-¿Cómo ve el movimiento asociativo jerezano?

-La verdad es que lo veo un poco aletargado, pero claro, no podemos olvidar que estamos pasando una mala racha y que tras tres años sin recibir las subvenciones es normal que la actividad baje.

-Vamos, que la participación ciudadana está de capa caída...

-Hombre, existe, pero estamos en un mal momento en general. Aún así tengo fe en que esto va a levantar poco a poco y nos han dado confianza y esperanzas para cobrar las subvenciones. Estoy seguro que cuando esto se normalice va a resurgir la participación ciudadana porque la gente tiene ganas de tirar adelante.

-Puede que la participación vaya de la mano con los presidentes de las asociaciones. ¿Cree que hay buenos líderes vecinales?

-Sí hay muy buenos líderes. Por ejemplo en el Pozo de la Víbora, El Pinar, Bellos Horizontes, Las Viñas... y hay muchísimos más.

-¿Cuáles deben ser las cualidades de un presidente?

-Ser honrado y defender por encima de todo los derechos de los ciudadanos. El que quiera ser político, que se vaya a la política, no a una asociación vecinal.

-¿Qué balance hace del primer año de gobierno de María José García-Pelayo?

-El balance creo que es positivo, dentro claro del escenario económico en el que nos encontramos. De todas formas soy de las personas que cree que hay que esperar a los cuatro años de gobierno para valorar el trabajo de un Ayuntamiento. Ante todo, me parece que hay que tener en cuenta que gobernar con dinero es muy fácil, pero sin dinero, ya es más difícil, y en este sentido, veo que este Ayuntamiento tiene ganas y está trabajando.

-De las fiestas que se celebran en Jerez, ¿cuál le gusta más?

-Hombre, por las señas de identidad que tienen, la Feria y la Semana Santa me gustan mucho. El Gran Premio de España creo que es una fiesta muy buena porque además genera empleo y movimiento en el comercio de la ciudad. Y por supuesto, la cabalgata de los Reyes Magos.

-Su rincón favorito es...

-Me encanta pasear por la calle Larga, pero no puedo olvidarme de mi barrio, de Santiago. En su iglesia me bauticé, hice mi Primera Comunión, me confirmé y me casé. Es un barrio especial, me tira mucho.