El incierto futuro del Marco de Jerez
Bodegas
Las organizaciones sectoriales cierran filas en torno a sus propuestas sobre el conflicto entre Fino y Manzanilla
Todo está en el aire a 24 horas de un pleno en el que hay mucho en juego
Todo está en el aire. Las ejecutivas de las distintas organizaciones sectoriales del Marco de Jerez fijan posiciones de cara al pleno extraordinario del Consejo del vino que se celebra este jueves y en el que se someterán a debate y votación, si procede, las distintas propuestas, hasta cinco, presentadas para dar respuesta a las observaciones planteadas por la Comisión Europea sobre la coexistencia del Fino y la Manzanilla, de un lado, y de la zona de crianza y la de producción, de otro.
Es decir, Bruselas considera que las denominaciones de origen de los Vinos de Jerez y la Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda contravienen la normativa comunitaria en estos dos apartados y, en consecuencia, reclama al sector que argumente las diferencias entre el fino y la manzanilla, definidos exactamente de la misma forma en sus respectivos pliegos de condiciones, y los motivos por los que sólo puede criarse el vino en el triángulo Jerez-El Puerto-Sanlúcar y no en el resto de localidades –Trebujena, Chipiona, Chiclana...– por las que se distribuye el viñedo del que se nutren el jerez y la manzanilla.
A falta de 24 horas para abordar una decisión trascendental para el futuro del Marco, las organizaciones sectoriales cierran filas, y aunque aún hay margen para acercar posturas, ninguna de las propuestas presentadas reúne suficientes apoyos para salir adelante no ya con una mayoría holgada, sino incluso con la mitad más uno de los votos del pleno, que para colmo está en funciones, ya que a mediados de septiembre se celebrarán las elecciones del vino de las que saldrá un nuevo plenario.
La propuesta de Fedejerez, que su ejecutiva ha decidido defender en el pleno para lo que cuenta con ocho vocales, aboga por fusionar los vinos de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar en una sola Denominación de Origen, eliminar la distinción entre la zona de crianza y la de producción, y cortar de raíz con la posibilidad de que las bodegas sanluqueñas puedan criar indistintamente fino y manzanilla.
La propuesta de Fedejerez no convence al resto de organizaciones sectoriales, en particular a la Asociación de Bodegas de Sanlúcar, que cuenta con un vocal en el pleno (Barbadillo) y que rechaza de plano esta posibilidad por su negativa tanto a renunciar a tener una DO propia como a seguir elaborando fino en Sanlúcar.
Las bodegas sanluqueñas, con el aval de la comisión de la Manzanilla, llevan al pleno donde tienen un único vocal dos propuestas excluyentes entre sí. La primera plantea la retirada del expediente administrativo para la modificación de los pliegos de condiciones de las DDOO del Marco que ha dado pie al requerimiento de la Comisión Europea –la inmensa mayoría del sector se opone al entender que el problema de fondo seguiría existiendo y tarde o temprano Bruselas volvería a pedir explicaciones–.
La segunda propuesta nacida en Sanlúcar, y que tampoco convence al resto de organizaciones al no sustentarse en argumentos técnicos y científicos, ahonda en matices aromáticos para la diferenciación entre el fino y la manzanilla. Y aún hay una tercera iniciativa, en este caso de Barbadillo, que pide un aplazamiento de seis meses para propiciar un debate más sosegado en busca de mayor consenso.
Ante el cariz de los acontecimientos, las cooperativas, representadas en el pleno por cinco vocales, decidieron mediar en el conflicto abierto entre las bodegas de Jerez y Sanlúcar, y presentar una propuesta intermedia de cuño propio que, en resumidas cuentas, defiende la solicitud de un aplazamiento de seis meses a Bruselas para darle una respuesta, pero sujeto a unos compromisos. De un lado, las cooperativas consagran la división de las denominaciones de origen –en realidad es sólo del nombre que identifica a sus vinos, que comparten Consejo Regulador, pleno, zona de producción (viñedo) y sistema de crianza– y la identificación de la zona de producción y crianza, para lo que habría que buscar una solución a los graneles, en general, y a la comercialización en los despachos de vinos de Chiclana –donde actualmente está autorizado el Bag in Box–, en particular.
De otra parte, deslizan que no comparten la convivencia del fino y la manzanilla de Sanlúcar, pero le pasan la pelota al Consejo Regulador y a la Junta de Andalucía para que se mojen en la solución –si se acredita con argumentos sólidos que hay diferencia entre los dos vinos, lo aceptarían de buen grado–.
Las cooperativas, en cualquier caso, manifestaron ayer a través de una fuente autorizada su malestar por los ataques de distintos operadores de Sanlúcar a la cooperativa Covisan, a la que acusan de haberse plegado a los intereses de Fedejerez. La otra cooperativa sanluqueña, La Caridad, cabe recordar que se ha desmarcado de la posición consensuada por el resto.
Los viñistas independientes de Asevi-Asaja no hacen ninguna propuesta, pero tampoco están de acuerdo con las cinco que hay sobre la mesa. Pese a su idea inicial de dejar libertad de voto a sus seis vocales en el pleno, su principal apuesta tras la última ejecutiva es que no se vote nada ahora y que sea el pleno saliente de las próximas elecciones el que tome una decisión, por lo que están por la labor de pedir un aplazamiento a Bruselas sin adquirir compromisos previos.
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