Jerez

Un centro que tardó siete años en lograr su 'independencia'

  • Estas instalaciones, nacidas 'a la sombra' del colegio de La Paz, pueden presumir hoy de ser muy solicitadas tanto por los padres como por los profesores

El colegio Manuel de Falla comenzó a funcionar en el curso 1971-72 con el nombre de Nuestra Señora de La Asunción pero según explican dos de sus primeros profesores, Juan Rebollo y Manuel Fernández, "estaba adscrito al colegio de La Paz y no se 'independizó' hasta 1978". En la actualidad, su director, Teodoro Fernández, cuenta que "nuestro alumnado procede de familias con un nivel económico medio-bajo, afectados de manera importante por la crisis. La unidad familiar en más de la mitad de los casos está constituida por cuatro miembros, aunque también hay un alto porcentaje de familias con hijo único".

En cuanto a la formación la mayoría de los padres tienen estudios primarios o de Formación Profesional y sólo sobrepasa levemente un diez por ciento los que poseen estudios de Bachillerato o superiores. No obstante, "en términos generales -asegura el director-, las familias, están bastante comprometidos con la educación de sus hijos y colaboran de forma habitual con el profesorado del centro en las tareas educativas. Como consecuencia , y también en términos generales, tenemos un alumnado bueno, interesado por su aprendizaje y respetuoso con las normas de convivencia". De los 42 docentes que forman el claustro, sólo seis son varones y la a media de edad es de 44 años.

Pero lo que Teodoro Fernández destaca fundamentalmente de su centro es "el clima de convivencia y trabajo que existe, a lo que contribuyen todos los sectores de la comunidad educativa: Unas familias preocupadas por la educación de sus hijos, que colaboran con el profesorado siempre que se les necesita, un alumnado interesado por aprender y respetuoso con todo el personal del centro y unos maestros con un alto nivel de profesionalidad y compromiso con la labor docente que tiene encomendada". Asimismo, asegura que este colegio "tiene muchas solicitudes tanto de matrículas como de plazas por parte de los profesores".

En cuanto a las principales carencias y necesidades que padecen, dice que "son consecuencia fundamentalmente de la magnitud del centro". Como ejemplo dice que "los espacios del edificio principal son los adecuados para un centro con dos líneas, es decir, dos grupos por nivel, en total dieciocho unidades, pero nosotros tenemos tres líneas, lo que suponen 27 unidades más dos aulas de Apoyo a la Integración. Para albergar a tanto alumnado se han ido construyendo edificios según las necesidades del momento, de manera que en la actualidad contamos con tres edificios más dos aulas prefabricadas". También se queja de que "necesitamos más horas de atención por parte del orientador del Equipo de Orientación Educativa (EOE), porque una rápida detección de los problemas de aprendizaje y la actuación adecuada a cada realidad están en la base de una escolaridad exitosa. Con la cantidad de alumnos que tenemos en el centro, dos días de atención por parte del orientador del EOE se ha demostrado insuficiente".

Teodoro Fernández lleva quince años en este colegio, un período en el que dice que "se han producido muchos cambios. Finalizamos el periodo de la EGB. Compartimos durante un tiempo el alumnado de Primaria con el del primer ciclo de Secundaria y quedamos posteriormente como un centro de Infantil y Primaria en el que progresivamente se ha ido completando la tercera línea hasta llegar a la situación actual".

Durante nueve años formó parte como jefe de estudios del equipo directivo que lideraba Laura Capilla y desde el pasado curso desempeña las funciones de director. En este sentido reconoce que "me gusta tanto la docencia como el trabajo de gestión, porque creo que en los dos se puede aportar mucho para conseguir los objetivos que el colegio se ha propuesto". También admite que "es difícil compaginar las dos actividades debido al exceso de burocracia que acompaña a la gestión y al número de programas que debemos desarrollar". En su opinión "no es bueno que los directores de los centros salgan del aula, porque perderán la perspectiva que da el conocimiento de esa realidad, pero sería necesario aliviar su trabajo en aquellas tareas que no tengan relación directa con la docencia".

En cuanto a su relación con la Consejería de Educación y el Ayuntamiento dice que "es una relación descompensada que transita por grandes autopistas cuando va en una dirección: 'ellos mandan y nosotros hacemos', pero que se convierten en arduos caminos cuando va en dirección contraria: 'nosotros pedimos, (recursos humanos o materiales) y ellas nos dan'".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios