Parón en las ayudas al campo

Bien dice el refrán que "A perro flaco todo son pulgas" y en el caso de los camperos las pulgas se están convirtiendo en chinchorros que les están chupando la sangre hasta la extenuación. Y es que en un año especialmente difícil por la crisis económica generalizada; las consecuencias del temporal de lluvia y viento acaecido en los primeros meses del año y la falta de mejoría en las explotaciones por los altos costos de los inputs frente a la ínfima repercusión en el precio de sus productos, la Junta de Andalucía aumenta el número de expedientes paralizados por los controles de campo con lo que esos afectados tendrán sus ayudas de la PAC paralizadas hasta nuevo aviso y, por tanto, no recibirán un duro.

En las oficinas de Asaja, las quejas de los asociados no se han hecho esperar, comprenden que los controles son necesarios y están acostumbrados a ellos pero se muestran preocupados porque vienen "en una época malísima". De hecho, Europa, consciente del mal momento, decidió adelantar las ayudas procedentes de la PAC y las está haciendo efectiva desde octubre para que los agricultores y ganaderos puedan salir a flote y, en contraste, la Junta se ha encargado de paralizar varios expedientes de la provincia de Cádiz. El miedo de los camperos es que el paro de las ayudas les puede suponer la quiebra porque es un periodo en el que cumplen las cancelaciones de los créditos -antes de la crisis los bancos ampliaban el tiempo de pago de los créditos pero ahora suben los intereses en caso de demora-; pierden los proveedores por falta de pago y un sin fin de problemas derivados de no contar con el dinero en caja. En palabras de los técnicos de Asaja, este problema es "un costo inesperado que provoca la agonía en las explotaciones".

En esta situación Asaja solicita que no se bloquee el cobro del anticipo enviado por Bruselas que coincide en el tiempo con el cruce de datos por parte de la Consejería de Agricultura y Pesca para elaborar el fichero de pago. Asimismo, la asociación considera imprescindible que se avise de los controles que ya se han efectuado a las entidades colaboradoras, Asaja es una de ellas, para estar prevenidos y poder ayudar a los socios. Hasta ahora, en la mayoría de los casos las cartas que envía la Administración explicando las incidencias llegan después de que se hayan hecho efectivo los pagos.

La historia se repite

Esta situación no es nueva, de hecho se repite un año tras otro pero la diferencia radica en que ahora coincide con un tiempo complicado y con el aumento de los expedientes paralizados porque han subido el número de controles en campo. Los empresarios agrarios están sometidos a cuatro tipos de controles: por satélite (de carácter aleatorio y elaborados a través de fotografías aéreas); dirigidos (control aleatorio para controlar el uso y superficie declaradas, ver si lo declarado coincide con la situación a pie de finca); de calidad (comprueban si el cultivo cumple con las condiciones óptimas para percibir la ayuda, de este tipo se dan muchos en Cádiz porque los cultivos que perciben esta ayuda están en una superficie muy amplia en la provincia) y condicionalidad (mira que se cumplan buenas condiciones agrarias, medioambientales y requisitos legales de gestión).

Ante lo expuesto, el secretario general de Asaja-Cádiz, Cristóbal Cantos, insiste en afirmar: "La obligación de la Administración es que llegue el 100% de los anticipos enviados por Europa y no de parárselo a los agricultores que tiene el expediente abierto" y cierra diciendo que es "imprescindible hacer coincidir los controles de campo con los flujos de caja" porque son años complicados en los que es imposible subsistir durante meses sin cobrar.