Hostelería

"Al parecer, el virus sólo entra por ahí"

  • El dueño del Bar Pampero se queja del cierre de la puerta del mercado de abastos que da a su establecimiento tras el positivo de un empleado municipal de la plaza

Antonio López, ante su establecimiento, en una imagen de finales del pasado mes de julio.

Antonio López, ante su establecimiento, en una imagen de finales del pasado mes de julio. / Pascual

Nueva llamada desesperada de Antonio López, propietario del Bar Pampero, en la jerezana calle Parada y Barreto. Tras el positivo detectado en un operario municipal del Mercado Central de Abastos, se ha encontrado con la desagradable noticia de que se ha vuelto a cerrar la puerta trasera de la plaza que da a su establecimiento.

"Al parecer, el virus sólo entra por ahí", ha escrito a través de las redes sociales para mostrar su disconformidad. "Todos conocéis", recuerda, "que el Pampero es un bar que afortunadamente funciona gracias a la plaza y a todos vosotros, pues cuando ya empezábamos a ver color y luz al final del túnel por el que habíamos pasado... volvemos a empezar de nuevo".

Cabe recordar que este bar no pudo abrir sus puertas hasta finales del pasado mes de julio, mucho después de que finalizase el estado de alarma y fue de los últimos en recuperar la actividad al no disponer de permiso para ello "sin que nadie nos explicase los motivos".

El propietario del Bar Pampero considera que el positivo en el empleado municipal de la plaza "no fue nada alarmante" y está a favor de que se tomen, en consecuencia, "varias medidas razonables", pero nunca la de volver a perjudicar a su establecimiento.

Así concluye su llamamiento: "Esta vez no vamos a cerrar las puertas de nuestro bar, porque no podemos permitirnos el lujo, seguiremos luchando para que las puertas vuelvan a estar abiertas y para que la zona sea reestructurada de una vez por todas. No podemos permitir que un bar que es historia de Jerez se termine cerrando para siempre. ¡Te necesitamos!"

Desde 1984, Antonio López regenta el Bar Pampero, situado en la calle Parada y Barreto, en pleno corazón del mercado de abastos. Lleva años esperando la anunciada reforma de la zona en la que se encuentra, donde se producen vertidos y muchas personas hacen sus necesidades ante la falta de vigilancia, sobre todo a partir de la tarde.

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