La calle se viste de eucaristía
Procesión del Corpus
Altares y alfombras adornaron una procesión del Corpus que transcurrió por sus cauces habituales, con la importante aportación de hermandades y asociaciones pero sin música.
La procesión del Corpus transcurrió ayer por los cauces casi habituales de los últimos años. Casi, porque fue un Corpus sin banda de música tras la custodia. Entre que la municipal está suspendida por decisión municipal y que al Cabildo Catedral le ha importado poco remediar la situación, ayer faltó la música tras el Señor. En definitiva, un signo más de que lo de dignificar la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo en las calles está muy lejos en las intenciones de quienes tienen en sus manos todo esto. Ni lo más viejos del lugar recuerdan si ha habido precedente a esta situación. Al menos, el himno de España sonó en el órgano.
La hora de la salida fue más tarde, sobre las 20,10, tras la misa previa que ofició el prelado, monseñor José Mazuelos, a las siete de la tarde ante una Catedral llena, celebración que contó con la gran aportación del coro y orquesta catedralicias, bajo la dirección de Ángel Hortas, que elevó a un gran nivel la misa interpretando varias obras: Vivaldi, Frisina, Mozart, Saints-Saens, Aramburu, Sagastizabal, Darwall, Manzano y Vilaseca, incluyendo la Misa de San Pío X.
Con un cortejo largo y muy participado, especialmente por las hermandades como siempre sucede, y con el público justito viendo pasar la procesión, más numeroso en Lancería y Larga. Su desarrollo en las calles llevó un buen ritmo para no hacerla demasiado larga en su duración. En este objetivo ayuda sin duda alguna el recorrido actual que recorta sensiblemente el de antaño y toma calles de especial belleza y recogimiento como Algarve.
También mencionar el trabajo de los cofrades de la hermandad de La Clemencia, que otro Corpus más se ocuparon de la dirección de la procesión y de llevar la custodia por encargo del Cabildo, que ha encontrado en ellos un buen aliado para que todo salga lo mejor posible; y en ello ponen gran empeño la gente de San Benito. El viento de levante, que dejó un cielo grisáceo y con él temperaturas elevadas, marcaron la tarde.
Si el Corpus en Jerez ha perdido mucho es algo que salta a la vista, pero al menos el mundo cofrade con su implicación engrandece las vísperas y la propia celebración decorando calles y plazas con alfombras multicolores y de variado diseño que se repartieron desde Lancería hasta Asunción. En esta línea, destacar también la instalación de hasta siete altares por parte de hermandades como Cena, Redención, Amargura y Cristo de la Expiración, junto a otros instalados por la comunidad del Carmen, con una imagen de Santa Teresa en el paso de la Reina del Carmelo, en una clara evocación del quinto centenario del nacimiento de la santa carmelita, que se celebra este año; María Auxiliadora de Monte Alto y Divina Pastora de San Dionisio. Todos estos elementos vistieron gran parte del itinerario de la procesión creando esa atmósfera especial que demanda un día tan singular.
Las hermandades de penitencia, sacramentales y de gloria aglutinaron la mayor participación. Algo más exigua la de otros colectivos eclesiales tanto de seglares como clericales. En las representaciones oficiales, el cabildo municipal estuvo representado por la alcaldesa y concejales del Partido Popular; también asistió la Policía Nacional, representaciones militares, Colegio de Abogados, la Real Academia de San Dionisio...
El epílogo de la jornada lo pusieron los traslados a sus templos de la diferentes hermandades y asociaciones que tuvieron imágenes en altares para devolverlas a sus templos, traslados que pusieron la nota cofrade de una jornada en la que estos otros alicientes colaterales al central, el Santísimo en las calles, concitaron más la atención de la gente, no demasiada, que prefirió echarle unas horas más al silente Corpus de 2015.
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