Jerez

La asociación del centro histórico critica que el Ayuntamiento quiera iniciar las obras de reurbanización

  • Considera que no son trabajos "esenciales" y que se pone en riesgo a trabajadores

  • Cree también que unas obras de cuatro meses perjudicarían aún más al comercio en fechas en las que podría volver a abrir

Dos personas cruzan la plaza Esteve, hace unos días.

Dos personas cruzan la plaza Esteve, hace unos días. / PASCUAL

La asociación de vecinos del centro histórico considera "asombroso" que "aprovechando el confinamiento" el Ayuntamiento haya adjudicado y pretenda iniciar de forma inminente una serie de obras "no esenciales", entre las que se encuentran las reurbanizaciones de Corredera-Esteve-Cerrón y de plaza Vargas.

La asociación asegura que no comprende cómo desde la Administración "se esté dispuesto a poner en riesgo a trabajadores en pleno estado de alarma" y hace hincapié,  por otro lado, "en el agravio comparativo que se establece entre esos trabajadores y los empleados municipales. No se entiende que el Ayuntamiento saque a la calle a trabajadores del sector privado, mientras a los de su propia plantilla no se les hace desmontar los palcos de Semana Santa un mes y medio después de la suspensión oficial de la misma". No obstante, hay que decir que esta mañana ya comenzó este desmontaje.

Los representantes vecinales del centro histórico lamentan además que el Ayuntamiento se embarque en unas obras de cuatro meses de duración en la actual situación. "Puede significar la puntilla definitiva al diezmado comercio tradicional y de cercanía del centro de la ciudad. Muy posiblemente los comercios puedan comenzar a abrir durante el mes de mayo, con lo cual, si le sumamos a lo ya padecido, el hecho de encontrarse con una zona levantada durante cuatro meses y la desconfianza que va a suscitar a medio plazo el uso del transporte público, puede suponer un daño del que difícilmente se puedan recuperarse".

La asociación vuelve a incidir "en el daño patrimonial e identitario que va suponer la eliminación del adoquinado, por cuyo mantenimiento nos hemos manifestado y concentrado durante las semanas previas al confinamiento". Opina que que la finalidad principal de "favorecer la potenciación turística de la zona ya no se sostiene" y que esos fondos "perentoriamente serían necesarios para acometer otro tipo de actuaciones como, por ejemplo, que no se sigan produciendo derrumbes en la zona intramuros". Afirma, en este sentido, que si, a pesar de todo, "se siguiera manteniendo el fin turístico como detonador de estas actuaciones, sería muy destacable que nos encontraríamos ante un ejercicio de política largoplacista nunca antes visto en esta ciudad".

A juicio de la asociación, si algo está poniendo de relieve esta crisis, "es la urgencia en acometer la repoblación del centro histórico. Muchos comerciantes se han percatado de la importancia de que la zona esté poblada para mantener la viabilidad de sus negocios. A ello hay que unir el deterioro físico y patrimonial, que sigue produciéndose y acrecentándose, y la inseguridad provocada por una avalancha de delitos menores y actos vandálicos que se están produciendo en intramuros".

Se pregunta qué más tiene que suceder para que la repoblación, "palabra que provoca una gran sorna entre algún alto cargo técnico municipal, sea asumida como un prioridad en esta ciudad" y reclama a la clase política que vea esta situación como una oportunidad de poner el foco "en lo verdaderamente importante, que no es, precisamente, poner en riesgo a una serie de trabajadores en pleno confinamiento para avanzar en la destrucción del patrimonio del centro y provocar un daño irreversible a sus comerciantes".

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