Una plataforma pide que el Convento de las Reparadoras de Jerez se convierta en un museo de arte sacro
Familias y jóvenes están conformando esta asociación para solicitar a las autoridades que no se pierda el culto ni se abandone el edificio
Las Esclavas del Santísimo Sacramento, del Convento de las Reparadoras, se marchan de Jerez
Familias y jóvenes de Jerez están conformando una plataforma "para invitar a las autoridades a que el Convento de las Reparadoras", con motivo de la candidatura a la Capitalidad Cultural de Jerez 2031, se convierta "en un museo sacro y archivo histórico de hermandades y cofradías, con culto regular, para su mantenimiento y mejor conservación".
La escritora jerezana Fátima Ruiz de Lassaletta recuerda que la religiosa reparadora "Madre María del Santísimo, en el siglo XX María Josefa Domecq y Núñez de Villavicencio -una de las dos hijas y cuatro hijos- fruto del matrimonio cristiano de don Pedro Domecq Loustau y de doña María del Carmen Núñez de Villavicencio, recibió como dote y herencia de sus padres una sexta parte de la gran fortuna familiar -que tantos puestos de trabajo, por seis generaciones sucesivas procuró, en sus bodegas y campos, para Jerez y sus ciudadanos".
Fue en los años veinte del siglo pasado, en los años en los que los arquitectos sevillanos Aníbal González y su yerno, Gómez Millán, recibían tantos encargos de cara a la expansión sur de Sevilla y la Exposición Iberoamericana. Entre ellos, un proyecto para una Iglesia nueva junto al convento donde profesó la madre del Santísimo, cuyo presupuesto resultó, a decir de quienes los recibieron, "una millonada para la época". Ante el capellán de la casa - ya Soto-Domecq o Puerto Hermoso, se dijo: "Esto cuesta tanto como un cortijo" y el sacerdote sentenció: "Y para quién mejor que para Dios y sus fieles".
De esta manera, cuenta Ruiz de Lasaletta, se acometió "la obra arquitectónica más hermosa de estilo neomudéjar y fachada de ladrillos vistos y torres rematadas de cerámica trianera, que el Sur de Andalucía vio salir del prestigioso estudio sevillano. Durante toda su vida, la madre Santísimo -como se abreviaba su nombre- se dedicó a la adoración de su homónimo Señor y a la preparación de cientos de niñas para la Primera Comunión primero y después para su formación como futuras esposas y madres de familia cristiana. La religiosa, a la que Jerez debe disfrutar de un edificio tan notable arquitectónicamente -representante de las edificaciones neoandaluzas, que Bellas Artes protege con tanto celo en toda la antigua Diócesis Hispalense, que también incluyó a Jerez de la Frontera, y que es prototipo de un legado histórico solo comparable al Barroco Hispalense del XVIII con que se dotó en el Sur, dentro de la arquitectura civil, como son los palacios de Montana-Aladro-Domecq Dávila-Bertemati-Obispal, López de Carrizosa y casas señoriales como las de García-Pérez Luna-Fernández, Díez Gutiérrez y Lassaletta Salazar, entre otras, no merece que su legado pueda caer en la desidia, desuso y abandono-destrucción".
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