Desahucio en Jerez: "Si me caigo yo, se cae toda mi casa"

La Coronación vive en una mañana dos desalojos: uno de una mujer y su hijo de nueve años, y otro, aplazado, de una familia de siete miembros

Habla una de las afectadas, que ha esquivado la tercera notificación, a la espera de un alquiler social

Vecinos de una nueva promoción de viviendas piden solución a la falta de luz eléctrica

Una imagen durante el desahucio de La Coronación.
Una imagen durante el desahucio de La Coronación. / Candela Núñez
A. C.

09 de julio 2024 - 15:35

Tal como estaba previsto, llegó el 9 de julio y con él, el desahaucio de Encarnación Orive, sus cuatro hijos, una nieta y su yerno, de su casa de La Coronación en Jerez. "Sin embargo, el angelito de mi madre, que falleció hace 16 años, ha querido que les den un plazo más y no se han tenido que marchar", cuenta Loles, hermana de la afectada. Una orden de desalojo que estaba recurrida por el abogado de Encarnación por lo que el lanzamiento ha quedado en suspenso hasta nueva fecha. "Con el decreto anti desahucio y tratándose de una familia con informe de alta vulnerabilidad, creemos que hasta el 31 de diciembre debe quedarse en la casa", apunta Raúl Ruiz-Berdejo, líder de IU en Jerez y portavoz de La Confluencia, que se encontraba en el lugar, al igual que la delegada municipal de Inclusión Social, Yessika Quintero.

Una vivienda que pertenece a un 'fondo buitre', que compró en su día la madre de Encarnación, pero que por impagos embargó el banco. La familia ha recibido tres notificaciones de desahucio. "Ella está dispuesta a pagar un alquiler social, pero el problema es que no hay viviendas. Y la cuestión es que si ellos se van, al minuto ya habrá otra persona ocupando la casa. Es el drama de la vivienda que tenemos en este país, la falta de vivienda pública y de capacidad de la Administración de dar respuesta", añade Berdejo.

Otro instante de desalojo en La Coronación.
Otro instante de desalojo en La Coronación. / Candela Núñez

El desahucio de Encarnación y su familia no vino solo, ya que dos horas antes, a las diez de la mañana, en el mismo bloque, y sin saberlo tan siquiera la propia afectada ni las organizaciones ni el Ayuntamiento que allí se encontraban de apoyo a Encarnación, se efectuó el de una madre marroquí y su hijo de nueve años. El Ayuntamiento de Jerez les ha ofrecido el recurso de la Casa de las Mujeres mientras se busca otra alternativa. Se trata de una familia en situación irregular. La madre no habla español y es el hijo el que hace de traductor, que no quiere además marcharse de la barriada porque allí ha hecho ya sus amigos. El padre trabaja en el sector de la pesca en Marruecos. Desde Asuntos Sociales del Ayuntamiento están trabajando "en dar la mejor solución posible a esta familia".

"Yo puedo dormir en la calle, pero ellos no"

La vida de Encarnación no ha sido fácil nunca. Ni tan siquiera se ha acercado a serlo. Ella misma hace un relato. Se emociona porque remueve. El dueño de una tienda de alimentación de la barriada ha arrimado el hombro y le está enseñando el oficio para que pueda ganarse la vida de alguna manera. "Me acabo de quedar parada de una empresa de limpieza en la que he estado 5 años. Limpio cocinas, casas, sin estar dada de alta. Me saco el día".

Encarnación, junto a una de sus hijas y su nieta.
Encarnación, junto a una de sus hijas y su nieta. / Candela Núñez

Son cuatro hermanas. Llegaron de Córdoba cuando eran niñas. A Jerez vino antes su madre para buscar empleo. El padre las abandonó. "Me tuve que quitar muy chica del colegio para trabajar. La infancia fue muy mala. Luego mi marido estuvo preso en Italia, me vi sola, cuatro niños... Me llegaban notificaciones, yo no entendía nada, me dejaban porque tenía críos. Otras veces me cortaban la luz... En fin, lo que te cuente... Siempre sola... Pero he podido seguir adelante.. He cogido chatarra, he fregado por poco, pero me hacía falta. Mis niños, vestidos y comidos, aunque poco, pero han ido. Y haría cualquier cosa por ellos. Yo puedo dormir en la calle, pero ellos no. No quiero que pasen lo mismo que yo. Yo me pongo la careta por mis hijos, y no lloro, porque peor es una enfermedad. La gente es verdad que me está ayudando mucho y el Ayuntamiento y gracias a Dios se ha parado todo. Pero tengo que tirar para adelante porque si no, ¿cómo lo hago? Si me caigo yo, se cae toda mi casa".

La solución es la vivienda de alquiler social que Encarnación está dispuesta a pagar "porque yo me busco la vida y estoy dispuesta a cumplir".

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