Coronavirus

“Esto se está convirtiendo en una crisis”

  • Dos jerezanas residentes en Italia relatan cómo es la vida por el blindaje del país frente al coronavirus

La joven Flavia Baiaradelli Plaza, en Venecia.

La joven Flavia Baiaradelli Plaza, en Venecia.

Flavia Magdalena Baiardelli Plaza tiene 19 años y estudia Relaciones Internacionales, Filosofía y Economía en inglés en Venecia. Aunque nacida en Milán, ha vivido gran parte de su niñez y adolescencia en Jerez por cuestiones laborales de su madre. Pero ella se considera jerezana. Respecto al blindaje que vive el país con el objetivo de frenar el coronavirus, cuenta que lleva tres días recluida en su casa y las universidades y las bibliotecas están cerradas.

“En las farmacias hay carteles que dicen que se han acabado las mascarillas quirúrgicas y los geles sanitarios y en los supermercados no saben cuándo van a reponerlos. Hay gente que ha entrado en pánico y va a hacer compras gigantescas como abastecimiento. Creo que esto se está convirtiendo en una crisis. Aquí estamos más tranquilos, pero preocupados porque hay muchos turistas, de personas que van y vienen y, al final, es un problema”, cuenta la joven, que tiene previsto regresar a España y dejar los estudios en Venecia, “pero no por la ciudad en sí, sino porque cómo me siento aquí. Quiero cambiar”.

Ahora se marchará a Chile para continuar sus estudios y acompañar además a su madre en una nueva aventura laboral. Ahora está viendo cómo se puede hacer la salida del país. Confía en no tener grandes problemas y regresar lo antes posible a España, aunque no sabe si tendrá que estar en cuarentena cuando llegue.

Belén Ruiz Pomar, en los Jardines de Bóboli. Belén Ruiz Pomar, en los Jardines de Bóboli.

Belén Ruiz Pomar, en los Jardines de Bóboli.

La jerezana Belén Ruiz Pomar, de 42 años, vive en Florencia, donde trabaja en atención al público en los museos municipales. Aunque cuenta que la zona más afectada está al Norte, “aquí por el momento el clima es de una relativa tranquilidad. Se nota una preocupación general, pero por ahora aquí en Toscana la vida sigue con normalidad, exceptuando las medidas de higiene e protección del Ministerio de la Salud y otras medidas también a nivel nacional, como por ejemplo, suspender las excursiones en los colegios tanto en Italia como al extranjero y también en la Universidad permitir faltar a clase a quien lo considere oportuno. Pero más allá de eso, no hay medidas más drásticas como en otras regiones colindantes con las afectadas”.

Dice Belén que lo que sí se nota es “preocupación y un poco de alarma en la gente en general, sobre todo porque Florencia es una ciudad que vive del turismo y muchos trabajos son de cara al público. Aunque desde que cerraron los aeropuertos a los vuelos de/para China, no llegan más excursiones de allí, y eran muy numerosas hasta finales de enero más o menos. Aparte se teme también el impacto en el turismo en general y a nivel económico, porque el número de turistas está comenzando a bajar y creo que lo hará aún más en las próximas fechas”.

En cuanto a cómo se resolverá y cómo evolucionará el virus, “estamos todos un poco a ver qué pasa y a seguir la vida con normalidad, aunque el desinfectante y las mascarillas se están vendiendo ya mucho más caro de lo habitual”.

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