Jerez en el recuerdo

La residencia sanitaria 'General Primo de Rivera'

Un poco de Historia

El proyecto

De entre los diversos logros que Jerez consiguió durante el mandato de Miguel Primo de Rivera al frente de la Alcaldía en la década de los sesenta del pasado siglo XX, el más importante fue sin duda el proyecto y puesta en funcionamiento un nuevo hospital general para la ciudad. Los tiempos estaban cambiando a pasos agigantados, los avances en la medicina eran constantes e importantes y el Hospital Municipal de Santa Isabel ya no respondía ni a las exigencias de la sociedad ni a los planteamientos de la medicina moderna. De modo que las autoridades municipales se propusieron dotar a la ciudad de un nuevo centro hospitalario que diera respuesta a las necesidades de la población y en el que ésta pudiera acceder a los nuevos conceptos y avances en medicina hospitalaria.

Nada mejor en aquellos tiempos que tener un buen adalid que abriera las puertas de la administración en Madrid. Y ese era ciertamente el joven alcalde Miguel Primo de Rivera. Personaje relevante e influyente en los medios políticos y financieros por su ascendencia familiar y por su matrimonio con la hija del rico industrial José María de Oriol y Urquijo. Al tomar posesión de la alcaldía, estableció como una de las primeras necesidades de la ciudad dotarla de un nuevo hospital, vista la obsolescencia de las instalaciones decimonónicas del viejo Hospital Municipal de Santa Isabel.

Así y tras acertadas gestiones acerca del Instituto Nacional de Previsión, en abril de 1966 se puso la primera piedra del nuevo centro hospitalario en unos terrenos adquiridos en la zona oeste al pie de la carretera de circunvalación. Dichos terrenos ocupaban una superficie de 21.000 metros cuadrados, concluyéndose las obras a finales de 1967. Del total de la superficie fueron 11.750 metros cuadrados de construcción que albergarían las instalaciones de un moderno hospital que, absolutamente nada, tendría que ver con el concepto de hospitalidad hasta ahora conocido en la ciudad.

Su puesta en marcha e inauguración

Tras un período de instalación y acondicionamiento interior, el día 29 de mayo de 1968, un primer paciente acude al centro, eran las cero horas. Una mujer de unos 33 años con amenaza de aborto llegaba por la puerta de urgencias. El joven médico Joaquín del Molino que efectuaba la primera guardia en su recién estrenado puesto de trabajo fue el encargado de atenderla. Más tarde, sobre las tres de la madrugada, una señora llegaba de Setenil con un parto a término y, a continuación, otra mujer con un sangrado. Así comenzó la historia de aquella "Residencia Sanitaria" bautizada con el nombre de un ilustre jerezano: el General Primo de Rivera. Posiblemente alguien pueda preguntarse el porqué a este y otros nuevos centros construidos en aquella época se les denominaba "Residencias Sanitarias" en lugar de Hospital como hasta entonces. La respuesta no es otra que la pretensión de romper totalmente con el concepto de los viejos hospitales, relacionados siempre con la pobreza, la caridad, el sufrimiento y la muerte. Como anécdota, hemos de comentar que nuestra Residencia, en sus primeros años de andadura, a pesar de sus modernas instalaciones y su magnífico equipo médico, seguía tropezando con la desconfianza y los prejuicios sociales arrastrados durante décadas acerca de los antiguos hospitales. La gente se resistía a ser ingresada, sobre todo las personas mayores que seguían teniendo el convencimiento que ir a un hospital era para morir. El desconocimiento era tan grande que, cuando se agravaba el cuadro clínico de un paciente, la familia solía pedir el alta voluntaria "para poder morir en su casa"; al parecer la muerte domiciliaria era como más digna. Estos prejuicios hacían también que el uso de ambulancias quedara restringido a casos de extrema gravedad, nadie las solicitaba, nadie las quería, era preferible y más disimulado un coche particular o un taxi.

El 1 de Julio de ese mismo año de 1968 el Ministro de Trabajo, Sr. Romeo Gorría, llegaba a nuestra ciudad para inaugurar oficialmente la "Residencia", cuyo coste total había ascendido a 140 millones de pesetas. En el hall, todo el personal del centro con su director al frente espera la llegada del ministro que, aprovechando el viaje, acababa de poner en marcha la nueva Azucarera de El Portal. Acompañado del alcalde Primo de Rivera y su tía Pilar, así como de altos cargos civiles y militares, procede a efectuar el acto de inauguración para, a continuación, girar una visita a sus instalaciones y departir con algunos pacientes ingresados. Posteriormente en un acto celebrado en el Ayuntamiento el ministro recibiría de manos de la primera autoridad municipal la "Medalla de Oro de la Ciudad"

A pleno rendimiento

A partir de ese momento, paulatinamente se fueron abriendo todos de los servicios, hasta completar los doce de los que se componía este proyecto con un total de 168 camas, así como sus cuatro quirófanos de cirugía y dos de toco-ginecología.

En los primeros siete meses de actividad se registraron 3.371 ingresos con un promedio de ocupación del 89% y una estancia media de 5,7 días por enfermo. El presupuesto de su primer año de funcionamiento ascendió a la cantidad de 25.249.000 pesetas (150.000 euros); cifra que se incrementaría al año siguiente hasta cerca de sesenta millones, resultando un coste por cama y día de hospitalización de 1.153 pesetas (menos de siete euros), casi diez veces más que el del Hospital Municipal de Santa Isabel en la misma época.

En los primeros días de su puesta en marcha sólo funcionaron los servicios de Toco-Ginecología. Posteriormente y de forma gradual se fueron poniendo en funcionamiento los de Medicina Interna, Cirugía, Traumatología, Anestesia, Radiología, Laboratorio Clínico, Tocología, Ginecología, Oftalmología, Otorrinolaringología y Pediatría. Dichos servicios estaba dirigidos respectivamente por los doctores: Luis Rodríguez Novoa, Carlos Fernández Cantos, Antonio Uyá García, Juan Benítez Hidalgo, Francisco Paz Genero, Mateos del Peral, Julio Toscano Montes, Domingo Gómez Maestro, Castor Rodríguez Vicente, José M. Benítez del Castillo y Antonio Milla Menchén. Completaban estos servicios 25 médicos adjuntos y algunos residentes. En cuanto al personal sanitario auxiliar su plantilla estaba compuesta por 57 enfermeras de las cuales 7 eran monjas, así como 4 matronas y 17 auxiliares de clínica. Otros servicios como administración, oficios, servicios generales personal subalterno, cocina, lavandería etc. sumaban una plantilla de sesenta personas. Como director del centro figuraba el Dr. José Luis Ucha Tolmos y como administrador el Sr. Ángel Muñoz García.

Del ayer a hoy

En total eran 173 las personas que componían la plantilla de trabajadores del centro en 1968, número que contrasta con el existente en aquellos momentos en el viejo Hospital Municipal de Santa Isabel, lo que demuestra el considerable avance en medios humanos al servicio del enfermo. Claro que las citadas cifras quedan total y absolutamente ridículas si las comparamos con las actuales. En estos tiempos el Hospital General de Jerez, heredero de aquella Residencia Sanitaria General Primo de Rivera y del viejo Hospital Municipal de Santa Isabel de Hungría, trabajan más de dos mil personas, atendiendo a una población de entre trescientas cincuenta y cuatrocientas mil almas. Tiene una capacidad de 581 camas y, aunque desconozco las cifras exactas, su presupuesto anual, calculo, debe rondar aproximadamente por más de cien millones de euros, siendo el coste aproximado por enfermo hospitalizado alrededor de unos quinientos euros al día. A pesar de todo, la sociedad sigue demandando más y mejores medios y servicios, pues las carencias, demoras, listas de espera y masificación, sobre todo en urgencias, son desgraciadamente los irremediables problemas que afligen a nuestra sanidad pública.

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