Cómo saber si eres un 'superabuelo'

Dos parejas de jubilados demuestran cómo ha cambiado el papel de la tercera edad en la familia durante los últimos años, convirtiéndose en eje principal en torno al cual gira su estructura

Cómo saber si eres un 'superabuelo'
Cómo saber si eres un 'superabuelo'
Ana Mª Riquel / Jerez

10 de septiembre 2012 - 01:00

El término 'superabuelo', acuñado como un apelativo cariñoso dirigido al colectivo de mayor edad dentro de la familia, se identifica, aunque no lo parezca a simple vista, con casi todos los abuelos del mundo. Uno no se convierte en 'superabuelo' cuando su prioridad es la de ayudar en todo lo que se pueda tanto a hijos como a nietos, sin quedar excluidos de este estadio aquellos abuelos que por temas de salud no pueden intermediar de manera directa pero que sin duda estarán ahí con la fuerza necesaria para lo que sea en casos de extrema necesidad. Los 'superabuelos' no aparecen a consecuencia de problemas económicos - aunque quizás ahora se estén viendo obligados a tener una intervención más directa con sus nietos por problemas de desempleo de los hijos - sino que siempre han estado ahí apoyando a sus hijos e interesándose por la educación y el cuidado de sus nietos. Actualmente, se tiene un concepto erróneo del papel de los abuelos dentro de la familia. Se cree que son un recurso a utilizar a antojo de los que, mediante la excusa "para eso están los padres" hacen uso de ellos como guardería de 24 horas. Sin embargo, aunque no cabe duda alguna de que hay algún caso que responda a esta descripción, los abuelos no se sienten utilizados, sino todo lo contrario. Se sienten bien al poder contribuir de nuevo en la vida de sus hijos, al tiempo que ven crecer a las nuevas generaciones y entablan vínculos aún más fuertes con sus nietos. Para ellos tener la oportunidad de 'bregar' - positivamente- con sus nietos es una opción que les da vida y que en ningún momento les limita de sus propias actividades. Contrario a todo lo que se pueda pensar, los 'superabuelos' lo compaginan todo y son unos mejores gestionistas del tiempo que sus propios hijos. Algunos, como la pareja que aparece a la derecha, hacen partícipes a sus nietos de sus propias actividades, mostrándoles nuevos terrenos por descubrir como la pintura y el baile. Otros, como la pareja que aparece a la izquierda, aunque más limitados por los achaques, naturales en personas de avanzada edad, tratan de ayudar dentro de sus propias limitaciones. En este sentido se puede afirmar que aunque el nombre parezca importante no se trata de un apelativo específico para un colectivo reducido y especial, sino todo lo contrario: todo abuelo es un 'superabuelo'.

Ana Mª Piñero y Cristóbal Jiménez: "Nosotros hacemos todo lo que podemos por ayudar, pero ellos nos dan la vida"

Ana María Niñero y Cristóbal Jiménez son una pareja de 'superabuelos', de 62 y 65 años respectivamente, que comentan qué se entiende por 'superabuelo' y que relatan un poco de su labor para con sus hijos y nietos. Para ambos: "Todos los abuelos que intenten ayudar en la medida de lo posible tanto a hijos como a nietos son 'superabuelos', sin distinguir entre aquellos que pueden intervenir más o menos teniendo en cuenta la salud de cada uno pero sí resaltando la labor de algunos abuelos que, por situaciones mucho más delicadas como alcoholismo o drogadicción, deben hacer las veces de padres de sus propios nietos". Teniendo claro su concepto, este matrimonio, padres de cuatro hijos y abuelos de tres nietos, hace especial énfasis en lo beneficioso de su posición que, para muchos, puede ser vista como una herramienta de la que los hijos abusan sin tener en cuenta las circunstancias de los padres y que, por el contrario en el caso de Ana María y Cristóbal, supone un factor que les aporta tranquilidad y felicidad. Ana María comenta: "Nosotros ponemos de nuestra parte todo lo que podemos por ayudar a nuestros hijos, pero lo que hacen ellos por nosotros es mucho más. Nos están dado vida al dejar que nos hagamos cargo de nuestros nietos". Al tiempo que Cristóbal añade: "Nuestros nietos nos alivian las penas cada día y da mucha alegría poder disfrutar de ellos y verlos crecer cada día".

Sin embargo, es interesante recalcar su actitud con respecto al tiempo que pasan sus nietos en su casa. Durante la época escolar no se encargan de los nietos con tanta asiduidad, pero una vez finalizado el colegio, los niños pasan a vivir casi todas las vacaciones en casa de los abuelos, dado que los padres, ambos por fortuna, tienen trabajo y sólo pueden ir a recogerlos por la tarde. Debido a que los niños pasan tanto tiempo con los abuelos, Ana María y Cristóbal comentan que: "Nuestra hija no quiere que los niños se acostumbren a estar sólo con nosotros y, aunque para nosotros no supone ningún problema, intentamos que no se apeguen demasiado para que tengan claro que el rol de padres lo ejercen sus padres, no nosotros". En referencia al tiempo, ambos son una muestra estupenda de la buena gestión que hacen de él, dado que son capaces de mantener multitud de actividades, tanto en casa como en el centro de día al que acuden, y hacer partícipes de ella a sus nietos.

"Nosotros nos los llevamos a las clases de baile, pintura, cante, etc... y ellos se integran y aprenden mientras nosotros disfrutamos compartiendo tiempo con ellos y aprendiendo", comenta Cristóbal.

Tanto Ana María como su marido recalcan que, para un buen abuelo, el tiempo con los nietos nunca es suficiente y que en ningún momento ellos les limitan u obligan a abandonar su tiempo de ocio o sus hobbies. Ana María afirma: "Están a nuestro lado, no suponen ninguna carga, problema o impedimento dado que los integramos en nuestras vidas y actividades".

Además de su cuidado, ambos 'superabuelos' han contribuido muy satisfactoriamente en la educación de sus nietos. Ana María cuenta que les ha enseñado lo que es el respeto hacia los animales a través del contacto directo con sus propias mascotas, que a su vez ha propiciado que los pequeños conozcan lo que es la responsabilidad. Alimentar, cuidar y mimar las mascotas, además de costumbres como ponerse el baby o lavarse las manos antes de comer son algunos de los valores que estos dos 'superabuelos' llevan a cabo. Una labor ejemplar para con sus hijos y nietos, a los que no sólo cuidan con cariño y esmero, sino que además les inculcan valores que nunca olvidarán.

Antonio Jiménez y Rosa Moreno: "Lo que no pude hacer con mis hijos puedo hacerlo ahora con mis nietos"

Antonio Jiménez y Rosa Moreno son una pareja de 'superabuelos' que, aunque actualmente se encuentran pasando una situación complicada en el terreno de la salud, han hecho todo lo posible por ayudar tanto a hijos como a nietos. Siendo aún joven, Antonio trabajaba como topógrafo en la construcción de ferrocarriles y carreteras, un trabajo que le brindó la oportunidad de pasar un largo período en África, lugar que le dejó una marca profunda en su vida y que le hizo percibirla de una manera especial: "Al ver a tantos niños juntos compartiendo lo poco que tenían a uno se le conmueve el alma y quizás ese sea uno de los motivos por los que disfruto tantísimo de mis nietos".

Estos dos 'superabuelos', antes de verse en esta etapa, se encargaban de sus nietos muy gustosamente. En algunas ocasiones, debido al trabajo de los padres, ellos llevaban a los pequeños al colegio y luego iban a recogerlos, los traían a casa, les hacían la comida y compartían algún que otro momento juntos.

Disfrutando de las labores culinarias de Rosa, muy querida por sus nietos debido a sus fantásticos platos, o bien echando alguna que otra partida de dominó con el abuelo, los pequeños pasaban unos ratos verdaderamente inolvidables. Es quizás por esta entrega y amor por lo que los niños que, en una ocasión, el propio personal de una de las guarderías a la que llevan a uno de los más pequeños, les propuso formar parte de una serie de actividades que se iban a llevar a cabo en el recinto para celebrar 'la semana del niño'.

"Participamos en una actividad en la que les contábamos cuentos a los pequeños, que ya nos conocían de habernos visto por allí para llevar a nuestro a nieto", comentan. Debido a la recepción que tuvieron y al cariño que les cogieron las profesoras de la guardería, Antonio y Rosa recibieron un diploma por haberse comportado como auténticos 'superabuelos', un detalle que recibieron con tremenda alegría y emoción.

A pesar de las limitaciones y gracias a la posesión de coche, ambos pasan bastante tiempo con sus nietos y realizan cantidad de actividades familiares como salidas a la playa o comidas familiares. Rosa, además, es una gran entusiasta de la poesía y ya ha participado en alguna ocasión en varias lecturas públicas de algunos de sus poemas, muchos de ellos inspirados en sus nietos, como el último que realizó con motivo del nacimiento de su séptima nieta, Sofía. En general, se puede decir que, al igual que en muchos de los casos en los que tanto la salud como la edad suponen un impedimento, ambos 'superabuelos' se sienten felices de poder participar en la vida de sus nietos, de poder hacer algo por ellos, contribuir a su educación con juegos e intercambios, darles cariño y, en el caso de Antonio, dejarle experimentar eso que no pudo con sus propios hijos: "Con motivo de mi trabajo, mi tiempo de padre no existía, sin embargo ahora que tengo nietos puedo hacer con ellos todo lo que no pude con mis hijos".

Además de su participación en 'la semana del niño', Antonio ha sido hasta el año pasado el Rey Baltasar para muchos de la Sagrada Familia y junto a Rosa, ha acudido en una ocasión al instituto Álvar Nuñez para ofrecer una charla acerca de cosas del pasado, costumbres y hechos sobre la vida hace años como medio para concienciar a los más jóvenes a no perder el tiempo y estudiar para labrase un futuro mejor. Quizás la frase que mejor defina la dedicación de estos abuelos serían unos versos de la propia Rosa que dicen así: "Siete nietos tengo en el mundo/siete rosas de suave olor./ Y a todos los llevo grabados/dentro de mi corazón".

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