Una de la tarde y una familia pasea en bicicleta. Mientras, otros sacan bocadillos y refrescos para almorzar al aire libre, y un joven da órdenes a su perro que obedece rápidamente y le trae la pelota que previamente le había tirado... Estas escenas se repiten cada fin de semana en las inmediaciones de la laguna de Torrox, un escenario que se 'deprime' con los años ante el nulo mantenimiento y el abandono al que ha estado sometido desde que se inauguró.

En junio de 2002 el entonces alcalde, Pedro Pacheco, presentó el proyecto de rescate de este embalse, desaparecido en 1968, como una herramienta para mejorar la calidad de los vecinos de la zona Sur. Evitar el riesgo de inundaciones y desbordamientos del arroyo Morales fueron los objetivos principales para la recuperación de la laguna, cuyo coste ascendió a ocho millones de euros. Pero, lejos de convertirse en un humedal con su necesario nivel de agua, flora y fauna, la laguna de Torrox es ahora un espacio castigado, una 'manta' de cañas que desprende malos olores y que está ahí como si de un fantasma del pasado se tratara.

"Fue una barbaridad de obra y la laguna no se ha recuperado. Una de carácter endorreico, como la de Medina, se llena en invierno y cuando llega la sequía se seca, tiene un ciclo natural. Pero esto es un estanque", señala el coordinador local de Ecologistas en Acción Jerez, José Trujillo. Este colectivo denuncia que, de hacer un recorrido aguas arriba, "nos encontramos que los terrenos por donde viene el arroyo principal han sido alterados, produciendo un arrastre de lodo que ha hecho que la laguna se rellene".

La obra se "dimensionó mal", sin estudiar con precisión la cuenca del arroyo Morales. "Cuando se ejecuta, al cabo de un año está prácticamente inservible. Se hizo mal desde un principio", recuerda Antonio Figueroa, también de Ecologistas. Y es que un proyecto muy atractivo en papel se ha convertido para muchos vecinos en una pesadilla. La falta de limpieza en la zona, la poca actuación ante botellones ilegales y plagas de mosquitos por el estancamiento del agua son algunas de las críticas de los residentes de las urbanizaciones colindantes a Torrox. "Se vendió como la recuperación de una laguna pero era sólo publicidad. Un estanque para evitar inundaciones, pero en la práctica, era una laguna artificial, una laguna en malas condiciones de la que se han ido desentendiendo todos los gobiernos", apunta Figueroa.

En este sentido, la actual delegada municipal de Medio Ambiente, Felisa Rosado, reconoce que "se ha abandonado desde hace tiempo. No se tomaron las medidas necesarias para evitar el lodo y ahora hay un problema tremendo al que no podemos hacer frente a corto plazo". Para la popular, el problema que ha llevado a la laguna a la actual situación fue no proyectar un pozo de decantación de lodo para que el agua entrara limpia. Pero, teniendo en cuenta que el Gobierno local tiene serios problemas para pagar a los propios trabajadores municipales, el estado de Torrox es algo más que secundario en la agenda del Ayuntamiento. "Ahora no hay presupuesto. En verano se intentó iniciar trabajos de limpieza pero fue imposible y tampoco contamos con la posibilidad de poder meter máquinas", señala Rosado, quien añade que aunque no sea algo prioritario, "está en la mesa de la delegación. No hemos tirado la toalla y la intención es que se resuelva". A la acumulación de lodo hay que añadir el vandalismo del que ha sido objeto la zona. Papeleras rotas o incluso arrancadas, vallas tiradas, basura por los jardines, pintadas... Actos incívicos que, aunque algunos no quieran ver, suman a la decadencia de este espacio verde.

"¿La solución? Habría que empezar de cero. Vaciar la laguna de sedimentos es una tarea muy complicada y costosa, y también se debe estudiar la cuenca de arroyo Morales y ver si se puede reducir la entrada de sedimentos. Pero sin duda, hay que actuar", declara Figueroa. Por ello, desde Ecologistas en Acción proponen que Medio Ambiente permita una 'batalla' de ideas porque de ahí "puede salir una brillante y poco costosa. Pero sabemos que ahora no es el mejor momento", añade Trujillo.

Mientras, los patos seguirán andando, sí, andando, sobre el lodo en una laguna convertida en una alfombra de cañas.