Jerez

La plaza se queda sin clientes

  • Las ventas han caído un 50% desde que se implantó la nueva red de autobuses · La delegación municipal de Movilidad estudia devolver las líneas 2 y 3 (Picadueñas y Las Torres) a la plaza Esteve

En el Mercado de Abastos están que trinan. El comerciante que menos pierde asegura que sus ventas han caído un 40% desde que se implantó la nueva red de transporte público, el que más asegura que vende un 60% menos. La plaza de abastos es un erial en comparación con aquellos días en los que para transitar por la sala de pescadería había que pedir permiso a cada dos pasos.

En la sala, los hermanos Merino no entienden que muchas de sus clientas "tengan que coger ahora tres autobuses para llegar a la plaza cuando antes sólo cogían uno. Estos cambios en la red de autobuses han fastidiado a más gente que a la que han beneficiado". Tal día como ayer, estos veteranos pescaderos aseguraban estar vendiendo "la mitad de lo habitual".

A apenas unos metros, ya fuera de la sala del pescado, tiene su puesto Pablo González, más conocido como 'Pablo el de los chicharrones'. Él es el presidente de los comerciantes de la plaza. La tónica no encuentra una excepción en él: "Estoy entre el 40 y el 50% de ventas. Tengo un negocio (carnicería) en la que un buen número de clientes se llevan kilos de carne. Esas personas, mayores en su mayoría, tienen que llevarse después las bolsas hasta la Rotonda de los Casinos. Hay quienes pueden, pero la mayoría no". Como máximo representante de los comerciantes del Mercado, González apuesta por la recuperación de dos líneas muy importantes cuales son los casos de la de Las Torres (3) y la de Picadueñas (2), barrios tan populares como populosos. Pero para el presidente de la plaza "no todo el problema es que se hayan llevado las líneas, pues también se dan casos de líneas como la 4, que ahora la llaman 11, que no hace ni una sola parada entre García Figueras y El Almendral. No les conviene a los clientes y, por tal motivo, dejan de venir porque van a tener que cargar con sus compras muchos, pero que muchos metros. Antes esa línea callejeaba por Doctor Fleming, Doctor Arruga... pero ahora toca caminata. Este ritmo, no tenemos ninguna duda, no lo vamos a poder aguantar mucho tiempo porque a la crisis, que ya fastidiaba lo suyo, se ha unido este tremendo jaleo".

La gran esperanza de estos comerciantes radica en que el Ayuntamiento y su departamento de Movilidad den marcha atrás de forma parcial y vuelvan a llevar hasta la plaza de abastos las líneas que se llevaron. Recibirán una respuesta antes del viernes, según les informaron técnicos de la delegación de Movilidad, en el transcurso de una reunión que mantuvieron el pasado lunes. Fuentes del departamento de Movilidad confirmaron ayer a este medio que estudia la posibilidad de devolver las líneas 2 y 3, si bien aseguraron que la decisión no está tomada aún. El tiempo corre en contra del comercio tradicional que comprueba impotente cómo el dinero de la caja no alcanza.

Un buen ejemplo de ello es Paqui, la comerciante que aparece en la fotografía superior de esta página absolutamente desesperada. "Mire, está todo el género en el puesto. ¿Me puede usted decir qué hago yo ahora? Se lo digo yo: nada de nada. No cubro ni los gastos, ni los desplazamientos en busca de género, y eso que yo tengo un campo y lo que vendo es lo que cultivamos". En la zona de frutas y verduras que conforma el 'anillo' exterior del mercado central el disgusto es enorme. Los puestos se ven, poco antes del cierre, rebosantes de género. El compañero de puesto de Paqui señala que "antes, muchos de nosotros íbamos al Merca prácticamente a diario y ahora casi todos vamos a comprar allí sólo dos veces por semana".

Manuel Pérez es otro de los veteranos de la fruta y la verdura en la plaza. Su mujer asegura que "para que ayer hubiera podido ser llamado un 'día normal' me habrían hecho falta 300 euros más en la caja". Su esposo, que ya suma 30 años en el mercado central, señala que las ventas le han caído un 50%. La tónica, como se puede comprobar, es general. "Esto es un verdadero desastre que no se entiende, que nos hagan estos a los comerciantes jerezanos por potenciar a algunas grandes superficies no tiene perdón y más aún cuando se trata de un mercado al que la gente acude mirando por la peseta".

Como es tradicional, en la puerta de la plaza se venden flores. Desde hace 35 años la familia de Concepción Tordesillas se dedica a esta labor. Ayer no había flor que alegrara a esta vendedora. "Mire usted -responde a este periódico- con la crisis las ventas ya se habían resentido y cuando peor lo estamos pasando van y nos quitan los autobuses urbanos. ¡Por Dios santo! ¿Quién me va a comprar a mí esta bolsa de tierra cuando no va a tener más remedio que cargar con ella hasta la Rotonda? Pues nadie, nadie me la compra y además me dicen que no lo hacen por eso mismo". Ayer, como es tradición, fue miércoles, el día en que se le llevan flores a San Judas, el abogado de los imposibles, cuya imagen es venerada en la cercana Iglesia de San Francisco. "Pues ni eso", clama Concepción Tordesillas, conocedora de que buena parte de su clientela no puede llegar hasta ella.

La vendedora de flores de la plaza de abastos recuerda que en breve llegará el día 20, la jornada en la que deberán pagar por sus puestos "después de que nos hayan quitado la vida" y apunta que las inmediaciones de la plaza de abastos "se han convertido en un coto privado. Aquí sólo puede venir ya el que está dispuesto a pagar el parking subterráneo". Sobre la caída de las ventas, Concepción asegura que "ayer me embolsé 50 euros, eso después de estar aquí desde las seis de la mañana... Si nos echan de aquí ¿a dónde vamos a ir con la edad que tenemos?", se lamenta. A su lado, los vendedores ambulantes de artículos textiles se meten en la conversación para dejar bien claro que "en los cajones hay poco dinero pues lo más que hemos podido hacer ha sido charlar los unos con los otros".

Otro negocio que lo está pasando realmente mal es una de las cafeterías más emblemáticas de Jerez: 'La Vega'. Su propietario, Juan Coronil, asegura que desde que se llevaron las buenas líneas de autobuses de la plaza Esteve "estamos vendiendo un 50% menos, e incluso más diría yo. Por la tarde apenas viene nadie y de los cuatro camareros que llamaba pasé a llamar a tres y esta tarde (por la de ayer) voy a decir que sólo vengan dos de ellos". Su principal deseo es que el Ayuntamiento rectifique "porque si no lo hace muchos vamos a tener que cerrar. A la alcaldesa le pido que se dé una vueltecita por aquí para que compruebe lo que está pasando".

Los comerciantes de la plaza así como los de su entorno lo que desean es que la plaza Esteve vuelva a recibir los autobuses que recibía, que eran las líneas 3 (Las Torres), la 4 (San Benito), la 2 (Picadueñas, y la 15 (Guadalcacín). Cabe recordar que las que han permanecido en Esteve son la antigua 10 (hospital) ahora 11, la 6 (La Granja-San Enrique) y la 1 (San Telmo).

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