El campo robado
A pie de campo
La crisis no sólo trae consecuencias directas como el empobrecimiento de la sociedad, también provoca que la gente en la ruina busque nuevas formas de subsistencia, a veces ilegales como es el caso de los robos en fincas y explotaciones rurales.
Es cierto que las sustracciones han existido siempre pero durante los últimos años se han incrementado hasta un punto insostenible y ya no son los pícaros de siempre que se hacían con una ínfima parte de las producciones para alimentar a sus familias o de cazadores furtivos que llevaban a su casa un conejo o una perdiz para comer, no. Los últimos delitos están siendo cometidos por bandas organizadas que planean con detenimiento los golpes y se hacen con todo tipo de material agrario, ya sea en forma de cables de cobre, chatarra, maquinaria en uso, aperos o cualquier otro material susceptible de ser vendido. Hasta ahora han sido invulnerables porque aprovechaban la nocturnidad, la lejanía y la soledad de las fincas para cometer sus tropelías.
Los más afortunados, casi siempre aquellos que habían contratado servicios de guardería rural privados como los de Agasa, se libraron, pero casi todo el colectivo se ha visto afectado en mayor o menor medida porque los campos estaban totalmente desprotegidos y dejados de la mano de Dios.Ahora bien, esta semana ha cambiado algo, el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), Rosa Aguilar, han puesto en marcha el lunes, el Plan Contra los Robos en Instalaciones Agrícolas y Ganaderas. Llama la atención que haya tenido que ser precisamente en este mes de comicios cuando se ponga a funcionar el plan pero si consigue erradicar los robos, bienvenidas las urnas que hacen que la Administración se mueva.
Según informa el MARM, van a reforzar con más de 1.170 agentes de las Unidades de Reserva la vigilancia en estas zonas poniendo y en las acciones trabajará la Guardia Civil, las unidades de Tráfico y Policía Judicial y el Seprona. Asimismo, el Plan intensificará la colaboración con las organizaciones agrarias para trabajar conjuntamente en pos de conseguir una mayor seguridad.
Asaja-Cádiz ya se ha reunido con la Subdelegación del Gobierno para concretar los pasos a seguir en la provincia y, por su parte, en junio se estudiarán los primeros resultados y Rubalcaba se ha comprometido a reunir de nuevo a todas las organizaciones para ir tomando el pulso al trabajo. Ojalá las intenciones se cumplan y el Plan sea fructífero porque suficiente tienen los camperos con los problemas del sector como para aguantar a los cacos esquilmando existencias.
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