Jerez

La hora de dar el paso adelante

  • Alcohólicos Anónimos celebra este año su 75 aniversario fundacional. Uno de sus miembros en Jerez cuenta sus experiencias con la bebida y cómo gracias a esta comunidad ha cumplido siete años sin tomar una copa

"Gracias a Alcohólicos Anónimos he salido adelante". Son las palabras de un ex bebedor, al cual llamaremos Marcos para mantener su anonimato. Tomó su primera copa a los 20 años, una edad tardía si la comparamos con la edad a la que los adolescentes de hoy en día comienzan a hacer botellón. Empezó durante sus reuniones de amigos, con la cerveza. "Y eso que no me gustaba al principio", matiza. Luego fue descubriendo el resto de bebidas. "Yo le daba a todo".

Tras abandonar la compañía en la que trabajaba, montó a mediados de los años noventa su propio negocio, una agencia de viajes. Por entonces ya era alcohólico, aunque, como es lógico, no se daba cuenta de ello. Era un trabajo de cara al público. Notaba que había veces que su aliento a tinto echaba para atrás a los clientes. Por eso empezó a beber otras bebidas, de mayor graduación pero que "no cantaban", como la ginebra, que a la postre sería su gran perdición. De hecho, reconoce que se acostumbró a tomar gin tonics a las siete de la mañana.

Marcos comenzó a darse cuenta que tenía un problema "al notar que me olvidaba de las cosas. Llega un momento en el que el alcohol te domina y te crees que puedes incluso trabajar, pero a mí se me olvidaba si había hecho las reservas a tal o cual persona, tenía que ir a recoger a gente y se me olvidaba. Tenía unas lagunas tremendas".

Los problemas no siguieron ahí. "Al principio el alcoholismo no es un dolor. Al principio todo es 'jaja', 'jiji', te crees que lo pasas bien, pero luego con el tiempo vienen los problemas con la familia, el dinero, la cabeza, el hígado... Y eso ya es dolor". Poco a poco fueron llegando los embargos. "Yo era de los típicos que rompía los avisos de tan importante que me sentía. Fíjate cómo puede llegar a afectar al cerebro el alcohol", señala.

Y entonces, en 2003 descubrió Alcohólicos Anónimos, "tras una gran metedura de pata que tuve en 2002". Entre su médico de cabecera y su mujer, lo animaron a asistir a los grupos. "Vi que había que hacer algo. Mi médico me decía que debía de pensar si las pastillas que él me recetaba coincidían o no con lo que bebía, y yo le decía que bebía lo normal, una copa antes de comer y si acaso después, un gin tonic... Mentira. Era todo mentira. Pero no porque nosotros lo digamos queriendo. El propio alcohol nos dice qué es lo que tenemos que hacer para seguir bebiendo", afirma.

Reconoce que "los primeros días que fui a los grupos, con mi mujer, no me convenció mucho". Sin embargo, "cuando cumplí mi primer mes y volví al médico, me llamó la atención porque me dio la enhorabuena. Si tú vieras la diferencia de cara que traes, me dijo".

Marcos recuerda ese primer día en el grupo. "Me dijeron que eran 24 horas. Hoy no bebes. Vamos a esperar a mañana y ya entonces veremos. Y tras un día y otro, y otro, te das cuenta que también hay vida sin beber". Sin embargo, no fue fácil. "Al principio no tenía la necesidad de beber, pero luego quería salir y pensaba que cómo iba a ir a algún sitio sin hacerlo. Además, como había cortado con la empresa, me dio un bajonazo. Eso fue en febrero y hasta después del verano no me dio por salir a la calle, pero sí que iba a las reuniones y hablaba mucho con las personas que asistían. Y eso me ayudó mucho. Te encuentras con una infinidad de gente diferente a ti, que no te hace falta ni saber cómo se llama, ni dónde vive ni nada". Así, destaca que en los grupos hay personas de cualquier condición, desde albañiles, a abogados, pasando por sacerdotes.

Marcos lleva siete años sin probar una gota de alcohol. Así y todo, sigue reconociéndose como alcohólico ya que afirma que "el alcoholismo es una enfermedad que no se cura, se para".

Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza, para resolver un problema común: el alcoholismo. Este año celebra su 75 aniversario. Fue fundada en Estados Unidos por Bill W. y el médico Robert S., dos alcohólicos que se dieron cuenta que al compartir sus experiencias controlaban el impulso de beber.

Como su propio nombre indica, la comunidad se basa en el anonimato de todos sus miembros, y establecen una serie de 12 pasos que el enfermo ha de seguir para ser capaz de superar la enfermedad.

En Jerez, Alcohólicos Anónimos se estableció en los años 80 y actualmente cuenta con cinco grupos. 'Acción', en el centro cívico Las Delicias; 'Aceptación', en la calle Pavón, en el barrio de San Miguel; 'Jerez', en la barriada de La Plata; 'Libertad', en Las Torres; y 'Nueva Luz', en San Telmo. Para cualquier duda y para todos los interesados, Alcohólicos Anónimos facilita un teléfono 24 horas. El 606 210 001.

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