Cronología de "un calvario" en el Hospital de Jerez

Una paciente relata lo que ha vivido en el Hospital de Jerez con varios cólicos renales, que han acabado con una intervención en un hospital privado de Sevilla: “Entré al quirófano con el riñón ya parado”

La UCI del Hospital de Jerez está en estado crítico: "Los profesionales están al límite y nuestros pacientes, en riesgo"

Entrada a las Urgencias del Hospital de Jerez.
Entrada a las Urgencias del Hospital de Jerez. / Vanesa Lobo

Isabel (nombre ficticio para mantener su anonimato) tiene 42 años y es enfermera. El 6 de junio acudió a Urgencias del Hospital de Jerez por un fuerte dolor en la fosa renal derecha. El diagnóstico: cólico renal derecho y derivación rápida a Urología.

Pasados los días y tras una consulta telefónica, el urólogo le solicitó un URO-TAC, que se realizó el 26 de junio en una clínica privada de Jerez. El siguiente paso, el 9 de julio cita con el especialista. Entre ambas fechas expulsó el cálculo derecho y lo envío a laboratorio para que analizaran. "A fecha de hoy (6 de agosto) desconozco los resultados y las palabras del urólogo fueron: 'Olvídate porque ya no sirve para nada. Puedes avisar a laboratorio de que la muestra la pueden tirar'".

Una vez expulsado el derecho comenzó con un dolor muy intenso en la fosa renal izquierda y en el hipogastrio (zona abdominal, cerca del ombligo), por otro cálculo de aproximadamente 7 milímetros situado en el uréter distal izquierdo con hidronefrosis grado III (es decir, el riñón está considerablemente hinchado y la orina no drenaba correctamente).

El mismo día 9 de julio, el urólogo le mandó una ureterorrenoscopia, un procedimiento endoscópico mínimamente invasivo que se utiliza para examinar y tratar problemas en el uréter izquierdo y el riñón izquierdo. "Y aquí comienza mi calvario", lamenta Isabel.

"Desde esa fecha los cólicos fueron continuados, precisando medicación intravenosa para aliviar el dolor tanto en urgencias hospitalarias, urgencias ambulatorias y en mi domicilio, pues mis padres son ambos personales sanitarios (médico y enfermera)", relata Isabel.

La situación no mejoraba, más bien, iba a peor. El pasado 28 de julio le realizaron el preoperatorio, puesto que si no se podía expulsar la piedra con la orina (a veces complicado por el tamaño), había que intervenir. El urólogo le dijo: "A partir del día siguiente de ser valorada por el servicio de anestesia, se queda en ayunas todos los días de 12 de la noche hasta las 12 de la mañana. Si hay hueco, la llamamos para intervenir".

"Además de la ansiedad que esta situación me provocaba, el dolor cada día era de mayor intensidad, por lo que acudí al servicio de Urología del Hospital de Jerez y me comunicaron que hasta el día 25 de agosto no había quirófanos. Efectivamente, lo pude comprobar, pues el día 31 de julio la planta de Urología estaba cerrada", detalla.

Su dolor continuaba y sobre la mesa no había ninguna fecha para ponerle fin. Así que un familiar contactó con un urólogo en Sevilla y a final de julio le realizaron en un hospital privado la ureterorrenoscopia, localizando una litiasis ureteral distal izquierda de un 1 centímetro, "procediéndose a la fragmentación completa y extracción de fragmentos y colocando un catéter doble J (un tubo flexible que se coloca en el uréter para facilitar el flujo de orina y los restos de la piedra durante varias semanas)".

"Ahora me estoy recuperando, aún sangrando un poco. Lo he vivido todo con mucha impotencia y con un dolor tremendo. Me he encontrado con un personal desbordado en el Hospital de Jerez. Yo pedía al menos una eco, y lo que me daban eran calmantes y para casa. Me pusieron en una lista de preferentes, pero el quirófano no abría hasta el 25 de agosto, ¿eso es preferente? ¿Y mientras tanto rabiando de dolor?", se pregunta Isabel.

"¿Qué hubiera ocurrido con mi riñón si hubiera esperado hasta el día 25 o más de agosto? Al final entré en el quirófano en Sevilla con el riñón ya parado. Si me llego a esperar, como mínimo al día 25, acabo en la UCI y probablemente con un riñón menos. Lo he pasado muy mal porque es imposible expulsar una piedra de un centímetro", declara Isabel.

"¿Es necesario tener que gastar una importante cantidad de dinero para que nos resuelvan nuestros problemas de salud? La sanidad pública andaluza y especialmente el Hospital de Jerez se está deteriorando de forma paulatina, siendo necesario acudir a la privada para resolver problemas de salud. En una de las ocasiones me llegaron a decir que diera baños de agua caliente y tomara calmantes más fuertes. Soy sanitaria, sé cómo está todo, pero me ha sorprendido cómo me he encontrado el Hospital", denuncia Isabel.

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