Coronavirus en Jerez

La hostelería reabre este miércoles insistiendo en la ampliación de los horarios

  • Los bares ven la reapertura con mayor optimismo que los restaurantes, que dudan en facturar lo suficiente "sin poder trabajar las cenas del fin de semana que son claves"

José Manuel Mena, dueño de la tienda de deportes El Golazo, tras la apertura del negocio en la barriada de La Granja. / Manuel Aranda

La hostelería jerezana reabrirá este miércoles sus puertas tras dos semanas de cierre como consecuencia del incremento de casos que se padeció a finales de enero y que dejó la tasa de contagios por coronavirus por encima de los mil casos por cada 100.000 habitantes.

La noticia es bien recibida por muchos hosteleros si bien hay propietarios de grandes empresas de ocio y restauración a los que los números no les salen. No en vano, uno de los tramos horarios más rentables para su ejercicio profesional sigue sin poder ser aprovechado. Se trata de los turnos de cenas que ayudan a hacer caja a innumerables negocios de la ciudad especialmente las noches de los viernes y los sábados. Las actuales restricciones horarias lo impiden al estar obligados a echar el cierre de sus negocios a las seis de la tarde.

En pleno centro de Jerez, en la calle Consistorio, se encuentra el restaurante ‘Albores’. Ayer martes se afanaban en poner en marcha toda la infraestructura del negocio. Su propietario, Julián Olivares, no es ni mucho menos optimista. “El hecho de que abramos es, incluso, un poco obligado. De hecho, de los dos restaurantes sólo voy a abrir uno, ‘Albores’, porque ‘A mar’ lo voy a dejar cerrado”. Según manifestó a este medio, “yo, sinceramente, no veo que la situación esté para abrir ni la gente animada como para salir”. Olivares asegura que “en el actual estado de cosas si estoy cerrado pierdo dinero pero si abro pierdo más. Abrir para no facturar no tiene sentido”. Pese a todo, abrir las puertas es casi una responsabilidad profesional en una de las calles más hosteleras del centro de Jerez.

Este martes se dedicaron a las labores necesarias para abrir hoy sus puertas, tales como “limpieza, aunque la verdad es que lo dejamos reluciente cuando cerramos; puesta en marcha de neveras, que siempre hay alguna que da problemas, abrir y gestionar los empaquetados, así como elaborar salsas y fondos”.

El propietario de ‘Albores’ añade que un negocio como éste necesita de una gran infraestructura, no en vano para que funcione es necesario el trabajo de trece profesionales, que cuenta “con sus brigadas de desayunos y de comidas, personal de gestión de almacén..., no es un negocio para el que valga tener dos camareros, ni mucho menos. A todo ello se une que la gente tiene miedo”. El hecho de que no se puedan trabajar las noches del fin de semana les golpea duro. “A estas altura ya tenemos reservas para el viernes (almuerzos) y las trabajaremos con mesas para cuatro personas, lo que tampoco es bueno para facturar debidamente. No cubriremos gastos, eso lo tengo absolutamente claro”. “Insisto en que -continúa- si yo pudiera abrir por la tarde estaría contento. Las horas fundamentales son las del viernes noche, el sábado entero y el domingo por la mañana. Los demás días son tan sólo de acompañamiento. Podríamos salvar números con dichas horas de trabajo pero como hay que cerrar a las seis, no se puede hacer, pues no hay solución”.

Abundando en la situación Olivares añade que “no se puede comparar en ningún momento la perspectiva que la reapertura despierta en un negocio como ‘Albores’ con la que genera en un bar de barrio. Son dos conceptos radicalmente distintos”. No se muestra nada optimista y augura, aunque desea equivocarse, “que en quince días podemos volver a la misma situación”.

En los barrios

Por su parte, un buen ejemplo de bar de barrio es ‘El Albazano Real’, en la zona de Hipercor, regentado por el hostelero José Manuel Corral. La última jornada de cierre al público la aprovechó junto con su personal de cocina para ir dejándolo todo impoluto para retornar a la normalidad este miércoles “como siempre con las máximas medidas higiénico sanitarias y de distanciamiento social”.

Este martes lo dedicó “a la labores de limpieza general, compra de suministros, llenado de neveras y elaboración de tapas tanto frías como calientes”.

Asegura, a diferencia de Julián Olivares, que la reapertura “es un alivio porque los hosteleros tenemos que seguir pagando y seguimos sin recibir ayudas suficientes de los diferentes gobiernos que han sido los que nos han ordenado cerrar”.

Sobre los horarios sí coincide con el dueño de 'Albores' en que “ciertamente la noche de los viernes, al menos para mí, es muy buena y por el tema de los horarios no puedo trabajarla. También la tarde de los sábados que solía ser muy animada y, cuando los clientes están más a gusto, tienes que empezar a recoger la terraza”.

Tras hacer sus cálculos, en comparación con enero y febrero del año pasado, asegura que la facturación “está ahora mismo a un 60%”, si bien se consuela con que esta reapertura “al menos nos va a permitir trabajar. Menos da una piedra”. A modo de consuelo propone una idea: “Si nos hubieran dicho que deberíamos cerrar quince días de forma obligada en un momento determinado del año yo, personalmente, hubiera elegido en este tiempo que sucede a la Navidad y antes de Semana Santa. Si los cierres vuelven en verano nos hacen polvo literalmente”. Según apunta, “hay que tener en cuenta que la gente no sale entre semana en los meses de invierno. Dentro de lo malo podemos considerar que al menos estos quince días nos han caído en unos meses de facturación baja”. Eso sí, de forma concluyente destaca que “en los negocios hosteleros siempre debes tener un flujo de ingresos que te permita ir pagando a proveedores, alquiler, seguros. Si no trabajas, no ganas y si no ganas, no pagas. Y así estamos y, como he dicho, sin ayudas de ningún tipo”.

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