Tensa concentración en Las Pachecas por un conflicto vecinal

De nuevo el camino C-173 volvió ayer a ser el escenario de un conflicto vecinal en Las Pachecas. Desde las seis de la tarde vecinos de la barriada rural se concentraron en contra de José Lozano, propietario de una de las fincas de esta zona conocida como La Zarandilla. Con pancartas y gritos como 'no nos vamos a ir', los manifestantes denunciaron la que dicen ser una actitud "de acoso constante" por parte de Lozano, quien no dudó en ponerse unos pantalones de deporte y, ante sus vecinos, comenzó a hacer ejercicios de estiramientos. Su hermano, acostado en un colchón en el camino pedía con una pancarta 'dejarme dormir', actos de provocación que avivó el ya más que caldeado ambiente en la barriada rural ante la presencia de casi una decena de agentes de la Guardia Civil y una pareja de la Policía Local.

A pesar de que este enfrentamiento comenzó por la titularidad de una cuneta y por el paso de vehículos pesados hace ya ocho años, lo cierto es que el conflicto ha tomado tintes más duros hasta llegar a agresiones "de todo tipo", destacó ayer la vicepresidenta de la asociación vecinal y afectada, Elena Molina. "Hemos sufrido de José Lozano agresiones verbales y físicas, nos hemos encontrado las entradas de nuestra viviendas con troncos de árboles para que no podamos acceder a la casa, también nos tapa la entrada con furgonetas... Éste es nuestro pan de cada día por desgracia".

Molina, junto a el presidente de la asociación, Francisco Gutiérrez, acompañó estas críticas con sentencias a favor del colectivo y de documentos del Ayuntamiento y Junta de Andalucía en los que se especifica, entre otros asuntos, que en el carril de la 'discordia' "no existe señalización de ningún tipo que limite el paso ni el peso de los vehículos que por él circulen". "Nos ha querido hasta cobrar por pasar por ahí... Si este hombre tiene antecedentes penales, por favor, que se hagan los juicios por lo penal, no por faltas, que éstos no le cuestan un duro. Y no sólo eso, está abusando de una justicia gratuita que pagamos todos y este hombre que tiene bienes, que se gaste el dinero", señaló Molina. El presidente vecinal quiso añadir además que Lozano "ha echado a cinco familias de aquí. Algunos vecinos por no buscarse una ruina se han ido, José nos acosa a diario".

La otra cara de la 'moneda' es Lozano, quien ayer soportó la concentración a las puertas de su casa criticando que "en lugar de sacar pancartas lo que tienen que hacer es ir a la Administración a ver si les da la razón. Que vayan, que consigan sus licencias como las tengo yo y vean de verdad cuál es la entrada de sus viviendas". Según este vecino, los 'nuevos' residentes compraron "estos terrenos con el acceso en otro lado. Cuando se hizo este camino fue para la entrada de cinco parcelas y no de quince como hay ahora".

Como respuesta a esta denuncia de Lozano, Molina volvió a tirar de documentación y remarcó que según la Junta de Andalucía "no existe una relación que especifique las entradas que corresponden a las fincas rústicas. Si las entradas se realizan por caminos públicos -lo clasifica así la Consejería de Agricultura y Pesca-, el titular de la finca elige el camino más adecuado. Todos los caminos realizados por la Administración se ejecutaron para beneficio de las condiciones de toda la zona, por lo que todos los ciudadanos pueden beneficiarse de su existencia".

Las acusaciones de agresiones que se lanzan unos a otros son constantes y en esta 'batalla' vecinal los daños van más allá de la propiedad del terreno. "A un amigo de mi hermano, José Lozano le rompió la pierna por tres sitios y tenemos el juicio en diciembre, a mí me dio un puñetazo, ha roto las puertas de los vecinos en más de una ocasión... Pero la Justicia está fallando", declaró Molina. Por otro lado, Lozano sostuvo que "temo por mi vida, hay mucha gente que me espera, ponen denuncias falsas... Lo que están haciendo es un montaje que cada vez se parece más a la mafia que a un país democrático. Esto ya es insoportable y un juez de lo Administrativo es que el tiene que poner fin a esto, no la Guardia Civil". A la espera de que se sigan celebrando nuevos juicios, el ambiente en La Zarandilla se caldea por minutos.