La alcaldesa, Mamen Sánchez, y el delegado de Participación, José Antonio Díaz, se han reunido este viernes con la asociación de vecinos Pozo de la Víbora, en Picadueña Baja. Era un encuentro esperado por la nueva junta, ya que aún no tiene las llaves de los locales municipales. Además, hay un conflicto sobre qué colectivo tiene preferencia para el uso de las instalaciones de la calle Ayala, centro del que ahora disfruta el colectivo de mujeres del barrio, y que la nueva asociación quiere también disponer.

Desde el Ayuntamiento, Díaz ha asegurado que se está trabajando en un registro de casi 300 locales municipales, "para saber su uso, la titularidad... Ya se está ultimando, porque queremos poner orden". En cuanto a la situación peculiar de Picadueña Baja, el delegado ha declarado que "hemos solicitado la documentación que tienen las dos partes (asociación de vecinos y colectivo de mujeres) e intentaremos llegar a un consenso para el uso de los locales, teniendo en cuenta que aquí hay 3 inmuebles".

"Creemos que es importante que se compartan recursos y buscar un equilibrio, porque cada colectivo tiene proyectos muy importantes para el barrio", ha asegurado Díaz, quien ha añadido que "hemos visto buena predisposición y talante de la nueva junta vecinal".

Por su parte, la asociación ha declarado que dará "un voto de confianza" al gobierno y esperará al registro: "Nosotros tenemos todos los papeles en regla. Ahora seguimos igual que estábamos, pero esperamos que se resuelva todo pronto".