Un centro donde padres y alumnos están como en familia
Un edificio con 470 años de antigüedad y mucho sabor tradicional pero inmerso en un cambio de estilo para adaptarse a las nuevas necesidades
El colegio La Salle San José es una auténtica institución en Jerez, ya que fue el primero que fundaron los hermanos lasalianos en esta ciudad. Por sus instalaciones de la calle Porvera han pasado generaciones de jerezanos: padres, hijos e incluso nietos, "aunque esa tradición ya es más difícil mantenerlo -reconoce el director, Pedro Soriano- por la normativa que existe de las zonas". El mismo fue alumno de La Salle, pero es seglar. "Aquí ya no queda ningún hermano -dice-. Yo solo soy hermano a la hora de pedir".
Como el inmueble que ocupan, (la antigua 'Casa de los Diezmos', que fue cedida por la familia Domecq), tiene una antigüedad de 470 años, su mantenimiento es muy costoso y complicado además porque las paredes son de canto y bajo el suelo discurren aguas freáticas que hace que la humedad surta de abajo hacia arriba. Este año se han embarcado en obras de infraestructura de bastante envergadura, "lo que nos va a suponer un gran esfuerzo económico, pero todo se suple con la generosidad de los padres, un poco de aquí y otro de allá". Como ejemplo cuenta que "el pasado año pudimos poner aire acondicionado en diez aulas donado por un padre y se ha acabado de instalar este año".
Pese a que no cuentan con demasiado espacio, precisamente al antigüedad del edificio le da su encanto a las aulas, al igual que el precioso patio de los naranjos o la capilla y como curiosidad, junto a la sala de profesores hay una bodeguita instalada por el hermano Botella hace unos cuarenta años. La sala de profesores era entonces el comedor de los hermanos, lo que explica la ubicación de esta bodeguita. Cuenta con tres botas, "pero sólo hay vino en una -explica el director. Para las otras dos lo estamos buscando".
Una de los adjetivos que podrían definir a este centro es su carácter muy familiar, debido precisamente a sus reducidas dimensiones y que son pocos alumnos, como cuenta la presidenta del Apa, Gloria Pérez. "Mi hija -dice- entró con tres años y ahora está en segundo de Secundaria en La Salle Buen Pastor pero tengo a otro aquí en quinto de Primaria. Hermanas mías hicieron aquí la Primera Comunión y como yo quería un colegio católico, por eso traje aquí a mis hijos. Siempre le he visto a este centro un encanto especial: la familiaridad de los niños con los profesores, de los profesores con los padres... Aquí el profesor de sexto también conoce al niño de 3 años y eso te da mucha tranquilidad".
Ella comenzó como madre delegada, hasta que se hizo cargo del Apa "y aquí estamos -dice-, pendiente de cualquier cosa que haga falta para los niños o el colegio".
Una muestra del carácter de este centro es la existencia de un 'salón familiar' que tiene múltiples usos: sirve de cafetería para los profesores, de comedor para los niños y por la tarde, cuando no hay clases, de lugar de reunión para los padres mientras los niños realizan cualquier actividad extraescolar. Incluso las madres tienen clase de pilates por las mañanas. "Los niños se quedan jugando hasta las nueve o las diez de la noche -explica Gloria- y los padres estamos en el salón familiar, donde también hacemos la zambomba en Navidad, convivencias... En este salón es donde las madres cosemos también los disfraces de los niños y estamos mejor que en casa. Es increíble que un niño llegue a las ocho de la mañana, se vaya a las diez de la noche y todavía no se quiera marchar a casa. Mis hijos por ejemplo se quedan al comedor no porque lo necesiten, sino porque luego se quedan jugando". En la semana de San José se van todos a pasar un día de campo a La Suara, para lo que ponen cinco autobuses".
Lo pasaron bastante mal en cambio cuando se produjeron los problemas con los aparcamientos. "Gracias a Dios -dice la presidenta del Apa- la alcaldesa lo solucionó, porque a un niño de 3 años no se le puede dejar en medio de la calle para que venga al centro. Con la zona naranja nos apañamos bien, pero en las horas de entrada y salida hay doble fila porque la salida de los niños es escalonada con intervalos de un cuarto de hora y la policía nos respeta ese tiempo siempre que sea en horario de entrada o salida del centro".
En cuanto al profesorado, el director dice que "es un profesorado joven que ahora está en proceso de renovación y con una característica en común que es la dedicación a nuestros alumnos y la generosidad en el tiempo. Si no fuera así sería muy difícil llevar esta misión educativa y evangelizadora a cabo. Además, a los alumnos no se les puede educar con los esquemas de hace cincuenta años".
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