Poco antes de las tres de la tarde del pasado miércoles, en el parque de bomberos de Jerez se recibieron los primeros avisos de que se veía una gran columna de humo en un paraje cercano a la Carretera de La Ina (la CA-3110). En un primer momento, se envió un vehículo con cuatro efectivos, en consonancia con los avisos recibidos.

Pero, tan pronto llegó a la zona, se comprobó la envergadura que empezaba a tener el incendio pues empezaba a extenderse rápidamente en dirección noroeste amenazando muy seriamente a la barriada rural de Lomopardo. En ese momento, se daba orden de que todo el cuerpo contraincendios de la ciudad estuviera operativo y se empezó a pedir ayuda a los cuerpos de las localidades cercanas. 

El jefe del parque de bomberos de Jerez, José Manuel Rosso, atendía este martes a Diario de Jerez para describir cómo el cuerpo que dirige vivió esos días tan intensos, cómo se extendió rápidamente el fuego, cómo pudo controlarse y cómo fueron apareciendo focos en los días siguientes. Incluso, hace mención de lo “extraño” que fue el incendio del pasado viernes y que provocó que el fuego llegara hasta la avenida Rey Juan Carlos y que durante unas horas tuvieran que ser desalojados los vecinos de La Teja y del entorno de La Canaleja.

Ahora bien, aunque los días de mayor tensión transcurrieron entre el miércoles y el viernes de la pasada semana, Rosso advierte de que estos incendios tuvieron un prólogo al inicio de esa semana. “Jerez es uno de los parques con más salidas de la provincia ; pero no fue normal que el lunes [día 11] tuviéramos 22 salidas y el martes [día 12], otras 22”, rememora. Así, alude a las continuas intervenciones que hubo en esa jornada para hacer frente a incendios de pastos, vegetación e, incluso, de quema de contenedores". Pero el miércoles todo fue a peor.

Con el parque de bomberos completamente operativo (incluso se incorporó personal que estaba fuera de servicio en esa jornada) fue necesario que con urgencia se incorporaran al dispositivo efectivos de otros parques cercanos como Arcos, El Puerto, Sánlucar, Chiclana o Cádiz. “No se habían unido tantos bomberos de otros parques desde el incendio de Indorama”, explica Rosso en referencia al fuego que se produjo en junio de 2019 en una fábrica de plásticos de la localidad campogibraltareña de San Roque.

José Manuel Rosso, jefe del parque de bomberos de Jerez, en una imagen tomada en 2020.

Ante el cariz que estaba teniendo el fuego a estos efectivos también se sumaron las cuadrillas del Infoca  con dos de sus helicópteros. A pesar de ello, el fuego seguía avanzando gracias a lo más parecido a una ‘tormenta perfecta’. El máximo responsable del cuerpo de bomberos en Jerez recuerda: “Se juntó todo lo peor que podía juntarse”. El fuerte viento de levante de esos días unido a la orografía y sequedad del terreno, junto a la baja humedad y las altas temperaturas, hicieron que en poco tiempo un incendio que se originó en un paraje de ribera a pie de la carretera de La Ina se extendiera ‘saltando’ el río Guadalete, rodeara el núcleo rural de Los Albarizones (la rápida actuación de sus vecinos ayudó de manera decisiva a que las llamas no llegaran a sus viviendas), atravesara la autopista AP-4 y acabara adentrándose por la Hijuela del Serrallo donde pudo ser contenido.

No fue hasta las tres de la mañana del jueves cuando el incendio pudo darse por controlado. “Quedaban muchas zonas calientes y había tocones y casas de madera aún con humo y fuego; pero ya estaba perimetrado, que es el objetivo primordial para poder acabar con él”, incide. Así, destaca también la labor del Infoca, un cuerpo con el que asegura “hubo una perfecta coordinación” y que participó activamente con medios aéreos y terrestres en su control.

Ahora bien, no pudieron salvarse las instalaciones de Viveros Olmedo, que quedaron prácticamente calcinadas. “La quema de plásticos genera una gran densidad y cantidad de humo que es difícil de evacuar”, explica Rosso. De hecho, cuenta que, mientras se encontraban trabajando a la altura de la Venta La Cartuja para apagar el fuego en el vivero lo hacían “prácticamente a ciegas” debido a la densidad del humo que salía de estas instalaciones. No en vano, hubo que desalojar a las integrantes de la congregación de las Hermanas de Belén del Monasterio de La Cartuja por el humo tóxico que llegaba de esta zona.

Así quedó el interior de Viveros Olmedo.

Sin embargo, a primera hora de la tarde del pasado jueves, volvieron a aparecer algunos focos. Era previsible, explica, debido a que las circunstancias climatológicas y la situación de las zonas afectadas daban pie a ello. No obstante, con los bomberos de manera permanente sobre el terreno, y con las labores de refresco que se habían realizado previamente, se pudo controlar nuevamente, aunque hubo que desalojar por segunda vez a los vecinos de La Teja.

Pero, el viernes la tensión aumentó varios grados más, si cabe. Sobre las tres de la tarde se detectó un nuevo foco en una zona de la Hijuela de La Canaleja muy próxima a las zonas afectadas en días precedentes. Aún se investiga la relación de este incendio con el del miércoles y el jueves; y el jefe del parque de bomberos es muy cauto en este sentido incidiendo en que tanto Guardia Civil como Policía Nacional continúan investigando cuál pudo ser el origen de los focos. Eso sí, durante la charla con este medio, señala en varias ocasiones: “Todo fue muy extraño”.

Acto seguido, apunta: “Fue en una zona muy próxima a lo ya quemado”. Y previamente, rememora que en días previos tuvieron que acudir en varias ocasiones a apagar fuegos en las inmediaciones “en los mismo kilómetros” de la autopista . Eso sí, evita hablar por el momento de que tras esto haya una intencionalidad humana, algo que debe determinar las investigaciones que se están realizando.

En ese viernes, otra vez el fuerte viento de levante fue un desgraciado protagonista que provocó que las llamas llegaran hasta la avenida Rey Juan Carlos y provocara nuevos desalojos tanto en La Teja como en La Milagrosa, aunque apunta que en esta zona se pudo controlar con facilidad, aunque se vivieran escenas de “tensión” por parte de los residentes de esta zona de la ciudad que vieron las llamas muy próximas a sus viviendas. Además, se acumuló muchas personas en este enclave urbano de la zona este de la ciudad, que tuvieron que ser desalojadas por los agentes de la policía.

Caballos huyendo del fuego en las inmediaciones de la Hijuela de La Canaleja.

No fue hasta el pasado domingo cuando se pudo dar por extinguido el incendio y se procedió a la desactivación del plan municipal de emergencia, que había estado operativo desde minutos antes de las ocho de la tarde del pasado miércoles. Por el momento, según algunos avances del balance de daños, unas 1.000 hectáreas aproximadamente son las que se vieron afectadas por el mayor incendio que se ha vivido en Jerez en años. Ahora se continúa con la evaluación de daños y con las tareas de limpieza y prevención para evitar que estas escenas se vuelvan a repetir.