"Ha sido una pesadilla, el humo se propagó muy deprisa"
Consternación en Entreparques un día después del grave incendio que costó la vida a una mujer. Los vecinos intentan volver a la normalidad tras lo que consideran "una pesadilla"
Como si de una peregrinación se tratase, el bloque 4 de la urbanización Entreparques, entre la Avenida Caballero Bonald y la Avenida Europa, intenta volver a la normalidad tras el grave incendio del pasado miércoles y que costó la vida a una mujer. Con las puertas de par en par y una legión de trabajadoras de la empresa de mantenimiento Olympus a pleno rendimiento, el ambiente aún denota sensación de angustia. Apenas se puede respirar en el interior del edificio, más aún conforme te acercas al lugar del siniestro, completamente calcinado, desde las paredes a las escaleras y los techos. “Habrá que tirarlo todo”, nos lo han dejado claro, asegura el responsable de mantenimiento de los bloques.
Las operarias, con mascarillas, salen cada cierto tiempo fuera del mismo. “Es imposible quedarse mucho tiempo, te asfixias”, comenta una de ellas. Llevan toda la mañana trabajando, tratando de devolver un aspecto decente a un bloque, en el que el hollín está por todas partes, desde el primero a los áticos.
“El humo entró por la escalera, por el patio interior y los conductos de ventilación y ha llegado a todas las casas”, explica el jefe de mantenimiento. En efecto, conforme avanza la mañana, algunos vecinos acceden y salen de sus viviendas cariacontecidos. “Está todo negro, haces así con el dedo en cualquier sitio y es horrible”, asegura Margarita, la hermana de una de las propietarias que ayuda a devolver a la normalidad al piso.
Junto a ella los padres de uno de los vecinos, curiosamente del cuarto piso, donde se produjo el incidente, pero que se encontraba fuera de Jerez. “He levantado la alfombrilla y ha dejado una marca increíble en el suelo”, advierte Andrés, que todavía es incapaz de explicar lo sucedido. “Si en vez del cuarto piso, el fuego se produce en el primero, de aquí no se salva nadie”, afirma con contundencia. “Esto no ha sido una tragedia mayor por eso y por la hora, que era de día”, añade.
El fuego ha destrozado por completo la vivienda donde se produjo el incendio. Un banda policial impide el acceso, pero sólo hay que echar una mirada al interior para ver el desastre. Su propietario, Manuel, explica a los peritos parte de la historia. Trajeado y con corbata, su semblante es el de una persona destrozada. Habla con la mirada perdida y un hilo de voz.
El discurrir de la jornada es un ir y venir. Algunos vecinos, los de la tercera y cuarta planta acceden a las viviendas para coger algo de ropa y pertenencias, sabedores de que allí es imposible estar más de un rato. “Aquí sólo han dormido, de las 18 viviendas que hay en el bloque, dos”. Evidentemente, en las plantas más cercanas al lugar del incendio es más dificultoso respirar, aunque “ha habido personas del primero que no han dormido aquí”, cuenta Mercedes, una vecina.
Al filo de las dos de la tarde la electricidad regresa al edificio, aunque en los pisos colindantes al incendio no hay luz, “se han quemado los cuadros eléctricos”.
La mayoría de vecinos está a la espera de la visita de los peritos, pero intentan volver a la normalidad cuanto antes, porque la situación no es fácil. “Yo tengo los niños y la familia repartida”, asegura uno de ellos (que reside en el segundo), “esta noche-por ayer-espero dormir aquí porque ya hemos limpiado todo”.
Mientras, los vecinos del resto de bloques, más de nueve, intentan asimilar lo sucedido, a la espera de conocer con exactitud el origen del incendio. La mujer fallecida recibirá hoy sepultura en el tanatorio tras realizársele la autopsia en la jornada de ayer.
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