La sala de proyecciones de los Jardines de la Atalaya fue testigo, quizá, de uno de los pasos más importantes que han dado las cofradías en los últimos tiempos. Se trataba de darle el visto bueno, oficialmente, por parte del pleno de hermanos mayores, a la nueva singladura que las hermandades harían para llegar a la Catedral. Y ya no sólo parece desde el punto de vista meramente geográfico, sino a raíz del debate surgido a flor de piel, esta 'singladura' parece significar algo más que unas calles, una plaza o un itinerario común distinto. Salieron las filias y las fobias.

En la noche de ayer por los alrededores de La Atalaya fueron llegando los hermanos mayores a la cita con total normalidad. Muchos de ellos habían consensuado con sus juntas de gobierno una postura, un voto. Se escuchaba en los mentideros cercanos que se habían dado posturas encontradas y diferencias que acabaron con enfados. De nuevo filias y fobias de las que no se salvaron los senos internos de las hermandades, contagiados del jaleo montado en el exterior.

El pleno se desarrolló con total normalidad a tenor de las distendidas tertulias que se improvisaron a las puertas de la sala donde se iba a celebrar la votación por una u otra opción.

Las puertas estaban cerradas a cal y canto y la comunicación con el exterior se ceñía a los mensajes que se recibían a través de los teléfonos. Se dio paso a la votación. Posiblemente fue una votación honrada, a pesar de haber mucha presión sobre el consejo y el pleno. Ganó el 'no' por 27 votos siendo contabilizados 20 a favor de la nueva carrera y 2 votos en blanco. El resultado, a pesar de ser bastante ajustado, era claro. Las cofradías optaban por no cambiar.

Posteriormente el presidente Dionisio Díaz trasladó al pleno las razones que le llevaron al cese de su presidente Miguel Perea Montes que, como se ya trascendió hace días, ha venido como consecuencia de "una falta de confianza". Los motivos los guardaba Díaz para el pleno celebrado ayer.

El vicepresidente también quiso hacer público su malestar por una falta de comunicación y por no haber tenido acceso a los planos en los que se desplegaba esta nueva carrera oficial que no ha dejado indiferente absolutamente a nadie.