El maravilloso aparato del cinematógrafo Lumiere
Jerez, tiempos pasados por Juan de la Plata
Las primeras películas de los hermanos Lumiere llegaron a Jerez en 1898. Los bailes andaluces y las corridas de toros formarían pronto parte del repertorio cinematográfico, siendo uno de sus protagonistas el diestro Manuel Lara "El Jerezano
EN el año 1895, los hermanos Louis y Auguste Lumiere, basándose en el kinetoscopio de Edison, inventan el Cinematógrafo, cuyas primeras películas, apenas una docena de breves documentales, proyectan en el Gran Café del Boulevard de los Capuchinos de París, exactamente el 28 de diciembre de dicho año. Y, entre esas primeras películas cortas, de apenas unos minutos, figura la titulada 'El jardinero regando y regado', la que, con otras más, hasta cubrir la docena, llegan a Jerez, tres años después de pasar por Sevilla y Cádiz. Y no hay que decir el acontecimiento tan grande que supuso, en nuestra ciudad, la llegada del que, entonces, fuera llamado Cinematógrafo Lumiere. Un gran suceso del que se hizo amplio eco la prensa jerezana. Acababa de nacer el cine que, con el paso de los tiempos, llegaría a alcanzar el grado de perfección que actualmente tiene, tras ciento catorce años de vida.
Pero vayamos a lo que nos interesa, que no es otra cosa que reflejar en esta página el momento de esa llegada a Jerez del gran invento del siglo XIX, lo que sucede coincidiendo con nuestra Feria de Primavera de 1898. Después de que dos años antes, el jueves 8 de octubre de 1896, nuestros antepasados hubieran podido conocer, en el Teatro Principal de la calle Mesones (donde hoy está El Quinqué) la versión del mismo cinematógrafo, menos perfeccionado, que creara el norteamericano Tomás Alba Edison y, también, en otro momento, el llamado 'Animatógrafo' del electricista húngaro, aunque tenido por americano, llamado Erwin Rousby.
Hay que decir que como las películas eran tan cortas y de muy poca duración - más o menos como las de las cámaras tomavistas de hace algunos años - ya que cada una tenía tan sólo 17 metros, pues únicamente pasaban algunas entre las representaciones teatrales de la época, ya que más que argumento las cintas reflejaban únicamente escenas de la vida corriente y algunos acontecimientos internacionales o pintorescos de algunos países. Y había que proyectar varias de ellas, para poder completar, junto con alguna obrita teatral, el tiempo de duración de cualquier espectáculo. Como ocurre en el teatro Principal, que se presenta el Cinematógrafo Lumiere, alternando con las representaciones de la compañía cómica del gran actor Ricardo Mela, y en combinación con la misma, según podemos leer en el programa de mano que ilustra este artículo, que se conserva como oro en paño, en el Archivo Municipal de nuestra ciudad.
Y así, el domingo18 de diciembre de 1898, la primera función, a las siete en punto de la tarde, se abre con una sinfonía al piano del gaditano Eduardo Romero Gándara, seguida de la representación de una comedia en un acto y, a continuación, la presentación del Cinematógrafo Lumiere, con seis 'vistas', cuadros o escenas brevísimas, que vienen a causar un gran impacto entre el público asistente, que llenaba totalmente el teatro.
La segunda función, a las ocho y cuarto, consta de otra sinfonía, nueva comedia en un acto y otras seis 'vistas' que comienzan con la proyección de 'El jardinero regando y regado'. Hay una tercera función teatral, a las nueve y media de la noche, con aires nacionales al piano, otra comedia en un acto y seis nuevas 'vistas' cinematográficas. Y, por último, a las diez y media de la noche, una cuarta y última sesión - en los programas de entonces, escribían sección por sesión - con otra sinfonía al piano y comedia en un acto, para dar paso, finalmente, al invento maravilloso de los Hnos. Lumiere, con otra media docena de 'vistas'.
Todas estas primitivas películas del Cinematógrafo tienen más de noticiario documental que de películas de argumento, puesto que, en un principio, no existía guión alguno, que eso vendría años más tarde, con el llamado cine mudo. Esos pequeños documentales del nacimiento del cine recogen escenas de la vida real, como 'Gaucho lazando un caballo salvaje', en Méjico; escenas de la guerra franco-prusiana; la entrevista de Napoleón I con el Papa; la llegada de un tren a Melbourne (Australia); el desfile de cazadores alpinos; una parada militar de lanceros de la reina; el debut del famoso transformista italiano Leopoldo Frégoli y ejercicios de tiro de la artillería española. Vistas tomadas, en varios países por los primeros camarógrafos de la historia, y en las que, años más tarde, se basarían los distintos noticiarios cinematográficos, como el NO-DO español.
Y las primeras películas que se ruedan en España por las cámaras viajeras de los operadores de Lumiere, aparte otras noticias, nos ofrecen 'vistas' de los dos aspectos más típicos de nuestro país: las corridas de toros y los bailes andaluces y flamencos. Siendo uno de los primeros diestros en aparecer en la pantalla, nuestro paisano el matador de toros, Manuel Lara 'El Jerezano'; al mismo tiempo que las 'vistas' ofrecían bailes andaluces como El Vito, El Ole de la Curra, La Sal de Andalucía, La Maja y el Torero, etc.; junto con las peteneras, como primer baile flamenco.
Además, estas películas se rodaban un día y, al siguiente, o tal vez el mismo día, o algunos después, ya podían proyectarse al público, como sucedió con la corrida de 'El Jerezano', que éste toreó en la plaza de Jerez, una feria de primavera, proyectándose pocas fechas después, en un barracón, pomposamente llamado 'Salón Rouge', dándose el caso de que para 'ver los toros en el cine' la entradas subieron hasta 25 céntimos la preferencia y a 15 céntimos la entrada general. Precisamente serían las 'vistas' taurinas las que más público llevaban a las proyecciones, como ocurrió en otra ocasión, en el Teatro Principal de la calle Mesones, donde los asistentes formaban, según la prensa, grandes escándalos, al jalear, aplaudir y animar a sus toreros, en la pantalla, como si estuvieran viéndolos en el mismísimo ruedo.
3 Comentarios