Ejemplo de profesionalidad

El Director del Centro del Profesorado de Jerez, José Juan Domínguez, me invita en mi calidad de Consejero del Consejo del Centro del CEP a un acto al que asistiré indudablemente y porque la ocasión lo merece, pero que resulta ser una de esas circunstancias de la vida que uno nunca debería tener que vivir.

Se trata del homenaje a Antonio Navarro Cornejo, un acto de justicia para quien todavía debería estar entre nosotros y a quien se le sesgó la vida cuando menos se esperaba.

Antonio, de quien conocemos, sobre todo, su labor en la dirección, su papel fundamental en la Secretaría General de la Delegación provincial de Educación y, más recientemente, su empeño como Subdirector del Centro del Profesorado de Jerez, nos dejó cuando todavía tenía mucho que decir, mucho que enseñar, mucho que compartir y de quien todavía teníamos mucho que aprender (talante, seriedad profesional, rigurosidad y dedicación a los demás en aras de solucionar problemas, entre otras cosas).

Hoy, martes 15 de febrero, a las cinco de la tarde, se descubrirá en el CEP una placa que dará su nombre al aula de informática (una de sus grandes pasiones y apuestas educativas), como quedó aprobado en la sesión del Consejo de Centro que tuvo lugar el pasado día 8 de noviembre.

A las seis de la tarde los actos tendrán continuidad en el IES 'LaGranja', centro del que fuera director, con la conferencia "Redes sociales y profesionales. Cultura digital en educación", impartida por Tíscar Lara, vicedecana de cultura digital de la Escuela de organización industrial de Madrid.

La directora del IES 'La Granja', Carmen Torres Beldarrain, se refería a él en declaraciones a este medio como la persona cuyo nombre nunca ha dejado de sonar entre nosotros: en los despachos, en las charlas de café, en la memoria y los recuerdos del Centro.

La delegada provincial de educación, Blanca Alcántara, en las palabras que le dedicaba en nuestro Suplemento de Educación del día 16 de marzo de 2010, destacaba de su persona muchos aspectos merecidos, señalando creer estar en la "obligación de recordar y dejar patente su alto y permanente compromiso con la educación". También afirmaba que hay que referirse "a las dotes que poseía de rigor, organización y dedicación, virtudes que en él nunca estuvieron reñidas con la cordialidad. Y todo ello teñido por un compromiso público con la enseñanza que lo ha distinguido siempre y por el que debe ser justamente recordado".

No olvidemos, por tanto, su ejemplar contribución docente.