Hay ganas de Feria. Y la prueba está en la evolución del fin de semana de preferia, “muy bueno” según algunos de los muchos caseteros que adelantaron la apertura al viernes o al sábado para aprovechar la afluencia de público, con el alumbrado a medio encender de noche como reclamo.

Mientras los moteros ocupaban las calles del casco urbano, muchos jerezanos optaron por probar en la González Hontoria, donde se encontraron con algunas casetas ambientadas como en los mejores días de Feria y hasta con actuaciones en directo.

La política de precios a la baja, y en particular las ofertas, que incluso algunos caseteros publicitaron por el centro para atraer a los moteros, tuvieron su tirón entre los jerezanos, no así entre los aficionados a las dos ruedas. Mientras las casetas de marcha hicieron caja por la noche, las de socios y peñas se llenaron de día el sábado y el domingo con comidas de socios y amigos. Ayer, por ejemplo, era imposible aparcar en las inmediaciones del recinto ferial desde primeras horas de la tarde y hasta bien entrada la misma.

Los gastos para la instalación de la caseta son prácticamente los mismos, pero los caseteros, curados de espanto, han adaptado sus precios a la coyuntura económica y en sus listados afloran medias botellas a cuatro euros, dos euros más baratas que la media de los últimos años, jarras de rebujito a ocho euros frente a los hasta 12 euros de anteriores ediciones, ofertas que combinan bebida y comida, y menús completos desde 20 euros por persona en adelante. Otras casetas, como Los Gallos, han instaurado la hora feliz, que también aplican aunque no lo digan expresamente otros caseteros que ofertarán montaditos y bebida por dos euros y combinados desde 2,50 euros, quizás para atraer a los jóvenes tras la decisión de cerrar La Rosaleda como botellódromo de Feria.

Para el gusto de los caseteros, los días de preferia han sido, quizás, demasiado calurosos, el único pero que ponen algunos hosteleros, que no obstante recuerdan que cada vez hay más casetas que instalan aire acondicionado en previsión de que se registren altas temperaturas como las que anuncian las predicciones meteorológicas.

No todas las casetas han abierto sus puertas con antelación. Quizás estén mitad y mitad, explicó el encargado de una caseta ubicada en la zona nueva, donde antiguamente se instalaban los cacharritos, que también han aprovechado en estos días para hacer las primeras ventas.

Dentro del Real, aún se apreciaba algún andamio suelto en casetas que ultimaban ayer los preparativos para la inauguración oficial hoy por la noche. Un brochazo aquí, un farolillo allí, ligeros retoques tras los intensos días previos de trabajo para tenerlo todo preparado de cara al gran día.

Fuera, muchos de los puestos que ocupan el paseo de la Rosaleda y la calle Comandante Paz Varela seguían ayer vacíos. En los menos, los comerciantes llenaban las estanterías de todo tipo de abalorios. Las cocinas de churrerías, puestos de hamburguesas, perritos, kebabs... humeaban con los primeros pedidos, que iban saliendo con el soniquete de las ofertas del turrón duro y del blando del puesto aledaño.