Semillas solidarias

Es sorprendente leer las informaciones vertidas por la Asociación de Productores de Semillas (Aprose) en las que muestran su disconformidad con los planteamientos que Asaja mantiene para defender el desacoplamiento total de las ayudas. Este tipo de discursos sólo evidencian que Aprose no ha cambiado el chip y que se fundamenta en discursos claramente demagógicos. Cabe recordar, que Asaja defendió hasta la extenuación las ayudas vinculadas a la producción, el sistema anterior, que consistía en unas ayudas vinculadas a cada kilo de producción y en las que nadie recibía un solo euro por sembrar y sí por producir. Otro punto importante es el que versa sobre la sentencia del Tribunal de Luxemburgo. Lamentablemente para las tesis españolas, no cuestionan el tratado de adhesión, sólo exigen el estudio de impacto de la reforma.

Hechas estas dos apreciaciones, hay que aclarar conceptos. Las ayudas acopladas a la siembra no se pueden confundir con ayudas a la producción. Si el cultivo resulta inviable es absurdo ocupar la mejor superficie del Valle del Guadalquivir para sembrar y recolectar sin obligación de producir, como es indigno gastar recursos en la compra de semillas y en los pagos a cosechadoras si no se tiene en mente cumplir con el objetivo básico de la agricultura. Eso sí es insolidario. Al hilo de lo dicho, las ayudas desacopladas no son ayudas por no producir, son ayudas a los agricultores y ganaderos para reconvertir sus explotaciones y producir de cara al mercado. La viabilidad de los cultivos como los herbáceos (trigo, cebada, maíz, pipa…) lo confirman porque no hay una hectárea abandonada de estos cultivos en la agricultura andaluza.

Aprose aunque ha desaprovechado varios años, tiene una oportunidad; la investigación en semillas que respondan a la nueva Política Agraria Común. Incluso en cultivos como el algodón podría dar de una vez respuesta a la demanda que los agricultores llevan tiempo haciendo: Conseguir semillas que permitan una buena productividad con importantes ahorros en los costes, resistencia a las enfermedades y con fibra de calidad. En suma, un producto que después de cultivado sea atractivo para la industria. Ahí esta la clave, ahora a trabajar.