Cristóbal Orellana: "Siempre es una satisfacción poder aportar"
Director del Archivo Municipal de Jerez
Tras casi 40 años de labor en el Archivo, uno de los más importantes de Andalucía, en julio se jubila y se marcha con la tranquilidad de haber hecho lo que estaba en su mano, con los medios disponibles; destaca la ingente labor de digitalización que se está realizando, y confiesa que aún queda mucho por hacer
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"Carmen, mándame papel de escribir. Deseo que tú me escribas y las niñas pues de esa forma me anima la creencia de que estáis bien...". Estas palabras firmadas por el ferroviario Ángel García en un papel (fusilado en Jerez, donde estaba destinado, en 1936), dedicadas a su familia, son un ejemplo de los cientos de miles de documentos que se custodian en el Archivo Municipal de Jerez y que hacen inmortal a la historia, la más actual, hasta nuestros días, y la de siglos atrás. La nieta de Ángel ha donado este pequeño, pero grande a la vez, conjunto de cartas a Jerez para que no caigan en el olvido. El Archivo se encarga.
La labor del Archivo Municipal de Jerez (uno de los más importantes de Andalucía), ubicado desde 1987 en un edificio de la plaza del Banco que comparte con la Biblioteca Municipal, se remonta hasta, al menos, el siglo XIV, cuando el concejo municipal ya custodiaba un arca de privilegios y otra de documentos administrativos, que hoy no existen, pero de las que se habla en un acta capitular de 1410 que se puede consultar en el Archivo.
El documento más antiguo que se guarda es un Privilegio concediendo, por Alfonso X, a Xerez los mismos fueros y exenciones que goza Sevilla [1268] (AMJF, AHR, C. 22, Nº 18). Escrito en pergamino y con letra gótica de privilegios, es de fecha 28 de junio de 1268 (era hispánica de 1306). "Desde que Jerez tiene documentos en pergamino se guardan", apunta el director del Archivo, Cristóbal Orellana, en una entrevista a dos meses de su jubilación, el próximo 21 de julio. "Y tomar conciencia de que esa documentación tenía que llegar al futuro destaca especialmente en el siglo XVI", añade Eulalia Barea, que apoya a Orellana con algunos datos históricos durante la charla.
Licenciado en Filosofía (US), diplomado en Geografía e Historia (UNED), máster en Archivística (US), máster en Cultura de Paz y Conflictos (UCA), de profesión archivero, de militancia pacifista, "de vocación libertario, pasajero de un mundo a la deriva", Cristóbal lleva en el Archivo desde hace casi 40 años.
Un Archivo que, en su labor de conservación, difusión y custodia de los documentos, "ha sido muy importante la digitalización", algo en lo que Orellana ha insistido durante todo este tiempo. "Es una forma también de servir al ciudadano, no sólo presencialmente, sino también con esta digitalización, e incluso con peticiones que nos hacen vía correo". De hecho, en la página web se pueden consultar ya miles de documentos digitalizados. Un menú con múltiples opciones como actas capitulares (ss. XV-XVI y XIX-XX), documentos del 'Archivo Histórico-Reservado', piezas variadas de la Biblioteca Auxiliar del Archivo, protocolos notariales del s. XV, privilegios reales de la ciudad de Jerez (s. XIII), ordenanzas de la vinatería de Jerez (1483), padrón de nobleza (s. XVIII), manuscritos varios (como La historia de Jerez, de Tomás Molero, s. XVIII), libros de beneficencia, entre otros. Es decir, "podrías tener el Archivo en tu casa si quisieras".
El Archivo divide sus documentos en tres grandes grupos: el Archivo Municipal (referente a los documentos que genera el Ayuntamiento como institución), el Archivo Notarial de Jerez y archivos de origen privado de Jerez. Destaca Orellana entre ellos los libros de beneficencia y hospitales, que empiezan en el siglo XVI, "muy curiosos, interesantes y poco consultados", que cuentan cómo ha evolucionado la población, en materia de salud e higiene pública, a lo largo de los tiempos. Los documentos más consultados son los protocolos y las actas capitulares. Todavía queda mucho por investigar y descubrir en ellos, así como digitalizar 850 tomos de escrituras del siglo XVIII con la colaboración de Family Search, "un siglo bisagra entre nuestro mundo y el del pasado en el que podrán bucear los investigadores".
Poco personal y mucho que digitalizar, entre otras tareas, "porque aquí no se para desde que entramos", aseguran. De hecho, en 2023 el Archivo tuvo 14.021 visitas a la web, más de 2.700 consultas presenciales en 2024 y numerosas peticiones a través del correo, así como una activa página de Facebook, la elaboración de ediciones facsímiles. Al respecto, hay una en proyecto de 1414. Un protocolo notarial, para lo que se está hablando con la Universidad de Oviedo que será la editorial que lo publique, y la investigadora María Dolores Rojas, volcada en la parte científica del trabajo. Iniciativa que ya se hizo anteriormente con un protocolo de 1392, así como con las ordenanzas del vino de 1483.
Un Archivo Municipal que ha generado un gran interés entre los colegios e institutos, "y los chavales se interesan y entienden que es historia de la ciudad. Es un servicio a toda la comunidad. Se quedan admirados, maravillados, de la existencia de los documentos, de lo que hubo en el pasado, de la escritura, de los contenidos. Incluso, en algunos planes de formación de centros educativos la visita al Archivo forma parte del programa de actividades".
Tras 39 años en el Archivo, llega para Cristóbal el momento de la jubilación. A ella llegará con la satisfacción de que haber estado en este espacio, "ha sido una gran oportunidad para aprender, un privilegio. Un enriquecimiento personal muy fuerte". Los contactos con los historiadores, las lecturas continuas, la búsqueda de información, el estudio, las conferencias, las publicaciones... Pero, sobre todo, el trato con el público. Muchas personas que han acudido para pedir información sobre memoria histórica, de sus familiares, "algo que me ha emocionado mucho. Como aquellas madres que vinieron buscando datos para cerciorarse de que determinados niños que fallecieron en el parto eran o no los suyos. Ellas pasaron por este despacho. Trabajos como estos se han realizado en el Archivo unos cuantos. Y es una satisfacción poder ayudar y aportar. Es algo que me llevo, no sólo la satisfacción profesional, sino también el aprendizaje personal. Personas que vienen con dolor y te piden ayuda".
Cristóbal Orellana confiesa que, a su marcha, "quedan muchas cosas por hacer, pero aquí, los empleados, hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano, con los medios que nos han dado. En ese aspecto, estoy tranquilo porque tenemos muchas cosas que antes no teníamos, como la digitalización, muchas bases de datos, el Archivo Notarial, archivos privados; y un montón de investigadores que vienen todos los días, publicando un montón de obras, atendidos. Avances modestos, pero razonables desde hace décadas".
Ahora, como técnico, hay muchas cosas pendientes y eso le incomoda. Una de esas tareas, gran tarea, pendiente sería la mudanza del Archivo a un edificio en exclusiva, tal como se ha anunciado desde el Ayuntamiento con su propuesta de traslado a las antiguas bodegas de Díez Mérito. "Me alegraría, se lo merece. Aunque creo que ya no me tocará a mí, sino a quien venga después".
Entre las pocas mejoras que ha habido en infraestructuras están la inversión en cajas de preservación para documentos y adaptar a lo que exige la Junta de Andalucía la altura en la que se colocan los documentos, por lo que ha habido que trasladar parte al depósito que tiene el Archivo en la estación de autobuses, con más de 3.000 metros lineales de estanterías. Tareas pendientes: mejoras en las medidas de extinción de incendios, para lo que el Ayuntamiento ha encargado un proyecto para su implantación también en la Biblioteca Municipal. Asimismo, sería necesario el arreglo de las ventanas del semisótano con objeto de controlar el nivel de humedad, que a veces es alto. "Los proyectos están y el dinero, a la espera. Lo que no es cierto es que el Archivo se haya anegado o haya habido ratas. Hay deficiencias, que no se ocultan, pero las exageraciones, que no son ciertas, no vienen bien ni a la imagen de Jerez ni a la del Archivo".
Cristóbal quiere agradecer la labor de sus compañeros Eulalia Barea Gutiérrez, Alfredo Fernández Campos y Manuel Ruiz Romero.
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