Ni fusión, ni independencia de la manzanilla. Habrá que esperar a diciembre para que el pleno del vino apruebe un acuerdo, a ser posible consensuado, que dé respuesta a las observaciones planteadas por la Comisión Europea a los aspectos de los pliegos de condiciones del vino de Jerez y la Manzanilla que contravienen la normativa comunitaria.

El pleno del vino acordó ayer aplazar tres meses, a partir de las elecciones de las que saldrá un nuevo plenario con lo que el nuevo límite se encajaría en el 15 de diciembre, la decisión sobre el conflicto entre el fino y la manzanilla de Sanlúcar, la ampliación de la zona de crianza y la regulación de los graneles, los tres grandes apartados a los que Bruselas ha puesto alguna objeción.

Los vocales del vino aparcaron sus diferencias y la crispación, para abordar en tono más amable la difícil papeleta que tenían encima de la mesa y frente a la que las distintas organizaciones sectoriales reaccionaron con la presentación de hasta cinco propuestas distintas para su debate en la sesión plenaria de ayer, alguna también de corte intermedio como la presentada por las cooperativas.

No procedió pasar a debatir ni a votar ninguna de estas propuestas, y después de un largo intercambio de impresiones –el pleno era monográfico y duró dos horas y media– sobre el enfrentamiento entre las bodegas de Jerez y Sanlúcar de las últimas semanas, con las cooperativas y los viñistas independientes de Asevi de testigos, el debate se centró en la extensión del nuevo plazo solicitado a la Consejería, el único punto de encuentro entre las partes desde el pleno ordinario de finales de julio en el que se destapó la caja de pandora.

Otro de los vocales junto a la reja que da acceso al patio del Consejo Regulador.

Finalmente, los representantes de las distintas organizaciones sectoriales coincidieron en darse tres meses más de tiempo para madurar un acuerdo en el que las partes se tendrán que emplear a fondo por la disparidad de las posiciones de partida.

No en vano, al término de la sesión plenaria, tanto el presidente de Fedejerez, Evaristo Babé, como el vicepresidente de la Asociación de Bodegas de Sanlúcar, Víctor Vélez, reiteraron que sus posiciones de salida no varían un ápice, por lo que la patronal bodeguera jerezana mantiene la idea de fusionar las denominaciones de origen del jerez y la manzanilla como la mejor forma de garantizar la supervivencia y defender la manzanilla, mientras que la patronal sanluqueña se aferra a preservar la convivencia del fino y la manzanilla en Sanlúcar, sólo que ahondando en la diferenciación entre ambos vinos, y sin renunciar a mantener dos denominaciones de origen separadas.

“Fedejerez acepta el aplazamiento con talante dialogante y sobre todo de rigor de defensa de las Denominaciones de Origen”, dijo Babé, quien asegura tener “las pilas puestas y cargadas para afrontar la negociación, que espero no se deje para el final”.

Por su parte, Vélez mostró su satisfacción por el aplazamiento sujeto a un compromiso de “abrir un diálogo sereno para tratar de llegar a acuerdos con un análisis riguroso de las consecuencias jurídicas y económicas que puede tener cualquier decisión que se adopte”.

Cooperativas y viñistas independientes, en posiciones intermedias, mostraron su confianza en que se pueda alcanzar de aquí al 15 de diciembre un acuerdo satisfactorio para todas las partes para la modificación del pliego de condiciones más allá del conflicto del fino y la manzanilla, en aras de un futuro mejor para el Marco.