Joyas de la Semana Santa de Jerez

Las caídas de plata de la Virgen de la Paz

  • La titular mariana de la Sagrada Cena está expuesta función solemne de besamanos durante toda la jornada de hoy en San Marcos

Eran los primeros años de la década de los setenta cuando en la hermandad de la Sagrada Cena ocupaba el cargo de hermano mayor Juan Cervilla Ortiz, un cofrade que pudo haber escrito una importante página en la historia de cualquiera de las cofradías jerezanas en la que se lo hubiera propuesto. Juan de Mata, conocedor de la proyección de un joven Cervilla, lo quiso ‘fichar’ para su cofradía del Santo Crucifijo de la Salud. “Sin embargo, yo quería formar parte del nacimiento de una cofradía. Quería trabajar pero desde el origen. Mi padre tenía una notaría en la calle San Juan de Dios. Y así fue cómo me acerqué a la parroquia de San Marcos que estaba cerca. La hermandad tenía un año de vida. Y entonces vi claramente que esa iba a ser mi hermandad”. En 1968, Cervilla pasa a ocupar la máxima responsabilidad en la hermandad. Un día acudió a Sevilla junto al histórico Pepe Soto a ver un modelo de palio que pudiera sustituir al que habían adquirido diez años antes a la hermandad del Prendimiento que a su vez adquirieron a la sevillana hermandad de las Penas de San Vicente. Era un palio antiguo de 1929 repujado por una cara, obra de Seco Imbert. Aquellas preciosas caídas las conserva aún la hermandad y han salido en alguna ocasión con la Santísima Virgen de la Paz en sus Misterios Gloriosos con motivo de la procesión del Corpus Christi. Los cofrades de la Sagrada Cena querían un palio nuevo más actualizado y con mayores dimensiones. “Entramos en San Antonio Abad y vimos el paso de la Virgen de la Concepción. Ese fue el punto de partida. Queríamos un palio que se inspirara en las singularidades del de la cofradía sevillana”, recuerda ahora Cervilla.

En el año 1975 salía la delantera de las que serían las nuevas caídas del palio con la firma de los talleres de la viuda de Villareal. Unas caídas de plata cinceladas y repujadas con borlas catedralicias de pasamanería según escribe Vicente Bellido en  el libro editado sobre la historia de la hermandad de San Marcos. Las caídas son una maravilla. Una de las joyas de nuestra Semana Santa. Se trata de las únicas que existen de estas características en Jerez. Se diseñaron a partir del año 1973 y se culminan los trabajos de orfebrería en el año 1976.  Otra característica de estas caídas es que son las únicas que van por fuera de los varales. Es decir, al ser de plata rígida, los varales rematan por el interior del mismo palio para que las mismas caídas tengan la soltura suficiente. La paloma que hace referencia al Espíritu Santo y que forma la gloria del centro del palio también se estrenó en el mismo año de 1976 y también lleva la autoría de Villareal.

Sin entrar en los magníficos bordados que hiciera Esperanza Elena Caro, subrayar que el resto de la orfebrería lleva distintas autorías, aunque en su conjunto hacen una estampa de armonía y belleza. La candelería es relativamente reciente y está hecha por orfebrería San Francisco de Sanlúcar de Barrameda. Esta sustituyó a la antigua de Villareal. Por otro lado, la peana de la Virgen es una joya antigua que también formó parte del antiguo palio del Desamparo. Actualemnte es la que tiene la Virgen de la Paz para su salida el Lunes Santo. Además, la orfebrería destaca por unos candelabros de cola que también daría para un reportaje aparte. Se trata de unos elementos de 16 puntos de luz en su totalidad. Están hechos bajo el diseño del reputado artista sevillano Jesús Domínguez y se realizaron en los talleres ‘Lorenzo, Jiménez y Rueda’. En definitiva una joya el altar andante el palio de Santa María de la Paz y Concordia que hoy está en solemne besamanos. La Madre de la grandísima talla que es el Señor de la Cena, obra del genial Luis Ortega Bru.

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