La Delegación de Urbanismo ha advertido a los propietarios de las antiguas instalaciones de Cartonajes Tempul, en la calle Taxdirt, que proceda al derribo de este edificio abandonado y al desarrollo de estos suelos bajo riesgo de que se expropien o, incluso, se desclasifiquen urbanísticamente los suelos. Es el ultimátum que el concejal de Urbanismo, José Antonio Díaz, asegura ha realizado al administrador concursal de la sociedad propietaria de los suelos y a unos inversores interesados en este enclave.

Estas instalaciones, completamente abandonadas y a merced de actos vandálicos, dejaron de tener actividad en 2005 cuando pasaron a ser propiedad de una empresa inmobiliaria sevillana. Sin embargo, esta firma se encuentra en proceso concursal desde hace años sin que estos suelos se hayan podido desarrollar —el vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permite en ellos la construcción de un centenar de viviendas—.

Durante la presentación de una serie de actuaciones que acometerá el Ayuntamiento en el barrio de Santiago, José Antonio Díaz aseguró que ha mantenido recientemente un encuentro con el administrador concursal de esta empresa a la que se le ha instado a que acometan el desarrollo de estos suelos bajo riesgo de entrar en el registro de solares, que puede conllevar la expropiación de la propiedad, en caso de que persista el incumplimiento del deber de conservación.

Así, apuntó que se le ha dado un tiempo “razonable” —no especificó el tiempo— para empezar a presentar un proyecto y dar pasos para su ejecución. Incluso, el edil llegó a advertir de que, en caso de no hacerlo, se podría proceder a la desclasificación del suelo, que actualmente se contempla como uso residencial. “Si no hacen nada podría volver a su estado anterior [industrial] y ya se sabe; si ahora estos suelos valen ‘x’, después pueden valer x menos 1”, aseveró.

Desde hace años, los vecinos del entorno han denunciado en numerosas ocasiones la situación de inseguridad que se vive en este inmueble. El edificio ha sufrido ocupaciones, incendios continuos y es un foco de consumo de drogas. A ello se une el riesgo sanitario que supone que las cubiertas de este antiguo edificio industrial son de uralita, unas estructuras que en algunas zonas están completamente derruidas.