Una apuesta por la vida
María del Carmen Francisco asume la presidencia de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos en un momento crucial ante la próxima ley de muerte digna
La Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos, una organización sin ánimo de lucro creada hace 16 años con el objetivo de mejorar la asistencia tanto del paciente como de su familia, tiene desde hace unos días una nueva presidenta: la doctora jerezana María del Carmen Francisco, que es además responsable del equipo de cuidados paliativos de la AsociaciónEspañola contra el Cáncer, formado también por una enfermera y un sicólogo.
La doctora Francisco toma el mando de la Sociedad, que agrupa a unos 200 profesionales (casi el 50%, médicos) que trabajan en cuidados paliativos en toda la comunidad autónoma, en un momento - asegura- complicado y de cambios. La razón, según explica, es que está en marcha el proyecto de ley que regula los derechos y garantías de la dignidad de la persona en el proceso de la muerte. La Sociedad no tiene aún una voz unánime sobre el anteproyecto, ya que esperará a conocer el proyecto definitivo, pero en principio la doctora Francisco cree que la ley será positiva porque contribuirá a clarificar conceptos y a afianzar el papel de los profesionales. “La posición que tomemos será siempre en defensa del profesional. Esta ley pretende que sepamos qué podemos hacer. Es bueno que se delimiten los términos, que tengamos el camino más claro y que no haya confusión”.
En un momento en el que la controvertida eutanasia forma parte del debate entre algunos estamentos, la doctora Francisco es clara. “Los cuidados paliativos no tienen nada que ver con la eutanasia.La eutanasia va buscando como fin definitivo la muerte y los cuidados paliativos van buscando calidad de vida. Esa es la diferencia. Nosotros procuramos la calidad de vida del paciente y de la familia, nuestra apuesta es por la vida no por la muerte”. Además aunque lo habitual es que los cuidados paliativos vayan ligados a un enfermo terminal, no siempre es así. “A veces se ayuda para que el enfermo remonte después de un tratamiento muy agresivo”, asegura María del Carmen y aunque se asocian estos cuidados con el enfermo oncológico, también abarcan a pacientes con otras patologías, como insuficiencias renales, cardiacas o alzheimer, en definitiva enfermedades en estado avanzado que precisan recursos especiales.
Tampoco existe un protocolo establecido para administrar cuidados paliativos, según explica Francisco. “Depende de cada persona. Nosotros hacemos una evaluación. Hay pacientes que tienen dolor, otros tiene astenia, otros nauseas. Hay que evaluar e intentar controlar esos síntomas y atenderle desde todos los puntos de vista, no sólo sintomático, sino también sicológico. Lo más difícil de sobrellevar es depender de otra persona, porque no sólo hay pacientes mayores, también jóvenes que eran independientes. Eso a veces es muy duro de llevar, más que el dolor”.
Los cuidados paliativos han ido evolucionando, no tanto en su concepto como en su cobertura a cada vez mayor número de pacientes. “La Consejería de Salud ha sido muy sensible a la hora de conseguir equidad y precisamente el proyecto de ley de muerte digna reconoce que cualquier persona nazca donde nazca o viva donde viva tengan las mismas posibilidades”. Todavía se está lejos de que sea así. Por ejemplo, el equipo de la Asociación contra el Cáncer atiende a familias de Jerez y las pedanías “pero la persona que viva en Villamartín,Rota o Chipiona no tiene equipo a domicilio que les atienda. Hay todavía lagunas que hay que cubrir, no puede ser cuestión de suerte”.
Los cuidados paliativos se administran no sólo en domicilio sino también en el hospital. En el caso de la Asociación contra el Cáncer, la atención es en el domicilio, multidisciplinar y dirigida al paciente y a la familia. “Cuando la necesidad lo requiere se lleva a cabo el ingreso en el hospital, bien porque necesite una atención especializada, o una intervención o por claudicación familiar, porque la familia no puede seguir dando los cuidados que el paciente requiere. Hay que tener en cuenta que el principal esfuerzo lo hace la familia y a veces deja de tener fuerzas”.
La doctora Francisco asegura que tanto la atención en un centro hospitalario como en casa tiene sus pros y contras. “Lo más importante es que el paciente elija donde estar pero habitualmente si el paciente está bien controlado, no tiene dolor él quiere estar con sus cosas, en su casa, en su cama, llevando el ritmo de vida que quiere, comiendo los alimentos que su familia le cocina, rodeado de sus hijos o nietos”.
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