Desescalada en Jerez

Los contratos inician la remontada con un desfase del 64% en el último año

  • Las contrataciones crecen un 51% en el último mes tras tocar suelo en abril

  • Mayo deja 4.735 contratos frente a los 13.200 alcanzados hace un año

Camareros limpian las sillas de los veladores de un bar del centro.

Camareros limpian las sillas de los veladores de un bar del centro. / Pascual

El mercado laboral jerezano inicia el camino hacia la nueva normalidad prácticamente desde cero. El empleo queda muy tocado de los meses de cese de actividad por la pandemia del coronavirus y, tras tocar suelo en abril, en mayo asoman los primeros síntomas, aunque leves, de recuperación. El crecimiento en los contratos es exponencial, pero de ahí a volver a las cifras de antes de la crisis sanitarias hay un mundo. Y el camino está lleno de escollos.

De momento, el municipio jerezano salda mayo con 4.735 contrataciones, el 51% más que las registradas un mes antes, pero el 64% menos que los alcanzados por estas fechas hace justamente un año. Crecer desde cero es fácil y, como se vio en la anterior crisis financiera, lo duro viene ahora. Tras el tirón inicial de la reincorporación de muchos de los trabajadores afectados por ERTE, que no todos, está por ver la capacidad de reacción de la actividad económica.

El sector servicios, indiscutible motor de la economía jerezana, sigue gripado como demuestran los datos del último mes publicados por el Servicio Andaluz de Empleo, que apenas reflejan 2.153 contratos, el doble que en abril pero el 78% menos que en mayo de 2019, cuando se rozaron las diez mil altas.

El cierre hostelero, a medio gas en su desescalada, tiene mucho que ver en los pobres resultados de los servicios, a los que únicamente aporta 256 contratos –en abril fueron 151 y en mayo del año pasado rebasaron los 4.000–. Según los datos del SAE, la hostelería, empatada con las actividades sanitarias y servicios sociales, es ahora la sexta actividad en generación de empleo, lejos de la primera posición que históricamente le corresponde, en condiciones normales, con el triple de contratos que sus seguidores.

El primer puesto en el camino hacia la nueva normalidad lo ocupa la agricultura, que en su condición de actividad esencial reporta en mayo 1.442 contrataciones –en abril rondó los 1.200 y hace doce meses superó con creces los 1.600–.

La construcción, en segunda posición, recupera rápidamente el pulso y salda el último mes con 864 contratos, unos 300 más que los alcanzados en abril y, lo que es más importante, un centenar más que los registrados en mayo de 2019.

A la industria, como a los servicios, le cuesta arrancar, de ahí su escaso bagaje de 276 contrataciones del último mes, que si bien superan en 70 a los firmados en abril, se quedan un 68% por debajo de los computados un año antes.

Por lo demás, persiste la brecha de género, ya que los hombres se benefician en mayo del doble de contratos (3.104) que las mujeres (1.631), mientras que las altas indefinidas brillan por su ausencia, pues apenas llegan a las 188 frente a las 452 registradas doce meses atrás.

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