José Castaño Rubiales: "Este libro abre puertas pero también va a crear polémica”
José Castaño presenta su trigésimo quinto libro, ‘Jerez, la tierra prometida de los gitanos’, cuya recaudación tendrá nuevamente fines sociales
Mesa coloquio de los hermanos mayores de la Macarena y de Triana en Jerez
‘Jerez, tierra prometida de los gitanos’. Con este título tan sugerente, José Castaño Rubiales se adentra en una temática de la que “tenía muchas ganas de escribir”, asegura, y que verá la luz el próximo martes 23 de septiembre a las 12.30 en los Claustros de Santo Domingo.
Será su trigésimo quinta publicación, un trabajo que, como el resto, tendrá un fin social, ya que todo lo recaudado se destinará a la Asociación Rafael Bellido Caro.
Tras abordar diferentes temas, todos de Jerez, “porque soy muy chovinista”, recalca, Pepe Castaño aborda el de los gitanos, un pueblo “que en mí han influido muchísimo”.
Cuenta el autor que “el poco tiempo que estuve en el colegio, fue en el Carmen Benítez, el corazón del barrio de Santiago, y claro, todos mis compañeros eran gitanos de la calle Nueva, del Arco, de la calle Enramá.... A la mayoría les tengo mucho afecto, y ellos a mí también, porque yo hice la primera comunicación con ellos. Fíjate que mi compañero era Rafael de Paula, la gente de los Sordera. Siempre nos hemos tenido un cariño muy especial”.
El libro es fruto del trabajo de varios años en los que “he ido profundizando sobre diversos temas” hasta conseguir encontrar “detalles hasta ahora desconocidos”. En él encontramos pues “datos históricos, pero también doy la oportunidad al lector de sacar sus propias conclusiones sobre determinadas cosas”.
"En el libro aporto datos históricos, pero también doy oportunidad al lector de sacar sus propias conclusiones"
Para Castaño Rubiales, Jerez no sería la misma “sin los gitanos”, y la convivencia que existe con el pueblo romaní “no se da en ningún otro lado, es una cosa única”.
Esa tierra prometida de la que habla “se dio también por unas determinadas circunstancias”. En su opinión, “resulta curioso que las primeras familias gitanas que llegan en el siglo XVI y se asientan en Jerez consiguen introducirse en el tejido social, laboral, incluso religioso”.
“Fueron, como digo, circunstancias especiales, y si me apuro, hasta extrañas, porque en tiempos de la Inquisición, que se admitiera el asentamiento de unas familias errantes en terrenos propiedad de una comunidad religiosa, la dominica del convento de Santo Domingo, donde estaban incrustados miembros de la Santa Inquisición, pues todavía si analizas esas cosas, tiene mayor importancia”.
A lo largo del libro hay también momentos para detenerse “en los asentamientos de la ciudad, los barrios en los que van a vivir y cómo se dividen las familias, una para acá, a Santiago, y otra para San Miguel. Es la misma gente que llegó aquí, sin embargo, eran diferentes. Tenían conceptos diferentes de la vida porque por ejemplo, unos eran gente muy currante y otros, buscadores de vida. También hablo un poco de las pragmáticas, primero de los Reyes Católicos, después de Carlos III, cuento muchas cosas de eso”.
En su recorrido histórico, el autor también saca algunas conclusiones interesantes. Una de ellas es que “si te fijas, hasta que no aparecen los primeros cantaores gitanos, por ejemplo Tío Luis el de la Juliana, parece que los gitanos no existían”.
También repasa la relación entre bodegas y gitanos, una relación “que interesaba a todos, porque los bodegueros aprovechaban el trabajo de los gitanos en el campo y también sus habilidades para cantar y bailar cuando la ocasión lo requería, algo de lo que estos también se beneficiaban”.
‘Jerez, tierra prometida de los gitanos’ profundiza pues “en la parte humana, pero también en la artística, en la laboral, en la social y hasta en la religiosa, algo que muchos de ellos desconocen”.
En este sentido, Pepe Castaño destaca “la importancia de la Iglesia de San Juan de Letrán”, y en especial de la figura de “Juan Grande, que fue posteriormente beatificado”. En esa misma línea se detiene también en la aportación de los cartujos “porque los gitanos trabajaban en sus campos”.
Por esta y otras razones, su nuevo libro “creo que puede traspasar la frontera y ser una base para estudiar y conocer profundamente lo que yo quiero decir sobre estas familias”.
Además, reconoce que “encierra muchas cosas y va a abrir muchas puertas, al igual que va a crear muchas polémicas. Polémicas entre la gente que está interesada, lógicamente”.
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