educación

Diez meses inolvidables al otro lado del Atlántico

  • Los jerezanos Lucía Romero, Manuel Fernández y Lucía Morales relatan sus experiencias con la beca de la Fundación Amancio Ortega en Estados y Canadá

Lucía Romero, Manuel Fernández y Lucía Morales acaban de pisar suelo jerezano después de todo un curso en Estados Unidos y Canadá. Los tres cruzaron el charco hace ahora un año para emprender una experiencia que todos catalogan como "inolvidable" y que les ha servido para cursar primero de Bachillerato. El motivo, ser elegidos como becarios por la Fundación Amancio Ortega para el curso 2017/18 junto a otros 500 estudiantes de todo el país.

"Al principio me costó un poco adaptarme al idioma, sobre todo por el acento, pero poco a poco me fui acostumbrándome", relata Lucía Romero, alumna del IES Caballero Bonald.

Lucía Romero ha consumado su beca en el estado de Michigan, concretamente en el Grand Haven High School, un centro donde "lo que más me sorprendió fue el trato que existe entre el alumno y el profesor, sobre todo porque se respeta más a su figura".

A nivel educativo destaca "la funcionalidad de las asignaturas, allí todo es más práctico, no se da tanta teoría como aquí", recalca. La joven, en su primera salida del país, no esconde su satisfacción "primero por cómo me acogió la familia con la que he estado, y luego por la experiencia en sí. Repetiría sin pensármelo", dice.

También en Estados Unidos ha estado Lucía Morales. Alumna del Centro Inglés de El Puerto, reconoce que antes de partir "iba con un poco de miedo, no sabía qué me iba a encontrar". Sin embargo, "como mi colegio era muy pequeñito, cuando llegaba un alumno nuevo, todos se acercaban a ayudarte, entonces eso me ha venido muy bien". También hay que tener en cuenta que "tenemos una coordinadora, que controla todo lo que hacemos y nos ayuda en todo".

De hecho, su estrecha relación con su familia le ha servido para "conocer muchas partes del país, Arizona, las Bahamas, Florida, Michigan...".

Lucía ha estado en Cleveland (Ohio), una ciudad "donde hacía mucho frío, he vivido con mucha nieve", asegura, concretamente en el Lake Ridge Academy, "un colegio privado, porque el mío no era público, y quizás por eso era más duro".

De cualquier forma, de las cosas que más le han marcado han sido "las asignaturas tan originales que había, desde cocina a clases de claqué, teatro..."; pero sobre todo "lo en serio que se toman el deporte. Fíjate que yo nunca había jugado al fútbol y allí lo he hecho. Además, hacen que quedemos para hacer piña y cuando hay que ir a los partidos, va todo el colegio".

Manuel Fernández, el otro jerezano con beca, tuvo como destino la localidad de Orangeville, en Canadá. El joven estudiante de la Compañía de María, como todos, incide en la dificultad al principio "para hacerte con el idioma", algo que con el paso de los días "quedó en una anécdota".

De su experiencia, también resalta "la variedad de asignaturas, que son muy prácticas y aprendes un montón", y en su caso "porque hay que elegir algunas obligatorias, más que nada porque te lo exige la beca y también pensando en lo que estudias en España, yo por ejemplo, elegí Química y Biología", cuenta.

Una de las cosas que más le ha llamado la atención del sistema educativo canadiense, que se lleva a cabo también en Estados Unidos, es "el voluntariado". "Allí tienes que hacer una labor de voluntariado obligada, es un trabajo para la sociedad, y a mí personalmente me ha gustado mucho, es un concepto diferente al de España".

En su caso, tuvo que trabajar "como empleado de una tienda de muebles de segunda mano cuya recaudación iba para hacer casas para los sin techo". Como el resto de sus compañeros invita a otros estudiantes a "intentar optar a esta beca, se aprende muchísimo".

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