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Pablo Benegas. Componente fundador de La Oreja de Van Gogh

"La Oreja es una historia de amistad y de música; no hay liderazgos"

  • La Oreja de Van Gogh presentará en Jerez, el 7 de agosto, su último trabajo y las canciones de siempre

  • Debutan en Tío Pepe Festival y aseguran que lo hacen "con muchísimas ganas e ilusión"

La Oreja de Van Gogh:  la cantante Leire Martínez, junto a Álvaro Fuentes (bajo), Haritz Garde (batería), Pablo Benegas (guitarra) y Xabi San Martín (teclados).

La Oreja de Van Gogh: la cantante Leire Martínez, junto a Álvaro Fuentes (bajo), Haritz Garde (batería), Pablo Benegas (guitarra) y Xabi San Martín (teclados).

Hablamos unos minutos con Pablo Benegas, guitarrista, creador y uno de los componentes que fundaron el grupo La Oreja de Van Gogh hace ya más de 25 años. Nos hace hincapié en que el tiempo pasa para todos y también para ellos y que el grupo tiene en su haber que gusta, no solo a gente que ya peinan canas sino también a otras generaciones de muchas familias que han vibrado con sus canciones y con sus directos estos años.

-Tras estar el año pasado en el Concert Music de Sancti Petri, vuelven por la provincia.

-Pues, sí. Ha coincidido y a nosotros nos encanta. Porque San Sebastián y Cádiz llevan unidas mucho tiempo. Nos encanta. El pasado año fue en Santi Petri y este tenemos la suerte de poder cantar en un festival como el Tío Pepe del que nos llegan solo buenas cosas y al que estamos encantados de acudir a tocar con muchísima ilusión y muchísimas ganas. Es la primera vez que vamos y tenemos muchas ganas de hacerlo.

-Misma gira del año pasado. ¿Cómo lleva el cuerpo ese ritmo después de tantos meses?

-Pues la verdad es que maravillosamente. Queremos que imaginéis con las ganas que empezamos esta gira, después de tantas restricciones y limitaciones. La comenzamos en marzo del año pasado, la gente no podía levantarse ni cantar ni saltar en los conciertos. Fue una etapa muy dura. Fue una etapa que nos ha marcado para siempre. En el mundo de la música y como grupo con tanto bagaje nos hizo descubrir las emociones de otra manera. Veíamos la transmisión con la gente a través de los ojos, aunque estuvieran con las mascarillas. No lo olvidamos. Además, coincidió con el fallecimiento de nuestro técnico, Xabi, que llevaba toda la vida con nosotros y eso sí que fue un palo. Se nos fue un compañero de viaje, pero bueno, seguimos también gracias a él, y en muchos conciertos siempre su memoria está con nosotros.

-Porque en realidad vuestra identidad está por encima de los nombres.

-Por supuesto. La Oreja como grupo, sobre todo es una historia de amistad, además de una historia de música y eso creo que lo transmitimos perfectamente. En ese contexto nuestro equipo técnico es parte de ese grupo de amigos. Todos nos conocemos hace años y entre nosotros con los instrumentos o con los técnicos hay una complicidad tremenda. Con una sola mirada o con un gesto sabemos lo que hay que hacer o cambiar en un directo.

-Y en esta gira por América y España, ¿han recuperado las sensaciones de un concierto en mayúsculas?

-Claro, conforme hemos ido cantando en más sitios hemos visto un proceso imparable hacia la normalidad. Poco a poco en estos últimos meses estamos disfrutando de los conciertos como antes, porque casi se nos había olvidado la magia y la fuerza y las emociones que se viven en un concierto cuando la gente puede expresarse abiertamente. Ahora el pulso es otro, la gente se mueve, canta, grita y todo es más auténtico.

-El público sabe lo que es un directo, pero quizás desconoce las horas de estudio que todo trabajo tiene. ¿Cómo es ese trabajo en LOVG?

-Son procesos diferentes. La inmediatez, las sensaciones efímeras, las emociones que ocurren en un escenario en dos segundos y que no van a volver a ocurrir, eso, solo lo tiene un directo, porque al final todos escribimos canciones para disfrutar en un escenario con la gente ahí cerquita. Pero el proceso de composición y de grabación también es maravilloso. El ver cómo una idea va cogiendo forma y se va modelando, y cómo crece, es súper emocionante. Dos procesos diferentes y necesarios para poder llegar a un escenario y disfrutar con la gente. Nosotros, los miembros de la Oreja de Van Gogh tenemos claro que el estudio es el lugar que tenemos asignado para hacer crecer las canciones.

-La singladura de La Oreja de Van Gogh ha sido muy estable. Razones.

-Sobre todo porque no hay liderazgos, en ese sentido somos un grupo, para lo bueno y lo malo, que lo hablamos todo. Discutimos por supuesto, pero cuando llegamos al momento de estar de acuerdos en arreglos, letras, o notas, ese es el mejor momento. Es cuando somos imparables. Cuando en los momentos de composición los cinco lo tenemos claro ese es el mejor momento del mundo. Sabemos lo que queremos.

-¿En una línea de pop muy definido y fácil de entender?

-Tenemos una línea. Se nos reconoce. Pero en realidad, escribimos y cantamos canciones. Lo que sucede es que tenemos nuestro trazo, creamos desde las mismas raíces, pero creo que no lo hacemos de manera consciente. Es el espíritu con el que nacimos, que siempre tenemos de base, pero, a la vez, queremos evolucionar, aportar ideas nuevas, innovar compases, para que la gente tenga la posibilidad de crecer. Es lo que pasa en los grupos que están vivos, que quieren evolucionar y no quedarse estancado en lo de siempre. De hecho, cuando tenemos entre manos una canción que huele un poco a esa época de los inicios, pero sin la chispa actual, la desechamos rápidamente. Intentamos crecer y evolucionar y nos gusta el reto de seguir creciendo.

-¿Cómo plantean la noche de Tío Pepe Festival?

-Por supuesto con ganas de disfrutar. Nosotros y el público. De hecho, presentamos el último disco, 'Un susurro en la tormenta' además de las canciones que creemos que mejor mantienen el tipo después de tantos años en los directos y que todo nuestro público conoce. Hemos sabido entresacar las que son parte de nuestra historia y también las llevamos a Jerez. Hacemos un repaso por casi todos nuestros discos. Queremos que la gente desconecte de su día a día y llevarlos a nuestro mundo. Nos encanta que la gente cante con nosotros y que participen. Aparte nuestro público es súper respetuoso, sabe perfectamente medir los tiempos, sabe qué canciones requieren de su silencio, las que requieren que se saquen fuera las emociones, y en ese sentido la gente es maravillosa.

-En los últimos trabajos, canciones de amor pero también visibilizando temas sociales y políticos como en 'El planeta imaginario' o el sencillo 'Sirenas' de este último.

-Escribimos de nuestras experiencias, de las cosas de nuestras vidas, de las cosas que nos preocupan. Como la vida misma. Con los años les va dando más importancia a más cosas. Igual cuando eres más joven solo te preocupa el amor y dos cosas más, con la perspectiva, la parte social nos preocupa. Se puede protestar en una canción sin tener que ser un género de canción protesta, decimos a nuestra manera esos tonos, los vestimos pero para que el trasfondo, la crítica y la visibilización sean reales y la reivindicación esté ahí.

-¿Se están gestando nuevos trabajos?

-Pues sí, los tenemos en la cabeza, pero no hemos tenido tiempo nada más que girar. Huecos para la familia hay pocos. Es un año de gira probablemente hasta octubre y después ahí pararemos para sentarnos y pensar en nuevos proyectos y nuevos temas. Pero no tenemos nada. Tenemos ideas, pero no nos hemos podido juntar para concretar. Ganas de crear hay. Eso sigue intacto.

Lo dicho, ganas de crear siguen teniendo, de disfrutar el próximo día 7 en el marco del Tío Pepe Festival y sobre todo de ser fieles a su sello inconfundible. Nos veremos. Pondremos en ello todos nuestros sentidos y abriremos nuestros oídos junto a los de La Oreja de Van Gogh.

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