Precios 'guarros'

La cabaña porcina de la provincia, principalmente de raza ibérica, atraviesa una importante crisis; según el último IPOD, el margen diferencial entre los precios del cerdo en origen y destino se sitúa ya en un 568%.·Cuanto más joven es el cerdo, más tierna y jugosa es la carne, pero aporta menos nutriente que en la de adulto ·El jamón ibérico reduce el colesterol, disminuye la tensión arterial, minimiza el riesgo de trombos y aporta vitamina E al organismo, entre otros beneficios ·En España se producen anualmente seis millones de jamones ibéricos y seis millones de paletas ibéricas, lo que representa un volumen de negocio de cerca de 2.000 millones de euros

Piara de cerdos ibéricos, la principal en la provincia.
Piara de cerdos ibéricos, la principal en la provincia.

12 de marzo 2009 - 01:00

Según un estudio de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-, el precio de la carne de cerdo no ha dejado de subir para los consumidores desde 2004. Este incremento nada ha tenido que ver con lo percibido por los ganaderos de porcino, ya que en la actualidad, cinco años después, reciben el mismo dinero que entonces cuando venden sus productos a las comercializadoras.

Este desequilibrio de precios entre origen y destino queda evidenciado en el último IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos) publicado por COAG y las organizaciones de consumidores UCE y Ceaccu, correspondiente a los datos recogidos en el mes de febrero, en el que la carne de cerdo presenta un margen diferencial del 568 por ciento. Es decir, hasta 5,68 veces se llega a multiplicar el precio de un kilo de carne de cerdo desde el ganadero hasta el consumidor: 1,02 euros por kilo pagan las comercializadoras al ganadero y lo venden al consumidor a 5,79 euros.

Esta diferencia tan importante de precios aporta pingües beneficios a los intermediarios, a los que les sale un negocio redondo ser partícipes de una cadena agroalimentaria en la que, de momento, la especulación está siendo permitida. Precisamente, el IPOD es una de las iniciativas que COAG pone en marcha para denunciar el abuso de la gran distribución comercial y demandar mecanismos que permitan una regulación de los mercados (Ley de Comercio).

Lo que están siendo ganancias fáciles para unos supone importantes pérdidas para otros. En este caso, para los ganaderos de porcino ibérico, que no sólo tienen que hacer frente a los múltiples problemas que está viviendo el sector, sumido en una importante crisis, sino que además se ven obligados a vender sus productos a precios ciertamente bajos. Tanto es así que, incluso, no se llegan a cubrir los costes de producción, que son elevados en una explotación de estas características, por el incremento constante de los insumos del campo (piensos, modernización de infraestructuras y otros), así como por las muchas medidas sanitarias que deben tener las explotaciones, después de los años problemáticos de la peste porcina africana.

En este sentido, hay que destacar que la provincia de Cádiz se encuentra en una situación todavía más complicada, ya que por su situación geográfica tiene que hacer frente a las enfermedades que vienen del continente africano a través del Estrecho. Una circunstancia por la que COAG viene demandando medidas especiales para los ganaderos de porcino de la provincia de Cádiz, dedicados principalmente al cerdo ibérico y localizados en la Sierra (Olvera es el mayor núcleo productor), que están gravemente afectados por la crisis del sector.

Los precios a los que venden la carne de ibérico son irrisorios. Un ejemplo: una arroba de cerdo ibérico (11,5 kilos) se ha llegado a vender a seis euros. Un precio que nada tiene que ver con el que encuentran luego los consumidores en los mostradores de las carnicerías.

Por otro lado, los productores de cerdo ibérico se están viendo afectados por la no diferenciación de calidades, un asunto del que aún no está bien informado el consumidor. Por ello, COAG demanda que la trazabilidad continúe más allá de los mataderos, para que el consumidor sepa perfectamente cuáles son las características de la carne que compra: qué clase de cerdo es, con qué se ha alimentado, cómo y dónde se ha criado, etc.

Y es que no es lo mismo una carne de ibérico que una carne de ibérico de bellota. El desconocimiento al respecto está siendo utilizado por las distribuidoras para presentar a precios desorbitados carnes o embutidos que se anuncian con la denominación de cerdo ibérico (raza del animal), sin que haya una diferenciación clara de las calidades (cebo, recebo y bellota).

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