Elecciones andaluzas

Mi parlamentario, '¿pa cuándo?'

  • El PSOE local se reivindica exigiendo más presencia en las listas electorales

  • En la ejecutiva provincial no sentó nada bien el resultado de la asamblea del lunes

Momentos previos a la asamblea del PSOE celebrada el pasado lunes.

Momentos previos a la asamblea del PSOE celebrada el pasado lunes. / Manuel Aranda

Miembros de la ejecutiva local del PSOE apuntaban semanas atrás off the record las escasas posibilidades de que un jerezano fuera colocado en puestos de salida en las listas por la provincia a las elecciones autonómicas. De hecho, solo se daba alguna posibilidad a Isabel Armario, siempre y cuando la ejecutiva provincial acabara apostando por ella, extremo que no ha ocurrido. Pero ya se vaticinaba entonces que cualquier propuesta que saliera de la agrupación jerezana tendría escaso recorrido.

En esto ya no pesaba tanto que la dirección local tenga poco feeling con la provincial —sí lo había en las elecciones de 2012 y 2015 y tampoco sirvió para aupar a un jerezano a los puestos de privilegio— sino que ya se veía que apenas quedaban huecos libres. La cúpula estaba por la labor de una lista continuista donde las pocas dudas estaban en saber quién iba a sustituir al histórico Luis Pizarro.

Tal y como se esperaba, se confirmó la presencia del vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios; del secretario de organización regional, Juan Cornejo; y de su homónima en el provincial , Araceli Maese. Además, se ratificó a las parlamentarias Noelia Ruiz y Rocío Arrabal y se despejó la incógnita. Pizarro iba a ser sustituido por un cunero, el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez.

Tras esto ya solo quedaba el trámite de consultar a cada una de las agrupaciones locales, un momento que la de Jerez ha aprovechado para, al menos, alzar la voz. Ya en la asamblea, algunas voces fueron en la línea de mostrar su indignación por la falta de jerezanos en los puestos altos, una sensibilidad que ayer plasmó la ejecutiva local en un comunicado crítico con el provincial y el regional. En él, entre otros argumentos, se apela a los más de 29.000 votos obtenidos en Jerez en 2015, una cifra superior a la obtenida por el partido en Cádiz y Algeciras juntas. 

En la asamblea, el candidato más votado, y con diferencia, fue el secretario de organización local, Israel Pérez Morón. Le siguieron, aunque con una amplia diferencia, los también jerezanos Natalia Jiménez, Jesús Alba (delegado de Alcaldía en El Portal) y José Carlos Ramos (uno de los tres vicesecretarios de la ejecutiva local).

Tras ellos, se quedaron los designados para los puestos de salida por las ejecutiva regional y provincial —Jiménez Barrios, Cornejo, Vázquez, Maese y Arrabal;mientras, Noelia Ruiz fue superada por otro jerezano, Juan Santos Morilla—.

Ahora bien, sus posibilidades de que finalmente esto pueda servir para que acceda a puestos de salida son complicadas ya que necesitaría también del respaldo de otras asambleas.

Hay fuentes que aseguraban ayer que en la cúpula provincial ha sentado bastante mal el resultado de la asamblea jerezana. No en vano, se considera que puede entenderse como una desautorización a destacados miembros del ejecutivo de Susana Díaz.

Eso sí, esto no deja de ser un capítulo más en el enfrentamiento soterrado que mantienen desde hace tiempo los dirigentes de la plaza de San Antonio de Cádiz con los actuales responsables de la jerezana calle Sevilla. Por lo tanto, no se espera que la sangre llegue al río sino que se seguirán velando armas a la espera de una hipotética vendetta.

Tras las autonómicas toca las municipales y Jerez sigue siendo una plaza demasiado importante como para enfrascarse ahora en una crisis interna. Además, la actual ejecutiva local fue apoyada por la mayoría de la militancia en el congreso local y el resultado de la asamblea del lunes fue una reválida pasada con nota.

Su fuerza y su única defensa están supeditadas a lo que digan las urnas el próximo 26 de mayo. Mantener o perder la Alcaldía, esa es la guerra que marcará el futuro y las relaciones entre ambos bandos. Mientras tanto, la ejecutiva local se puede permitir el lujo de decir ‘mi parlamentario, ‘¿pa cuándo?’.

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