Jerez

131 días esperando

  • Los vecinos de Picadueña Baja esperan desde el 30 de septiembre a que el centro de mayores “abra en condiciones” · Infraestructura y Medio Ambiente, sus 'puntos negros'

Los vecinos de Picadueña Baja llevan esperando más de cuatro meses a que el centro de mayores de la barriada abra sus puertas. En esta ocasión no es problema de retrasos en las obras, sino “falta de mobiliario”. El centro, habilitado en el antiguo colegio Merced Coronada, fue inaugurado por la alcaldesa el pasado 30 de septiembre y desde ese momento los vecinos están esperando “que se cumplan las promesas de Pilar Sánchez”. Estas declaraciones son de Mariló Fernández, tesorera de la asociación vecinal, que critica el retraso de los muebles que el gobierno local se comprometió a comprar para el centro. “Mi marido –Juan Ojeda, presidente de la asociación– y yo vamos por la calle paseando y los vecinos nos paran para preguntarnos cuándo vamos a abrir el centro. ¡Y nosotros no tenemos nada que ver!”, declara Fernández.

La dirección de la asociación cree que la inauguración se ‘precipitó’ para que coincidiera con la semana del Mayor celebrada por el Ayuntamiento. “¿ Por qué el 30 de septiembre? Pues porque estábamos en la semana del Mayor y hay foto. Prefiero que se hubiera inaugurado ahora y no tener que dar explicaciones todos los días a los vecinos y dar la cara por el gobierno”, señala la tesorera. La asociación critica que cuando se presentó el centro “sólo había unas cuantas sillas y mesas, pero con esto no se puede abrir un centro de mayores en condiciones. Gracias a que el presidente se ha movido un poco, hemos conseguido un pequeño presupuesto para amueblarlo”.

Aún así, Fernández recuerda que fue la alcaldesa la que se comprometió“en persona” a poner una televisión y una vitrocerámica, “pero nada, seguimos esperando y los vecinos creen que somos la asociación la que no quiere abrir el centro”, apunta. Además, la tesorera denuncia que el centro se inauguró con “muchas averías”. “Me duele la mano de marcar los números de Alcaldía, Urbanismo, Participación, el delegado del Mayor... Ya no sé a dónde voy a llamar para que lo abran”, declara Fernández.

Ante esta situación, el delegado municipal de Urbanismo, Juan Pedro Crisol, explicó ayer que “el centro está en perfectas condiciones. El Ayuntamiento está intentando financiar esas cosas, pero este momento no es el mejor. Se han quedado pendientes ciertos muebles, pero el centro se puede abrir”.

Los problemas de la barriada no acaban aquí. La tesorera hace un buen repaso de las “deficiencias” de la zona, poniendo el ‘punto negro’ en una viga de la calle Alaya. “Está como pegada a la montaña de arena y tememos que un día caiga y se lleve a cualquiera por delante”, señala Fernández, quien recuerda que llevan más de tres años reivindicando  una solución al problema sin tener, por el momento, una solución. Medio Ambiente tampoco se escapa de las críticas vecinales, porque según la asociación, “estamos dejados de la mano de Dios. Hay suciedad en la calle, basura acumulada, la hierba no la cortan... No se hace nada”.

“Nos sentimos impotentes porque no tenemos respuestas a tantas cartas y tantas llamadas. El Ayuntamiento lo que quiere es que las asociaciones se pierdan. Llevo años diciéndolo aunque sé que les cae malamente”, denuncia Mariló.

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