El jerez deja de ser el vino para cocinar de los japoneses
Bodegas
Los vinos de Jerez y Oporto, los mejor situados para crecer en el mercado japonés hasta 2025
El ICEX analiza la situación y proyección de los vinos generosos en el país asiático
Los vinos generosos tienen una presencia muy reducida en Japón, donde apenas suponen el 0,2% del volumen de las importaciones de vino, del orden de 600.000 litros de los 256 millones totales, y el 0,3% del valor, 527 millones de yenes (4,3 millones de euros de un total de 1.360 millones).
Pese al escaso volumen que representan los vinos fortificados, Japón es un mercado estratégico para el jerez, que desde hace décadas desarrolla una importante labor de promoción a través del Consejo Regulador y Fedejerez, entre las que destaca el concurso anual de venenciadores que da acceso al Título Oficial de Venenciador, que ha abierto las puertas del país nipón a muchas bodegas del Marco.
Japón se presenta como un mercado de grandes oportunidades aún por explotar para las exportaciones europeas de vinos europeas, que han ganado competitividad tras la eliminación de los aranceles al hilo del Acuerdo de Partenariado Económico entre la UE y Japón (EPA por sus siglas en inglés).
Y los vinos fortificados, en los que se incluye el jerez, tienen todo a favor para crecer, tal y como apunta Euromonitor International en su estudio 'Wine in Japan' de mayo de 2021, según el que pese a la fuerte caída experimentada en 2020 por el impacto negativo del Covid-19 y sus medidas restrictivas –toque de queda, cierre de hostelería...–, los vinos generosos presentan las mejores expectativas de crecimiento en los próximos cinco años, en concreto del 4,5% hasta 2025.
El ICEX (Instituto de Comercio Exterior) se hace eco de esta predicción en el informe sobre El mercado del vino espumoso y generoso en Japón elaborado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Tokio, en el que afirma que los vinos de jerez "cuentan con un pequeño niño de mercado y unas cifras de importación más o menos regulares" en el mercado japonés, y si bien se han visto afectados por la pandemia global, "se espera que los resultados se vayan recuperando en los próximos años, a medida que el sector Horeca, y especialmente los bares y restaurantes españoles, retoman su actividad".
Portugal, con el oporto al frente, lidera las exportaciones de vinos generosos a Japón, con 332.000 litros (54,6% del total) valorados en 257 millones de yenes (2,1 millones de euros). España, abanderada por el jerez, ocupa el segundo lugar con 220 millones de litros (el 36,2 % del volumen total) por valor de 174 millones de yenes (1,4 millones de euros). Y aunque las exportaciones de vinos generosos acumulan tres años de caída en Japón, España es el único país que logró aumentarlas, poniendo así freno a la tendencia a la baja registrada entre 2017 y 2019.
Aunque con un consumo "ínfimo" en comparación con los vinos tranquilos y el cava procedentes de España, el fino y la manzanilla ocupan especial relevancia entre los jereces que salen de las bodegas con destino a Japón, ya que representan casi dos tercios del total, preferencia que el ICEX explica en "su perfil de vino muy seco que combina bien con la heterogeneidad propia de la gastronomía japonesa".
El informe refleja la caída del jerez en el último año de acuerdo con las estadísticas del Consejo Regulador, que cifra las exportaciones al país nipón en 130.204 litros, lo que supone una disminución por tercer año consecutivo y un 17,8 % menos que en 2019. "Este hecho se puede explicar, en parte, por el efecto de la Covid-19 en el sector Horeca".
La Oficina Comercial del ICEX recurre a la responsable de la Japan Sherry Academy, Yoshiko Akehi, para explicar la situación actual del jerez en Japón. Según la experta en vinos, el jerez ha dejado atrás la imagen de vino para cocinar con la que entró en este mercado para ser considerado ya un vino con tradición.
Akehi da cuenta del aumento en los últimos años del aumento de importadores y de finos/manzanillas distribuidas, al tiempo que significa que, a diferencia de otros generosos como el Porto o Madeira, el jerez es un vino seco que permite una gran variedad de maridajes con la gastronomía japonesa, lo que abre la puerta a nuevas formas de consumo.
"También se observa una gran preocupación por la salud y una notoria apreciación por los productos de calidad", indica el estudio, que encasilla los vinos generosos en un rango de precios de entre 1.000 y 5.000 yenes, si bien en el canal Horeca, en locales exclusivos, pueden alcanzar los 10.000 yenes. "En esta categoría de precios son habituales algunos vinos generosos de origen español, como el popular Fino Tío Pepe, que se vende habitualmente por 1.800 yenes".
La Oficina Comercial del ICEX destaca la contribución de restaurantes españoles presentes en Japón, en los que cita los regentados por reputados cocineros como Carme Ruscalleda o Eneko Atxa, y las acciones realizadas en supermercados y tiendas especializadas para dar a conocer el vino español en general. Sin embargo, los vinos de Jerez brillan por su ausencia en tiendas minoristas salvo el Tío Pepe, de los pocos vinos del Marco que pueden encontrarse en supermercados, tiendas de descuento o grandes almacenes.
El informe también alude al Tío Pepe como uno de los vinos más afectados por la importación paralela –introducción del vino en el mercado sin contar con el importador autorizado–, que si bien es una "operación legal, en ocasiones presenta consecuencias negativas para los productos". El caso es que Mercian es el único importador del fino de González Byass en medias botellas, pero "algunas tiendas online han llegado a copiar la página web de Mercian para vender la mercancía paralela como si fuera el propio importador". Y también se encuentran grandes diferencias en el precio, añade el estudio, pues mientras que el fino del importador autorizado tiene un precio de 2.100 yenes la botella, los productos importados paralelamente se venden desde 1.500 yenes.
Mercian estima que la importación paralela supera 2,4 veces la importación directa, situación que recuerda a lo ocurrido con el whisky y el coñac en su mayor periodo de consumo y que se corrigió con las reformas de impuestos con la que se logró un ajuste del diferencial de precios. "Sin embargo, una de las excepciones es Tío Pepe, cuyo número de importaciones paralelas parece ser mayor al número de importaciones oficiales".
La importación paralela tiene un problema añadido, el de la pérdida del control de la calidad, ya que mientras que Mercian intenta mantener la frescura de su Tío Pepe, otros importadores paralelos no ponen énfasis en la calidad porque creen que los vinos de Jerez tienen un largo periodo de vida.
En el informe se recomienda "paciencia y perseverancia" a la hora de abordar el mercado japonés, que define como "grande, pero muy competitivo, además de complicado y exigente". "Muchas bodegas de distintas partes del mundo exportan al país y los importadores cuentan con muchos vinos distintos. Por lo tanto, es imprescindible que la empresa exportadora diseñe una política clara para exportar a Japón", añade.
El jerez toma posiciones para crecer en Japón, donde ICEX asegura que los consumidores son más propensos a comprar los productos que tienen algún aspecto distintivo, como puede ser una botella atípica o una etiqueta atractiva. El consumidor nipón también se interesa por los productos que cuentan una historia singular, como puede ser el origen de la bodega o el método de producción del vino, en lo que Jerez tiene mucho ganado.
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