Las obras llegan a la plaza de abastos, otra vez
Repaso a algunas intervenciones en el mercado central desde que abrió en Jerez
En 2008 se hizo una gran modernización en la zona del pescado
Reforma integral de la plaza de abastos de Jerez: el lunes arrancan las obras en el interior
La primera piedra de la plaza de abastos se puso el 29 de junio de 1873, siendo alcalde Francisco Revueltas y Montel. Las partes de hierro de las armaduras fueron realizadas en Marchiennes (Bélgica), en los talleres de Joseph Paris. La forma de este mercado era rectangular y medía 80,30 metros de longitud, por 40,20 de altura, por lo que medía 3.228,6 metros cuadrados.
Los puestos de frutas y hortalizas eran 84, para carne había 30, 28 mesas para pescadería, un despacho de carne de toro, dos almacenes de comestibles, ocho mesas para despojos, dos lecherías, un departamento para la vigilancia del mercado, 16 mesas para despachos de pan y 16 puestos de volaterías.
Esta obra costó cuatro millones de reales aproximadamente, inaugurándose el 25 de abril del año 1885.
Desde entonces no han sido pocas las veces que el mercado central ha sido objeto de reformas. Los objetivos siempre han sido los mismos: modernizar y revitalizar.
El investigador José Antonio Cirera recuerda que en el año 1957 “se realizó una lamentable reforma que fue muy criticada por los jerezanos, ya que le quitó parte de su primitiva belleza arquitectónica”. De la portada principal derribaron las tres naves que daban a la plaza Esteve, para hacer el edificio conocido como IARA, y se le añadió a este mercado una planta alta para recuperar el terreno perdido a causa de la referida reforma.
El mercado contaba con 227 puestos y ante el mal estado que presentaban se tuvo que cerrar al público el día 2 de junio de 1983, para otra reforma en colaboración con la Empresa Nacional MERCASA. Un año después abrió de nuevo sus puertas con 105 puestos.
La nave de la pescadería también fue reformada entre los años 2007 y 2008. Precisamente, en febrero de 2008, la entonces alcaldesa Pilar Sánchez remarcó que la rehabilitación del mercado central “era una necesidad urgente, porque en 27 años no se le había hecho absolutamente nada. Vamos a tener una plaza que se va a constituir en el referente comercial más importante de la ciudad”.
En aquellas obras el objetivo era que “los 41 puestos existentes (de pescado) se distribuyan en cuatro hileras, dos de ellas en el pasillo central, mejor distribuidas y de mayor anchura para mejorar la accesibilidad de los clientes”. El mármol dejó sitio al aluminio y el acero inoxidable y los viejos grifos fueron suplidos por surtidores de agua extensibles. El suelo de la plaza se cambió por un piso antideslizante de color verde. Igualmente, se saneó la cubierta de la nave del pescado, dejando a la vista la totalidad del esqueleto metálico que hace de esta construcción un edificio singular y único. Durante las obras el Ayuntamiento instaló una carpa en Doña Blanca para los puestos del pescado. En junio de 2008 comenzó una nueva etapa en la plaza tras esta obra.
En 2009 se estrenó un nuevo sistema de climatización con cuatro aparatos y una inversión de casi 350.000 euros. Un año después los comerciantes alzaron la voz porque el aire no funcionaba. No fue la única vez que se ha denunciado la falta de aire en el mercado, en 2017 también hubo críticas.
Este mes de agosto han vuelto las máquinas a la plaza. La intervención contempla, entre otras actuaciones, la reforma y sustitución de cubiertas, con reposición de piezas rotas, limpieza de bajantes o eliminación de filtraciones; trabajos de acondicionamiento de fachadas, entre los que figuran tratamientos varios de limpieza, impermeabilización e hidrofugación de las mismas; o actuaciones en carpintería, incluyendo sustitución de puertas de acceso, cerrajerías o mejoras de la accesibilidad.
También se acometerán otra serie de reformas generales en materia de solería, saneamiento o fontanería; se renovarán y redistribuirán los aseos, y se llevarán a cabo actuaciones en instalaciones varias, como pueden ser los montacargas, actualmente en desuso, o las de climatización, electricidad y contraincendios, de forma que se garantice el correcto funcionamiento de las mismas.
Igualmente, se pretende llevar a cabo una renovación de la imagen exterior de los puestos, incluyendo la subsanación de deficiencias y su redistribución, así como la instalación de nuevo mobiliario.
Las recogidas en estas líneas no son todas las intervenciones que se han acometido en el mercado central, uno de los más antiguos de la provincia. ¿Cuándo será la próxima vez que lleguen las obras?
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