Jerez

Los Vampir Fliers volarán para conseguir sonrisas plenas

  • Los pilotos darán visibilidad a la Asociación Andaluza de Fisurados Labio Palatinos (ASAFILAP) en la IV edición del Festival Aéreo Internacional Torre del Mar

José Ferrera y Rafael Cala, la Patrulla Vampir Fliers,  junto a sus aeronaves.

José Ferrera y Rafael Cala, la Patrulla Vampir Fliers, junto a sus aeronaves. / (Jerez)

José Ferrera y Rafael Cala, más conocidos como la Patrulla Vampir Fliers, son dos pilotos jerezanos de aviación ligera que tienen un objetivo por el que volar. A partir de ahora alzarán sus aviones a mil pies del terreno para dar visibilidad a la Asociación Andaluza de Fisurados Labio Palatinos (ASAFILAP). Una asociación, que según explican en su página web, está creada para informar y orientar sobre la alimentación, tratamiento, recuperación, terapias y ayudas para los afectados de labio leporino y fisura palatina. Ésta, lleva tres años funcionando, empezó en Granada y ya tiene presencia en todas las provincias andaluzas.

Se trata de una de las malformaciones congénitas más comunes que existe y que afecta a 1 de cada 700 personas. De ahí uno de los lemas que utilizan ‘#1en700’. Se detecta en el inicio del embarazo, en torno a la octava semana, cuando las partes del paladar superior y del labio superior se unen. No hay una única causa de las fisuras labio-palatinas. Influyen factores genéticos y factores externos, en ocasiones no se consigue saber exactamente cuál ha sido el motivo.

Rocío González Lara, vocal de Cádiz de la asociación, asegura que los Vampir Fliers les abren una puerta a “volar más alto”. Y asegura que supone un horizonte nuevo para ASAFILAP, permitiendo ampliar los ingresos destinados a las ‘Becas Paula’. Estas becas pretenden colaborar con aquellas familias que más lo necesiten en los gastos derivados directamente de este tipo de malformaciones y que no estén cubiertos por la Seguridad Social. Es el segundo año que se convocan y en esta ocasión hay disponibles 8 becas de hasta 500 euros, lo que supone un total de 4.000 euros destinados a estas familias que más lo necesitan.

González Lara explica que hasta ahora el dinero destinado a estas becas procedía las cuotas anuales de las familias asociadas y de donativos y colaboraciones. Así, la colaboración con la Patrulla Vampir puede aumentar el número de becas ofertadas en años posteriores. “Esperemos que esto prospere y que llegue a ser una colaboración muy larga”, declara Rocío a este medio.

"Esperemos que esto prospere y que llegue a ser una colaboración muy larga”

La iniciativa parte de José, padre de uno de estos niños tan especiales y miembro de la Asociación. Éste lleva seis años volando y es sobrino de dos pilotos muy conocidos en Portugal. Carlos Eduardo Bleck, que fue el primero en hacer el vuelo Lisboa-La India y Manuel Grosclaude Beja. Este último lo llevaba de pequeño a museos de aviación y fue del que realmente adquirió la pasión por volar. “La anécdota es que de chico el me metió en un avión que era el Sadler Vampir y más tarde, cuando empiezo a sacarme el título de piloto y tal, llego a un aeródromo y me encuentro ese mismo avión. Me hizo mucha gracia porque era el avión en el que montaba de pequeño. Cuando me acerqué, dentro estaba Rafa y nos hicimos amigos”, comenta José, oriundo de Portugal pero afincado en Jerez.

Rafael Cala es el propietario del Sadler Vampir, una copia adaptada a la aviación ligera del original en el que montó José de pequeño. Lleva 10 años volando y comenzó su afición coleccionando cromos de aviones y utilizando radiocontroles y simuladores de vuelo. A Rafael volar le aporta un enfoque diferente. “Las vistas son espectaculares. Es la mejor azotea o ventana del mundo”, comenta. Por su parte, Ferrera asegura que la sensación que consigue es de libertad. “Puedes coger el avión e irte a cualquier parte, casi a donde quieras”.

Ninguno de los dos se dedica profesionalmente a la aviación. José es profesor de secundaria y Rafa es técnico-mecánico. Para ambos lo de volar es tan solo un hobby, una pasión. No buscan ánimo de lucro, ni que se convierta en su profesión. “No tenemos intención de conseguir dinero con esto. Solo disfrutamos de nuestra afición”, asegura José. Además, Rafa explica que: “los pilotos comerciales tienen una responsabilidad laboral. Si tienen que irse a alguna parte se van. Y esto influye también a nivel familiar. Nosotros ya hemos empezado un proyecto de vida, los dos tenemos nuestras familias y demás. Cada uno tenemos nuestra ubicación bien hecha”.

Para ambos lo de volar es tan solo un hobby, una pasión. No buscan ánimo de lucro

Estos dos pilotos jerezanos de aviación ligera van a representar a la ciudad de Jerez en la cuarta edición del Festival Aéreo Internacional Torre del Mar (2019), que tendrá lugar durante este fin de semana. Un evento aeronáutico, cultural, deportivo y familiar que reúne a más de 300.000 espectadores. Según informa la web del festival, éste cita a los mejores pilotos acrobáticos del mundo. Su carácter internacional, hace que personas de todo el mundo acudan a la cita. Un evento gratuito para los asistentes y en el que los mismos, experimentarán sensaciones únicas, irrepetibles y que difícilmente olvidarán. Cazas a reacción, patrullas acrobáticas, aviones históricos y los últimos diseños con la más avanzada tecnología estarán presentes en este festival aéreo.

La aeronave de Rafa, que es la que participa en el festival, ganó el premio ‘Grand Champion Design’ en el EAA Fly-in en Oshkosh (1982). Es un avión de más de 30 años, que despliega las alas en 15 minutos y que mide 1.36 metros. Diseñado en Estados Unidos, es el único ejemplar en vuelo que hay actualmente en Europa y de los pocos en el mundo. “Con el paso de los años se han ido destruyendo o la gente los ha ido abandonando”, comenta. “Lo encontré en Alicante, me lo traje y lo reconstruí en todos los aspectos. Porque entre otras cosas no cabía”, explica entre risas su propietario. A ésta, deben el nombre del grupo. “Al poco tiempo de sacarme la licencia estuve buscando una aeronave y di con ella. La verdad que fue amor a primera vista. El avión tiene su encanto”, expone orgulloso el piloto jerezano.

La aeronave de José, la ‘Quad City Challenger’, un modelo que se encuentra entre los más vendidos en Estados Unidos, no participa este año en el festival. “La compré hace un año y le estamos haciendo mejoras. Nos encantaría meterla en el festival, pero me tengo que hacer con el avión, tengo que conocer lo que voy a pilotar, porque me puedo matar”, explica José Ferrera. Por ello, éste, es el piloto de reserva y ayuda a Rafa en toda la logística y los preparativos. “La revisión del avión la hacemos juntos, yo estoy de apoyo allí. Si él tiene que hacer alguna maniobra, yo desde el suelo le corrijo o le ayudo”, comenta.

A la pregunta de si el año que viene incluirán a la ‘Quad City Challenger’ en el festival, ellos responde entre risas “eso lo vamos a dejar ahí como modo de sorpresa”. En esta cuarta edición del festival realizarán un vuelo solo, una especie de solista, en el que llevarán a cabo maniobras anómalas que se observarán desde las playas de Torre del Mar. Pero aseguran que: “desde hace tiempo buscamos ampliar a otra aeronave en el tema de los festivales. Porque quiera que no, dos aeronaves realizando una maniobra gana mucho. Pero en los festivales internacionales no se va a improvisar. Buscamos que cuando tengamos los dos aviones se unan las dos performances”, explican.

José es la segunda vez que participa en el festival, para Rafa es el cuarto año. Ahora, ambos pilotos y amigos tienen el objetivo de volar en Torre del Mar para conseguir “sonrisas plenas”. Es por esto que les gustaría hacerlo en más festivales, sin embargo, encuentran un obstáculo: “lo económico”. Explican que les llegan ofertas de diferentes puntos de España, pero que les resulta imposible acudir. “Es que nosotros nos lo guisamos todo. Somos los mecánicos, los pilotos, los que mantenemos la aeronave... Y todo parte de unos trabajadores normales con un sueldo normal”, exponen Rafa y José.

Para ambos, además, es importante conseguir dar difusión a la aviación ligera jerezana y a la cultura aeronáutica. “Me llama mucho la atención que antiguamente Jerez tenía un festival aéreo jerezano que se hacía en el aeropuerto. Me acuerdo de verlo con 13 o 14 años y de pronto desaparecer. A la gente que nos gusta la aviación hemos pasado de estar viendo festivales aéreos en Jerez a no ver absolutamente nada y, sin embargo, tenemos aquí a una de las escuelas más importantes de aviación que hay a nivel europeo la ‘Flight Training Europe’ “, expone Ferrera. Por este motivo, tienen en mente que alguna empresa les patrocine. “Creemos que es una buena idea, porque es un festival al que acuden más de 300.000 personas y tiene una difusión bastante importante”.

Así, José y Rafa agradecen la difusión por parte de los medios de comunicación y consideran que con la obtención de patrocinadores sería más fácil, en primer lugar, la recaudación de fondos para ayudar a los fisurados labio palatinos y, en segundo lugar, dar difusión a la aviación ligera jerezana y la cultura aeronáutica. Una labor que, hasta ahora, han llevado a cabo por sus propios medios y que aseguran que seguirán haciendo pase lo que pase. Por su parte, Rocío González espera que la Patrulla Vampir Fliers disfrute volando en el festival, su objetivo más próximo. “Que además de ayudar estén disfrutando de ese momento y viendo desde arriba lo pequeñitos que somos y los defectos que podemos llegar a tener”, concluye la vocal de Cádiz.

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