El doblete literario de Francisco Bejarano: siempre él, nunca el mismo
Las librerías reciben el nuevo libro de poemas del escritor jerezano, 'Muchachos', y la antología 'Los demonios de la melancolía' edición de Fernando Taboada
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Es San Dionisio, patrón de Jerez, y el escritor jerezano Francisco Bejarano cumple 80 años. Y no se siente mal, confiesa. Un día magnífico para hablar de su doblete literario, los recién llegados a las librerías 'Muchachos' (Editorial Pre-Textos) y 'Los demonios de la melancolía' (Renacimiento) edición de Fernando Taboada, que se suma a la conversación.
'Muchachos' es el nuevo poemario de Bejarano que habla, fundamentalmente, de la juventud, el amor, la belleza y del paso del tiempo. Poemas recientes que tienen una unidad: "Hablan de unos momentos de mi juventud y unos homenajes a determinados pintores y personas vivas y muertas que no encajaban en, por ejemplo, mi libro anterior, 'Contra el júbilo'", detalla el autor.
Bejarano reconoce que está escribiendo mucho, "e imagino que forma parte de mi última etapa literaria, no es nueva porque yo no tengo problemas nuevos, son los mismos que cuando tenía 15 años, pasados ya por la experiencia y por el conocimiento de los seres humanos y del trato con los demás. Yo creo que una persona es la misma siempre, lo que sucede es que comprende mejor lo que le pasa y lo va incluso aceptando mejor que cuando eres muy joven".
Tras publicar 'Muchachos', el escritor confiesa que se siente consigo mismo muy bien, "con los demás sé que habrá interpretaciones torpes, pero insisto, este libro habla de juventud, amor, belleza y del paso del tiempo. El libro está estructurado en poemas personales ('Los muchachos que amé'), poemas del mundo en general y de personas de la literatura ('Un mundo masculino'); luego vuelvo a hablar sobre mí y de cosas actuales ('Pantalón corto'), de los inmortales y los que ya no viven ('Salón de los inmortales'), poemas de personajes del cine ('Devociones privadas') y 'Recuerdo de Pasolini'. No hay enemigos en este libro, todos son personas y personajes que tienen mi simpatía. No habría libro para antipatías, eso sería literatura festiva que se hace en las fábulas morales, que también están escritas y saldrán algún día, si el editor quiere".
La flamante obra cuenta con las ilustraciones del pintor Cristián Álvarez Mejuto, que ya ha realizado dos retratos a Bejarano. "Lo conocí -cuenta Paco- cuando era muy joven... Bueno, es que lo sigue siendo (ríe). Alguien me dijo una vez, ¿todavía hay gente con 22 años?", bromea y ríe de nuevo. "Yo espero muchas cosas de él, y de su amigo Bruno Escobar (a ambos les dedica el libro). Es muy raro hoy encontrarse con gente de esa edad con quien se pueda hablar de todo: cine, literatura, pintura, buenas lecturas... Eso es hoy rarísimo".
La feliz compatibilidad de dos mundos
"La propuesta de colaborar en un libro como 'Muchachos' surgió hace unos años en una conversación con Paco. Recuerdo que fue un día en el que él vio algunos cuadros en los que yo estaba trabajando por entonces, fue así como me contó la idea que él tenía sobre el libro, en combinar unas pocas imágenes, no tanto al modo de ilustración, sino generadoras ellas también de un ambiente poético que acompañase a lo literario. Creo que fue en la delicadeza, en esa melancolía en la que yo siempre he comprendido a Paco lo que gestó la compatibilidad de nuestros mundos personales y que finalmente ha podido ver la luz en 'Muchachos'", cuenta Cristián Álvarez.
"Para mí -subraya- este libro es una oportunidad de participar en el mundo de la literatura por el que desde siempre he tenido un grandísimo interés. No es del todo habitual hoy en día que la poesía vaya acompañada de imágenes, así que es un privilegio".
Para crear las ilustraciones, Cristián siempre ha partido del diálogo con Paco. "Hay elementos presentes en los poemas o directamente vinculados a él y a su particular visión del mundo. Otros son fruto de una tradición cultural muy concreta, reinterpretaciones, hallazgos fugaces que conectan de forma sublimada con ciertas partes del libro. Para mí no fue complejo trabajar en estos términos. Mi pintura, mi práctica habitual como creador, es muy cercana también a este universo de lo evocador. Siempre me gusta definirlo como una invocación, esa compleja magia que es la imagen".
'Los demonios de la melancolía', una galería de autorretratos
Los poemas del primer libro de Francisco Bejarano bien podrían ir en el último, y viceversa. "Hay un continuum", se podría decir, asegura el antólogo Fernando Taboada, responsable de la edición de 'Los demonios de la melancolía' (Renacimiento). Es decir, el primer libro de Bejarano habla del último cuando los protagonistas eran jóvenes. "En mi primer libro yo hablo de jóvenes sin decir quiénes son, la mayoría han muerto; y en 'Muchachos' hablo de esos jóvenes que conocí que ya tienen 80 o 90 años o ya han muerto, pero no se nota nada, siguen siendo 'Muchachos', porque la vida sigue en los recuerdos. La vida se acaba del todo cuando te dejan de recordar. Mientras haya uno que te recuerde, estás vivo", desliza Paco.
La Colección Antologías Renacimiento cuenta "con lo mejor de la poesía que se ha escrito en el último siglo. Aquí está Luis Alberto de Cuenca, Aquilino Duque, Juan Bonilla, José Mateos, etc. No solo están los vivos, que fueron poetas o son poetas fundamentales como Amalia Bautista, sino que recoge poesía de autores anteriores. Y Francisco Bejarano tenía que estar también. Es cierto que Bejarano está presente en otras antologías, no es la primera, pero al ser la última es la más completa", puntualiza Taboada.
¿Qué aporta esta antología a las anteriores? "Pues bueno, recoge algunos poemas ya adelantados de 'Muchachos', cuando 'Muchachos' no estaba todavía resuelto, y de 'Contra el júbilo' (Renacimiento), que fue el penúltimo libro. Entonces, yo creo que sí que redondea más las anteriores, por una razón meramente logística, no es que yo tenga más méritos, sino que yo he llegado más tarde y he podido recoger más exhaustivamente la poesía completa hasta el día de hoy", explica el antólogo, Fernando Taboada.
"En la obra de Bejarano -añade- hay unas constantes vitales que son muy normales en otros poetas, pero que en él son inquebrantables y las ha recordado él cuando ha hablado de belleza, amor, juventud y paso del tiempo, de una manera que en otros autores podría ser cansina, pero en su caso yo creo que el resultado es completamente brillante y feliz. Porque repitiéndose tanto, ¿cómo es posible que alguien te lo diga siempre de una manera tan nueva? Y eso es lo que te das cuenta, que él no renuncia a los temas primeros, por eso decía antes que si metes un poema del último libro en el primero nadie diría a qué viene este poema".
¿Cómo ha sido la selección? "La selección ha sido mucho menos costosa... Yo, que soy bastante fatigoso para algunos trabajos que me tomo en serio, este me lo he tomado en serio, pero no me ha resultado fatigoso. He cogido los libros desde el primero al último, un libro por cada sesión, y elegía los poemas. No ha habido vuelta atrás, solo ha habido un proceso, él no ha intervenido prácticamente nada. Solo recuerdo dos poemas de 'Transparencia indebida' que él me señaló como que no le encajaban, ya no sé si por motivos personales o por motivos literarios, pero los desplazó".
Taboada se confiesa "lector de poesía muy discreto. Yo leo la poesía como creo que se lee mejor, solo. De manera que yo no estoy en una lista de críticos literarios de poesía ni de prologuistas habituales. Esto ha sido por amistad con Paco, pero yo no me dedico ni al estudio de la poesía más allá de ser lector".
¿Cómo se siente después de esta labor? "Hombre, pues aliviado porque no deja de ser un compromiso. Antologar es un alivio doble, porque es antologar a un poeta al que leo desde muy joven, pero es que cuando el poeta encima es amigo tan cercano te la juegas. Entonces ahí sí debo alegrarme de que la amistad estaba respaldada por una obra que me lo ha puesto fácil. Si me lo pide un amigo que escribe peor, a ver cómo salgo yo de esta. Pero Paco es fácil, porque tiene una obra indiscutible, breve pero indiscutible, o sea que sale fácilmente un retrato. Porque toda antología no es más que una galería de autorretratos, y en el caso de Paco especialmente. Si hay alguien que se dibuja a sí mismo, se ve y se muestra en los poemas, Paco lo es más que otros autores más metafísicos, que hablen del mundo. Él habla de su mundo, el resto no le interesa".
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