El Zoco, en entredicho
La marcha de comerciantes de este espacio cultural provoca que reciba críticas, aunque como muestra este reportaje, no todas las opiniones resultan negativas
La marcha de artesanos del Zoco de Artesanía de los últimos días ha provocado que este céntrico enclave vuelva a tener su espacio en la actualidad informativa de la ciudad, mayormente por algunas voces disonantes que han surgido criticando sus carencias, motivo por el que han 'volado' seis comerciantes en esta última semana, quedándose ocupados siete de los 22 espacios disponibles.
Las causas son variadas y cada uno tiene su punto de vista en este tema, aunque como aseguran los protagonistas de este reportaje, ni todo es tan negativo, ni el Zoco está en perfectas condiciones, pues como afirma uno de los artesanos de este edificio, "todo es mejorable".
Comencemos conociendo al autor de estas palabras: José Gil. Este artesano jerezano regenta un estudio-librería especializado en flamenco desde hace casi dos años, tiempo durante el cual "no puedo decir que esté descontento con las instalaciones, sino todo lo contrario, aunque evidentemente, todo es mejorable". José es de los que piensan que el problema del Zoco "es cuestión de promoción, aunque tenemos que ser los propios artesanos los que 'vendamos' nuestros negocios", ya que considera que "al ser un lugar novedoso y poco conocido, es difícil seguir adelante, y entiendo las críticas de algunos compañeros, aunque ya se sabe que cada uno cuenta la Feria por cómo le ha ido".
Este artesano es consciente de que "sufrimos también la huelga de autobuses y las carencias económicas del Ayuntamiento", ante lo que aboga por "ser comprensivo en ambos sentidos".
Junto a José Gil, tras pasar por delante de cuatro espacios del Zoco vacíos actualmente, nos encontramos con el negocio de Manuel de Mané, quien se dedica a la construcción de mobiliario con barricas de vino. De Mané, "el artesano más antiguo que hay en el Zoco", donde lleva desde que abrió -marzo de 2008-, cree que "claro que hay problemas internos que habría que solucionar, aunque existen tantos problemas que ya no sabe uno qué tiene prioridad".
Manuel cree que la reciente marcha de comerciantes se debe a "intereses propios, porque no han querido renovar su estancia aquí, aunque a mí este espacio siempre me ha parecido muy emblemático y original, porque que yo sepa, mercados de artesanía hay pocos en Andalucía".
Las voces disonantes en este reportaje las ponen Fátima y Francisca, dos de las seis artesanas que, tras más de cuatro años instaladas en el Zoco, decidieron cerrar sus cuatro negocios y unificarlos en una única tienda ubicada en la calle Tornería que abrió el pasado Viernes de Dolores. Fátima Canca opina que "las perspectivas que se nos presentaron cuando llegamos al Zoco no se han cumplido". Canca critica que "el último contrato que se nos ofreció fue de seis meses, aunque la continuidad más allá de ese periodo estaba en entredicho", por lo que considera que "como estábamos allí no podíamos continuar, porque el alquiler era barato, pero teníamos que pagar autónomos y eran muchos gastos".
En la tienda que ahora regentan conjuntamente estos artesanos, "nos turnamos para abrir hasta los domingos, pero trabajamos uno de cada tres, para que los compañeros puedan elaborar sus productos".
Una de las socias de Fátima, Francisca González, encargada de fabricar los productos de piel de la tienda, cree que "el sitio donde está el Zoco no es bueno, pues no pasa nadie". También critica que "las tiendas son muy oscuras y hay problemas de organización". Ante esta situación, afirma que decidieron que "aquello no merecía la pena", aunque "habrá que luchar, pues no hay más remedio que trabajar".
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