Gastronomía

Llega el frío: doce mostos que hay que visitar en Jerez (y ya no está Tejero)

 En las próximas semanas, de menos a más, el éxodo hacia establecimientos donde se puede encontrar este 'zumo' de uva convertido en vino que "no emborracha pero agacha", como dice el acervo popular, será una constante.

Aquí ofrecemos una lista de muchos de los más conocidos mostos, desde aquellos en los que hay que llevar la comida desde casa a los que tienen cartas propias casi de restaurantes, desde los que están junto a una viña a los que existen en el casco urbano. Eso sí, en todos no falta ese 'oro líquido' que cada vez tiene más seguidores. 

1. Mosto Domi

Domingo Puerta y Andrés González, en el Mosto Domi. Domingo Puerta y Andrés González, en el Mosto Domi.

Domingo Puerta y Andrés González, en el Mosto Domi.

El clásico y más cercano al casco urbano desde la carretera de Trebujena, en cuyo kilómetro 2 se encuentra. Para no equivocarse. Su propietario, Domingo Puerta, ofrece el 'pack' que casi todo el mundo busca: mosto, ajo campero y una variedad de guisos como la berza, el menudo o el pollo de campo autóctono. El ajo lo hace con sus propios tomates de viña. Es uno de los mostos más concurridos de la comarca. Dispone de terraza y de comedor bajo techo. A los niños les encanta ver los animales corriendo por la finca.

2. El Corregidor Viejo

Detalle del interior del Corregidor Viejo. Detalle del interior del Corregidor Viejo.

Detalle del interior del Corregidor Viejo.

Situado en la carretera de Morabita con la carretera de Trebujena, en la cañada del Moro, enfrente del desaparecido San Cayetano. Por su posición elevada, ofrece unas vistas privilegiadas de la campiña y hasta de la Bahía en días claros. El mosto, el ajo, las chacinas y el venado en salsa son sus especialidades junto a una amplia carta. Dispone de terraza y de amplios salones decorados al estilo rústico andaluz, con muchos objetos curiosos.

3. La Confitera

Juan Mayolín en La Confitera. Juan Mayolín en La Confitera.

Juan Mayolín en La Confitera. / Miguel Ángel González

Recibe el nombre popular de una casa de viña construida en el siglo XVII y en perfecto estado de conservación, en el Pago de Cantarrana. Allí se puede encontrar, hasta las dos o las tres de la tarde cualquier día entre semana, a Juan Mayolín, propietario de la viña Purísima Concepción, que atesora un magnífico mosto. Los fines de semana está más concurrido y quienes allí acuden llevan a menudo algo de comida con la que acompañar al mosto.  

4. El Puskas

El Puskas, sirviendo un vaso de mosto en su casa. El Puskas, sirviendo un vaso de mosto en su casa.

El Puskas, sirviendo un vaso de mosto en su casa. / Miguel Ángel González

Como su vecina La Confitera, es un lugar en el que el mosto es exclusivo protagonista y se deja acompañar si acaso por unos arenques secos y unas aceitunas. Su propietario, Puskas o Puski para los más allegados, no pone reparos a que los visitantes lleven su propia comida. Estamos ante el mosto más sencillo que uno se puede imaginar, un cobertizo junto a una viña, cuatro sillas y animales sueltos. Más auténtico, difícil. Y, por supuesto, el mosto es bueno, bonito y barato.

5. Cerro del Arte

Antonio, sentado, y su yerno Miguel, en el Cerro del Arte, en cuyo interior abundan las fotografías. Antonio, sentado, y su yerno Miguel, en el Cerro del Arte, en cuyo interior abundan las fotografías.

Antonio, sentado, y su yerno Miguel, en el Cerro del Arte, en cuyo interior abundan las fotografías. / Miguel Ángel González

Si cuando tomamos la subida al Corregidor Viejo seguimos recto en lugar de girar a la izquierda, nos adentraremos en el Pago del Carrascal, el camino que lleva hasta el Cerro del Arte, uno de los mostos más pintorescos que existen. Un cobertizo de maderas y chapas en cuyo interior habita todo un universo. Allí, al igual que en los dos anteriores, no encontraremos, además del rico mosto, más que algunas aceitunas para acompañarlo. Salvo que cada uno lleve algo de comer. Allí tienen una plancha a disposición de los clientes, así que Antonio, el propietario sentado ante su estufa de carbón, y su yerno Miguel se encargan del mosto y dejan el resto a la imaginación de los visitantes. 

6. La Carrandana 

La Carrandana. La Carrandana.

La Carrandana. / Foto de Teresa Santos

En el mismo Pago de Carrascal, sólo que con acceso directo desde la carretera de Trebujena, se encuentra La Carrandana, un mosto tradicional reconvertido hace ya algunos años en despacho de vinos, lo que no quiere decir que se pueda encontrar comida, que pasa lógicamente por el maridaje con ajo caliente y las siempre oportunas aceitunas aliñás. Es un mosto muy típico y agradable, con preciosas vistas, que regenta Manuel Herrera. Como en el Domi, se pueden ver los tomates de viña colgados del techo.

7. Mosto Añina

Interior del Mosto Añina. Interior del Mosto Añina.

Interior del Mosto Añina.

En la barriada Añina, en la zona de Las Tablas, se encuentra este veterano y conocido mosto, muy familiar, rodeado de viñas. Cuenta con muy buenos guisos en su carta con los que acompañar un mosto que está entre los más demandados y que por ello los fines de semana tiene gran concurrencia.

8. Mosto Candelero

Mosto Candelero. Mosto Candelero.

Mosto Candelero. / Cosasdecomé

También en Las Tablas existe este establecimiento, junto a la carretera, que es un lugar de peregrinación en esta época del año y sobre todo en fines de semana. La propuesta, siguiendo la tradición, lleva desde el ajo caliente al menudo y la berza, sin olvidar las croquetas.  

9. Tabanco Mariñíguez

Domingo Ramírez sirviendo mosto de una damajuana en su tabanco del barrio de San Miguel. Domingo Ramírez sirviendo mosto de una damajuana en su tabanco del barrio de San Miguel.

Domingo Ramírez sirviendo mosto de una damajuana en su tabanco del barrio de San Miguel. / Miguel Ángel González

Vámonos ahora a un punto tan distante como el barrio de San Miguel, concretamente a la calle Mariñíguez, 20. Allí, en el garaje de la casa, Domingo Ramírez y su esposa Ana Buitrago decidieron montar hace unos años un tabanco en el que nunca falta el buen vino y la buena comida. Un viticultor de Trebujena les sirve un delicioso mosto cada año por esta época y durante todo el invierno, que acompañado del menudo o de las croquetas de Ana sabe todavía mejor.

10. La Bodeguita de Jesús

Bodeguita de Jesús. Bodeguita de Jesús.

Bodeguita de Jesús.

A pesar de que no se encuentra en una zona rural sino en la calle de una barriada, hablar de mosto cerca de La Canaleja es hablar de este establecimiento, en el que se pueden encontrar todos los ingredientes, y de la mejor calidad, de los que presumen los mostos situados entre viñas. Buenas chacinas, papas aliñás, queso... Está en el número 15 de la calle Pedro Rodríguez de Raño y el local tiene una bodega en su interior. 

11. La Terraza del Mosto

La Terraza del Mosto. La Terraza del Mosto.

La Terraza del Mosto.

No muy lejos de la Bodeguita de Jesús y cerca también del Paseo de Las Delicias, en el número 2 de la calle Hernán Pérez Maldonado, podemos encontrar este concurrido local en el que hay mucho más que mosto. Dispone de una amplísima carta en la que apenas faltan platos, pero lo que más se pide en esta época, sin duda, es el caldo que da nombre al local y propuestas tan sencillas como el ajo caliente al que no le faltará ni el huevo picado ni algún que otro chicharrón.

12. Mosto Nicolás

Mosto Nicolás en Estella del Marqués. Mosto Nicolás en Estella del Marqués.

Mosto Nicolás en Estella del Marqués.

Cerramos estas recomendaciones con uno de los mostos con más solera a pesar de estar apartado de la zona de campiña en la que están situados la mayoría de los citados. Hablamos de un mosto que es toda una institución en Estella del Marqués y que conserva todo el sabor de un garaje con botas y depósitos de mosto a la vista del público, mesas sencillas y una carta corta pero muy selecta de platos, incluido el pescaíto frito. Está en el 3 de la calle Jerez de esta pedanía.

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