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Álvaro PemartÍn. médico

"Es difícil informar sobre el ébola sin llegar a crear pánico"

  • El jerezano, que se encuentra trabajando en Mauritania, considera que "más que miedo hay preocupación, porque la información no es del todo concreta"

En lo que va de año, el jerezano Álvaro Pemartín ha trabajado ya en tres continentes: Europa, Oceanía y ahora, en África. El brote del virus del ébola ha provocado que el mundo mire al país africano con más incertidumbre y miedo. Precisamente, la epidemia que hoy ocupa titulares empezó en Guinea-Conakry, donde Pemartín trabajó hace dos años. Y ahora, uno de los lugares más afectados es Sierra Leona, donde también estuvo hace cuatro. Entre noticias y una cifra cada vez mayor de fallecimientos por contagio, el médico jerezano analiza el escenario desde su trabajo actual, en Mauritania.

-¿Cuándo comenzó a tener noticias de que había enfermos de ébola?

-Desde el principio. Cualquier evento de este tipo me afecta por varios motivos. Primero por mi faceta profesional, ya que como médico remoto debo estar informado de cualquier incidente sanitario de relevancia en casi cualquier punto del planeta. Por otro lado, como gestor de emergencias, estoy suscrito a varios sistemas de aviso inmediato de emergencias sanitarias, catástrofes naturales e incidentes complejos. Y por último, como divulgador -es miembro del consejo editorial de la revista Crisis Response Journal y columnista de la página web Malaria Word- me interesa mucho la actualidad y el modo en el que podemos interactuar con los profesionales de las emergencias y con el público general.

-Se encuentra en Mauritania, ¿cómo está viviendo este brote?

-Con pena y preocupación porque ya son muchos los afectados. Por ejemplo, una de las zonas más afectadas en Guinea-Conakry es la provincia de Nzerekoré, donde pasé más de un año e hice buenos amigos, y algunos de ellos ya tienen a familiares afectados. También lo vivo con afán científico. Es interesante saber cómo va a evolucionar la enfermedad y cómo va a responder la comunidad científica tanto en África, como con el tratamiento que se va a dar a los pacientes trasladados a centros sanitarios occidentales. Y por supuesto, con rabia. Me parece muy hipócrita nuestra actitud. Sólo nos ha interesado la epidemia cuando ha llegado a las ciudades, ha empezado a extenderse y ha afectado a europeos y americanos. Cada año mueren más de 600.000 personas debido a la malaria, muchísimas más que las cerca de 2.000 víctimas que se ha cobrado este brote de ébola. Pero la malaria no supone una amenaza para nosotros ni genera titulares.

-¿Hay miedo, alarma social?

-Más que alarma social o miedo, lo que percibo es preocupación porque la información que estamos recibiendo no es del todo concreta. En la rueda de prensa que se ofreció sobre el traslado del religioso español, no se tenía claro ni el hospital de destino. Eso da una imagen de improvisación que no es precisamente positiva. La gente confía en los profesionales, pero no tanto en los políticos ni en los gestores, y es obvio que los recortes están afectando a la capacidad de respuesta de nuestro sistema de salud. Además, vivimos en una sociedad de mensajes casi inmediatos que no siempre son verdadera información. He visto publicadas opiniones sin ningún fundamento. Eso no ayuda.

--¿Se le ha informado de algún dispositivo especial en caso de contagio?

-Mi empresa ya tiene preparados los protocolos para todos los casos: que se declare un caso en la zona en la que me encuentro, que tengamos que aislar este lugar, que se produzca algún caso o incluso que tengamos que ser evacuados. Tiene previsto hasta el escenario en el caso de que yo llegue a infectarme. Bueno, en realidad, nos dedicamos a esto, es lo mínimo que se nos puede pedir.

-¿Qué es lo que se está diciendo y no es cierto?

-Una de las cosas que hay que tener en cuenta es que las epidemias de ébola no son infrecuentes. Ha habido 28 desde 1976, 15 de ellas en África subsahariana. Lo que sí es cierto es que ésta es la que más se esta extendiendo y ha llegado a zonas urbanas, con lo que su capacidad de contagio es mucho mayor. También hay que tener claro que ahora mismo el riesgo de contagio en Europa es casi nulo. No debemos olvidar que el sistema y el personal sanitario español es de los mejores del mundo.

-¿Se informa a la ciudadanía de forma adecuada para evitar la alarma?

-En estos casos es difícil comunicar que se está preparado y en alerta sin llegar a crear pánico. Es evidente que hay cosas que se han hecho con precipitación, porque no estábamos preparados. Pero el ciudadano debe saber que ahora mismo el riesgo de que ocurra algo grave en España es muy remoto, aunque debe informarse y exigir que se le explique qué medidas se están tomando.

-¿Cómo valora la actuación del Gobierno con el sacerdote español con su traslado?

-Muchas de las medidas que se están tomando son puramente políticas, no técnicas. Aunque es algo muy discutible, la repatriación entra dentro de las posibles obligaciones del Estado. Es más, cuando el Estado paga cantidades mucho mayores de lo que ha costado este traslado a un grupo terrorista del Sahel o a piratas del Índico para rescatar a pescadores o a miembros de las ONG, no se genera tanta polémica. Y son casos igual de controvertidos. El Gobierno ha sido frío, pero correcto.

-¿Cuáles son las necesidades de los países en los que se están registrando estos casos de ébola?

-No soy un experto en virología, pero las necesidades son las mismas que cualquier otra enfermedad infecciosa tan grave como ésta: material sanitario, tanto para la prevención y el aislamiento, como guantes, mascarillas, batas, detergente; así como para el tratamiento, como medicación y soportes como los sueros experimentales que ya se han probado en los pacientes americanos y en el español. Es esencial enviar expertos en virología y en enfermedades infecciosas. Eso sí, sin olvidar que los profesionales de estos países, a pesar de la falta de medios, suelen tener una gran preparación y muchísima experiencia. Pero sobre todo, lo que más necesitan estos países es que no nos olvidemos de ellos cuando pase este brote.

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