posible poner nombres, un técnico conocido durante mucho tiempo por su antipachequismo comenta que "se está viendo lo que no se ha visto nunca. Con Pacheco se sabía lo que había, incluso se le respetaba por mucho que pensaras que era un cacique y un estúpido. Sabía lo que quería. El problema de esta gente [el PSOE] es que no sabe lo que quiere porque no sabe nada". Si se pregunta por nombres concretos, se comprueba que hay incomodidad con el trato en corto de Bermúdez, "un soberbio"; desánimo con el papel de Casto Sánchez, "una buena persona que nunca soluciona nada"; e indignación con la propia alcaldesa: "Acomete temas trascendentales con frivolidad y pierde un montón de tiempo en asuntos intrascendentes", coinciden dos de los técnicos consultados.

Hay varias gotas que han colmado el vaso y no todas tienen que ver con Pilar Sánchez. Que "la malayita" -caso Jerecom- se haya saldado señalando a dos técnicos ha escocido. "¿A quién señalaba Pacheco? Decía que Luis Cruz de Sola (antiguo director de la GMU) era honradísimo, pero al mismo tiempo en la entrevista en tu periódico soltaba que si alguien había hecho algo había sido él. Escurre el bulto y señala al técnico". En el caso del pabellón de Fitur, donde Pilar Sánchez quiso aportar su granito de arena al garzonazo, García Pelayo se escudó en la interventora. Por último, "Pilar Sánchez parecía poner en la picota a un técnico de Promoción por cerrar a toro pasado Fitur, como si fuera una novedad en Jerez cerrar un contrato después de que se haya realizado un evento".

Pero la gota oficial es la aprobación de "la nueva estructura de mando del Ayuntamiento de Jerez a través de diferentes acuerdos plenarios, que de hecho ha sido ya recurrida, así como el estrambótico convenio municipal, firmado por las centrales sindicales, y el hecho de que la Relación de Puestos de Trabajo siga en dique seco", según explicaba la asociación en su primera nota oficial.

Detrás de todo ello hay un buen número de historias concretas. En Desarrollo Rural uno de los técnicos más cualificados de Andalucía en su campo, el padre del Centro Agroalimentario, tiene como jefa a una trabajadora social, "muy caritativa a tenor de toda la comida que ha repartido con Cáritas. Pero qué sabe de esto. Nada. ¿Qué motivación va a tener ese técnico?".

Otro de los técnicos en rebelión afirma que "hemos cambiado el imperio de los capillitas por el de los cristianos de base social, un 'buenismo' preocupante". Y citan al delegado de Bienestar Social, antiguo responsable de Cáritas Diocesana, como la punta de lanza de ese desembarco. La relación de José Manuel Jiménez con Pilar Sánchez viene de lejos, ya que su mujer es amiga de la infancia de la alcaldesa. Eso, en principio, no se critica, "pero sí que el Ayuntamiento se esté convirtiendo en una red social. Cuenta más a quién conoces que el qué sabes. ¿A qué tipo de carrera administrativa puedes aspirar aquí si al final sabes que traerán a alguien de fuera para ponerlo encima tuya?".

También están cansados de lo que uno de los hombres de confianza de la alcaldesa reconoce que es un virus de supralegalismo que roza lo paranoico en algunas cosas, pero no necesariamente en todas. De hecho, un técnico de mucho peso hasta hace poco en el Ayuntamiento afirma que "al final, siempre tenemos que vestir las decisiones políticas predeterminadas. Y más desde que gobierna el PSOE. Cualquier contratación por encima de 18.000 euros tiene un plazo de tres meses. ¿Qué administración puede soportar eso para una nimiedad? De ahí que se acuda al procedimiento de urgencia, que te da un plazo de un mes. No es nada raro que el político pida a un comité de tres o cuatro técnicos que se reúna y no salga hasta que le justifique la urgencia, dando 'la vuelta' al tema por donde sea". Otro tercia sobre esas reuniones en las que llaman para pedir consultas. "Acabas desesperándote. Dices que esto se puede hacer así y ellos te salen con que eso cómo va a ser. Entonces para qué me llamas. Haz lo que te dé la gana y déjame en paz". De hecho, esta frase es la que mejor parece resumir en la actualidad un estado de ánimo. Ciertamente, Pilar Sánchez tiene un problema.

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