Los efectos colaterales de la crisis del coronavirus siguen estando muy presentes en el día a día de Jerez, cuyo mercado laboral presenta síntomas de lenta recuperación, aunque salpicados de baches que auguran un largo periodo de adaptación a la era postcovid. Después de un año de pandemia, que se inició a mediados de marzo de 2020 con la declaración del estado de alarma, la evolución del empleo arroja luces y sombras.

Tras el primer año completo de crisis sanitaria, la Seguridad Social cuenta con 59.175 afiliados inscritos en el municipio, 280 menos (-0,47 por ciento) que los alcanzados en febrero, pero 2.514 más (+4.4%) que los registrados a último día de marzo de 2020, en pleno confinamiento domiciliario de la población que se prolongaría hasta junio. Hay que tener en cuenta, no obstante, que los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERTE) se mantienen inscritos como afiliados a la Seguridad Social.

Con el estallido de la crisis, la ciudad perdió del orden de 6.000 cotizantes de los que llegó a recuperar cerca de 4.900 y el 80% en términos relativos el pasado mes de octubre, en el que alcanzó el máximo registro durante la pandemia con algo más de 61.500 afiliados.

Cinco meses después, y en esto tiene mucho que ver el endurecimiento de las restricciones a causa de la aciaga tercera ola del covid, la situación ha vuelto a empeorar para limitar la corrección al 40%, que se corresponde con los 2.500 afiliados recuperados hasta marzo de este año de los 6.000 que se esfumaron por las mismas fechas del año pasado.

Pese a que en marzo se ha dado la vuelta al déficit interanual, por otra parte lógico si se tiene en cuenta que la comparativa hasta ahora se realizaba sobre meses sin la afección del coronavirus, el último dato de afiliación es el peor en los últimos nueve meses tras los 58.641 registrados en mayo de 2020 y devuelve al municipio a niveles de hace tres años.

Dentro de la incierta evolución del empleo en los últimos meses, o mejor dicho, en el primer año de pandemia, los autónomos y el régimen agrario discurren por caminos muy distintos al régimen general, que concentra la práctica totalidad tanto de las bajas del último mes como de las altas del último año.

En concreto, el régimen que aglutina al grueso de los trabajadores por cuenta ajena cierra marzo con 45.515 afiliados, 360 menos (-0,8%) que los acumulados hasta febrero y 2.056 más (+4,7%) que en el inicio de la crisis sanitaria.

Los autónomos o trabajadores por cuenta propia, por su parte, establecen en marzo un nuevo récord absoluto en la ciudad con 10.478 afiliados –muchos de ellos acogidos al cese de actividad, el equivalente a los ERTE para este colectivo– tras un aumento de 53 cotizantes (+0.5%) respecto a febrero y de 444 (+4,4%) en el último año.

En cuanto al Régimen Agrario, considerada actividad esencial y que, por tanto, no se ha visto afectado por los cierres ni restricciones horarias, el último mes se salda con una subida de una treintena de afiliados (+1.2%), mientras que en el último año se mantiene con apenas siete afiliados menos (-0,3%).

Al margen de los 14 afiliados que hay inscritos en el Régimen del Mar, con una presencia testimonial en la ciudad, en la Seguridad Social constan como cotizantes 852 empleados del hogar, colectivo que suma cuatro afiliados en el último mes y una veintena en el último año, que en su caso supone una subida del 2,4%.